De la fiebre por la globalización al ABC de la economía
Dani Rodrik es tal vez el principal economista divulgador sobre temas o cuestiones como el ‘desarrollo económico’. Sus columnas mensuales en sitios como Project Syndicate suelen hablar de las experiencias de crecimiento de países y su relaciones con el mundo. También sus libros. El último de ellos, Straight talk on trade, es un relato acerca de por qué la globalización parece estar en retirada en las agendas de los principales líderes cuando hacía una década parecía todo lo contrario: la fórmula para el éxito de los países era más integración. Rodrik sostiene que ya no es tan así y mucho menos para los países en desarrollo porque no está claro que el crecimiento traerá más puestos de empleo en esas economías y sus democracias (muchas imperfectas) no se fortalecerán de estos procesos. Para los seguidores de Rodrik, tal vez, el libro deja gusto a poco porque (hay que decir) es una mezcla de sus dos anteriores (y geniales) obras: La Paradoja de la Globalización y Reglas de Economía: qué está bien y mal de la ciencia sombría. En Straight Talk on Trade Rodrik retoma su enunciado sobre la imposibilidad de que los países logren al mismo tiempo una apertura de sus economías y atender las demandas domésticas. Por ahí subyase la explicación del rebrote de algunas (no todas) actitudes en Estados Unidos y Gran Bretaña, señala. Por otro lado, Rodrik carga con todo contra aquellos voceros del librecomercio que aseguraron que las poblaciones se verían beneficiadas por la mayor integración comercial y eso no ocurrió. Para Rodrik la clave para el crecimiento no pasa por pensar cómo integrarse al mundo sino por invertir en los factores que empujan el crecimiento de un país: la educación, las instituciones y la productividad. Ninguno de ellos es fácil de desarrollar. Lleva años y tal vez décadas, dice Rodrik. ¿Los países y sus habitantes están dispuestos a esperar?