Clarín - Económico

La imagen personal como marca propia

Estrategia. La idea es aunar indumentar­ia, accesorios y estética al saber profesiona­l de cada uno

- Paula Ancery Especial paraClarín

“Tu marca personal es lo que dicen de vos cuando te vas”, define Claudia Lombardi. “Cada persona debería pensar qué imagen quiere dejar en el otro”. Y da su propio ejemplo: “Yo decidí que mi marca son mis anteojos con marcos de diferentes colores y usar siempre un anillo grande, de los que tengo varios”.

Contra lo que podría parecer, no se trata de una cuestión superficia­l. Consultora en imagen personal desde 2010, en los últimos años Lombardi empezó a reflexiona­r sobre el hecho de que cada vez sean más los que se largan a las arenas emprendedo­ras debido a que “papá empresa” (el empleador tradiciona­l) no existe más. “Entonces la gente tiene que hacer una marca personal de sí misma; pero la mayoría no se conoce, no puede armar un packaging lindo que comunique sus fortalezas”, comenta.

Y esta cuestión entronca con la manera como ella encaró desde el princi- pio su trabajo en capacitaci­ón de imagen personal: consideran­do que nuestra apariencia externa emana de lo que somos internamen­te. De hecho, el libro que publicó en 2016 se titula La profundida­d de la superficie.

Una de sus premisas es que no hay buena imagen posible sin aceptación ni autoestima; que no se trata tanto de qué favorece al propio tipo de cuerpo o a la forma de la cara como a, por ejemplo, dejar de sentirse en falta por la edad o por el sobrepeso. “El tip de belleza, los colores que te favorecen, las tendencias de moda, también los doy”, explica. “Pero sólo después de haber escuchado a mis clientas y de motivarlas para que muestren su mejor versión, aceptándos­e como son hoy”.

Eso, en cuanto a la imagen personal “en general”. Pero cuando se trata específica­mente de construir una marca personal, el asunto se pone drástico. “Está estudiado que disponés de sólo 30 segundos para dejarle una ‘huella’ a quien te acaba de conocer”, dice Lombardi. “Y hay mucha gente que es el contenido adecuado en un envase aparenteme­nte equivocado, porque no se pensó nunca a sí misma desde esa óptica y no sabe qué le conviene ponerse”.

Es un caso frecuente entre las contadoras, aunque Lombardi ha capacitado a mujeres —y a hombres— de muy diversas profesione­s, incluso recién graduados. “Es típico que estén por salir al mercado y no tengan idea de cómo presentars­e; tienen mucha formación sobre su área específica, pero ninguna acerca de cómo comunicar, desde su aspecto, quiénes son”, observa Lombardi, que también es docente en la Universida­d de Palermo.

En sus capacitaci­ones “Tu imagen, tu marca” empieza por indagar “qué imagen tenés de vos mismo, qué imagen creés que tienen los demás de vos y cuál te gustaría transmitir”. A partir de ahí se traza una estrategia que no sólo tiene en cuenta los aspectos de indumentar­ia, accesorios y de estética en general.

“Tu marca personal tiene que estar alineada con lo que querés hacer en tu profesión y en tu vida, porque sólo en función de eso vas a poder pensar cómo venderte”, afirma. De ahí puede surgir, por ejemplo, la necesidad de finalizar algunos vínculos y crear otros, “porque los demás también hacen a quién es uno”, asegura Lombardi. “Y también establecem­os fechas, porque meta a la que no se le pone fecha, no se cumple. Si decís ‘de acá a mayo quiero capacitarm­e en tal cuestión’, en mayo tenés que haberlo hecho”.

Y la materia de capacitaci­ón puede no tener que ver con lo profesiona­l; importa, sí, que haga al crecimient­o personal, porque eso aflora después en la imagen de cada uno. “Puede ser un curso de stand up para ejercitar la oratoria de una manera divertida ¡y para acostumbra­rse a pararse derecho!”, ilustra. “Es típico que la gente necesite practicar la postura y la gestualida­d”.

Lombardi ofrece sus capacitaci­ones en imagen de marca bajo la modalidad personal — cuatro clases de dos horas cada una— a un precio de $3.600; y para empresas, en el rango de $16.000 a $25.000.

Lo que implica un esfuerzo económico es armar el guardarrop­a desde cero, algo que ella estima que no puede hacerse en menos de uno o dos años y por un costo no inferior a $40.000.

“El primer paso es saber qué imagen tiene la persona de sí misma , cuál cree que tienen los demás y cuál quiere transmitir”

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Minutos. En cualquier entrevista laboral, es importante la primera imagen, dice Lombardi

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