Brasil ya impulsa la recuperación de la industria automotriz
La producción de este año ya sube 20% y hay pronósticos que ubican el crecimiento en el 25%. En su mayor parte, impulsado por la exportación al socio mayor del Mercosur.
Brasil se encamina a un mercado interno de 2,8 millones de unidades para este año. En 2017 fue de 2,2 millones.
Las terminales argentinas produjeron 500.000 unidades el año pasado. En 2018 apuntan a los 600.000 vehículos.
Hace 16 meses, el 24 de enero de 2017, Sergio Marchionne estaba sentado a una gran mesa en la Casa Blanca, a la izquierda de Donald Trump, quien hacía apenas cuatro días había asumido como presidente de Estados Unidos. A la derecha de Trump estaba Mary Barra, la CEO mundial de General Motors y, frente a ellos tres, el CEO de Ford, Mark Fields. Trump los había convocado para discutir la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y allí estaban los tres principales representantes de la industria automotriz de Estados Unidos: Barra, Fields y Marchionne, el CEO mundial de FCA Fiat Chrysler. Concluida la reunión, los tres salieron al jardín de la Casa Blanca. Marchionne dejó que hablaran sus colegas, pero no pudo evitar que le preguntaran por su atuendo de camisa a cuadros y suéter oscuro, algo así como su marca de fábrica. Este jueves, Marchionne usó el mismo uniforme para visitar a Mauricio Macri en la Casa Rosada. En italiano, le dijo cosas muy amables sobre la Argentina y sobre la marcha de su gobierno. Pero tampoco ahorró críticas al estado de las automotrices locales.
“Todavía hay una brecha entre vehículos producidos localmente y en el resto de América Latina, incluyendo México”, dijo Marchionne. “La combinación de salarios, inversiones y costos de producción es lo que hace competitiva a esta industria. Tienen que abordar esos problemas”.
Cristiano Rattazzi, el presidente de FCA Argentina que acompañó a Marchionne al encuentro con Macri, suele repetir que producir una de las enormes camionetas Dodge RAM en México les cuesta más barato que lo que sale fabricar una pick up mediana en la Argentina. Pero el propio Rattazzi confirmó que, tras la puesta en producción del Fiat Cronos en Córdoba (con una inversión de 500 millones de dólares), este año esperan exportar a Brasil y otros mercados de la región cerca de 50.000 unidades.
Terapia intermedia
Tanto la industria automotriz de Argentina como la de Brasil acaban de salir de terapia intensiva, luego de una caída de cinco años ininterrumpidos. Brasil está retomando, por ahora de manera incipiente, su rol de locomotora del Mercosur: su mercado interno pegó un fuerte rebote del 25% y se encamina a una cifra de entre 2,7 y 2,8 millones de vehículos. Y como suele ocurrir desde hace 25 años, la recuperación de Brasil también impacta en la Argentina: la industria automotriz local comenzó el año con una suba del 20% en el primer bimestre. Por ahora la estimación oficial es que este año se fabricarán 565.000 vehículos. Pero tanto en el Gobierno como en la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) ya están recalculando y hablan de 600.000 unidades. “Mes a mes, desde la entidad monitoreamos la tendencia”, dijeron voceros de ADEFA. “De mantenerse el comportamiento, podríamos efectuar correcciones al alza”.
Martín Etchegoyen, quien hasta el jueves era secretario de Industria y ahora pasó a ser el jefe de Gabinete del Ministerio de Producción, dice que la cantidad de vehículos es un dato, pero que lo más importante es qué tipo de vehículos se están fabricando en el país: “Antes exportábamos Chevrolet Corsa, ahora exportamos Cruze y pick ups”. -También exportamos impuestos.
-Es verdad, de hecho en algunas provincias subió el impuesto a los Ingresos Brutos. Pero Córdoba y Santa Fe, dos provincias productoras de autos, lo bajaron. A nivel nacional, venimos de suprimir las retenciones a las exportaciones industriales y de subir los reintegros. En conjunto, durante los últimos dos años la competitividad de la industria automotriz ya mejoró entre 4% y 5%.
La industria
Luis Peláez Gamboa es titular de Renault Argentina y también de ADEFA. Ahora el ejecutivo colombiano no descarta que la vara siga subiendo. “Es probable que debamos hacer una modificación hacia arriba”, dijo.
Carlos Zarlenga, desde su oficina de San Pablo, tiene un monitoreo diario del mercado de Brasil. Este ejecutivo argentino, a cargo de General Motors para todo el Mercosur, había co-
menzado el año con una estimación de que en Brasil se venderían 2,4 millones de vehículos y, apenas comenzado marzo, ya modificó el escenario. “En seguida ese escenario subió, ya está en 2,7 millones y el mercado de Brasil sigue pujando. Por lo tanto hay una tendencia de crecimiento de producción en la Argentina”, dijo. -¿Vuelve la locomotora brasileña?
-Nosotros creemos que va a seguir así en 2019 y 2020, a una tasa de crecimiento de su mercado interno de 10% a 12% cada año.
Chevrolet Argentina está exportando su modelo Cruze a Brasil y está encarando una nueva inversión, de US$ 350 millones, para producir un nuevo vehículo a partir de 2020.
Toyota logró cubrir el hueco que generó la crisis de Brasil con exportaciones a otros países, hasta alcanzar 21 destinos en 2017, a los que exportó 87.500 pick ups Hilux. Pero ahora Brasil tira y la automotriz japonesa está viendo cómo aumentar la producción para abastecer la renovada demanda. “Vamos a ampliar nuestro volumen de producción a 140.000 unidades anuales para atender a la creciente demanda del mercado brasileño y sumaremos una inversión de US$100 millones para mejorar los procesos productivos”, dijo su titular, Daniel Herrero.
¿Por qué se recupera Brasil? Gustavo Soloaga, otro ejecutivo argenti- no que se desempeña como vicepresidente de PSA Peugeot Citroën en Río de Janeiro, lo explica: “En Brasil la tasa de interés bajó a la mitad en 2017, la inflación también bajó a la mitad y se bajaron las cargas sociales de los empleados. Mucha gente utilizó esos fondos disponibles para cancelar deudas y se generó una capacidad crediticia importante, que estamos viendo ahora”.
En la planta de General Pacheco de Volkswagen Argentina ya tomaron nota del repunte de Brasil. “Hace un mes presentamos en Brasil la pick up Amarok V6 y ya vendieron todo lo que tenían, con lo cual los colegas de Brasil nos están demandando más Amaroks fabricadas en Pacheco”, dijo Hernán Vázquez, presidente de la filial local de la automotriz alemana.
La reactivación de Brasil los encuentra trabajando en dos turnos, al tope de su capacidad y sin demasiadas posibilidades de ampliar su capacidad productiva en el corto plazo: la automotriz alemana está encarando una inversión de 650 millones de dólares para modificar completamente su fábrica y comenzar la fabricación de un nuevo vehículo. “Tenemos que buscar la forma de ser más productivos para que, dentro de ese entorno, tengamos capacidad de fabricar este año casi 10.000 Amaroks más que las 55.000 unidades de 2017”, agregó Vazquez.
“En Brasil la tasa de interés bajó a la mitad, lo mismo que la inflación. Y se bajaron las cargas sociales a los empleados”.