Clarín - Económico

LA ECONOMÍA EN EL LABERINTO MONETARIO

- Oscar Martínez omartinez@clarin.com

En los últimos días hubo situacione­s que muestran esa especie de laberinto en la que parece dar vueltas sobre sí misma la economía local. Por caso, el presidente Mauricio Macri en una entrevista por TV reconoció que la inflación baja más lento de lo que él esperaba. Cualquiera podría sumarse a esa decepción presidenci­al.

Claro que se tornaría casi milagroso que baje la inflación mientras que al mismo tiempo suben tarifas de los servicios públicos y del transporte, mientras la principal (y mayoritari­amente estatal) empresa petrolera del país sube los combustibl­es de manera inclemente. Para bajar la inflación, no parece un camino gradual sino más bien sin salida. Sobre todo porque en la nueva canasta de consumo de los argentinos, el 37% de los gastos mensuales se destina a tarifas y transporte público (Clarín, 23 de marzo)

Como alguna guía para salir del laberinto, se dice con razón que suben las tarifas para achicar el déficit fiscal que generaría centralmen­te —por la emisión monetaria que implica— la inflación. Es verdad, pero también es cierto que lo que no termina de aflojar es la inflación núcleo (“core”, en la jerga) que no tiene en cuenta los precios regulados, entre los que se encuentran las tarifas.

Tomando de manera muy literal, y casi primitiva, eso de que la inflación es un fenómeno exclusivam­ente monetario, el Gobierno decidió tomar deuda en el exterior para cubrir el déficit y no acudir a la emisión que, en ese caso, sí sería inflaciona­ria. Parecía un pasaje a la salida del galimatías. Pero claro, los dólares que se tomaron en el exterior (Estado nacional, provincias, municipali­dades y empresas privadas), y que sumaron US$51.782 millones en 2017, terminaron en buena medida en las reservas del Banco Central a cambio de una catarata de pesos que son la moneda de curso legal y que sirven, por caso, para pagarle a los empleados públicos, jubilados, docentes y fuerzas de seguridad; o sea, el déficit. También para realizar las obras públicas y el resto de las inversione­s en infraestru­ctura que se realizan.

Como muchos de esos miles de millones de pesos “sobran” en la economía, ya que no son generados por el crecimient­o económico, el Banco Central los absorbe bajo la figura de su propia deuda: las LEBAC. Hoy, el monto de esa deuda supera los 1,2 billones de pesos, algo así como 62.000 millones de dólares, casi el total de las reservas del BCRA. Es una cifra. Con un agravante: tienen un interés que supera el 26% anual. Un rendimient­o más que interesant­e para una inflación que dificilmen­te supere el 20% este año. Y que, por otra parte, genera más pesos.

El Gobierno resuelve lentamente el problema de las Lebac a través de las letras que emite la Tesorería a más largo plazo y algunos especialis­tas proponen salidas más drásticas (Ver página 4). Como sea, los papeles del Tesoro son otra vía de endeudamie­nto que incluye pesos y dólares. Y con tasas que compiten con las Lebac.

Ahora, cada vez que el Banco Central baja milimétric­amente la tasa (el martes pasó de 26,75% a 26,5%), una parte de los inversores corre al dólar y el BCRA debe liberar parte de sus reservas. El mecanismo parece bastante lógico, y no debería preocupar, aunque va de bruces con el uso exclusivo de la tasa, hoy acotado por razones políticas y casi de sentido común, para enfrentar a los precios.

La cuestión es que algunos funcionari­os parecen haber descubiert­o que si sube el dólar los precios lo acompañan como un calco. Claro que si el “billete” no crece al menos como la inflación, habrá más problemas que los actuales para exportar algo más que un puñado de productos primarios y sus derivados. Una situación ahora más complicada por la sequía, que impactó fuerte en la cosecha y lo hará en las exportacio­nes. Un dato adicional: en lo que va del mes la entidad monetaria debió desprender­se de más de 1.600 millones de dólares solo para acotar en pocos centavos el precio de la divisa.

El jueves la situación internacio­nal se agravó con la medida de EE.UU. contra China y la represalia oriental. El “fly to quality” que se anticipa para países como la Argentina implicará más salidas de capitales y nubarrones en el mercado de la deuda.

Justo cuando crece la economía y baja el desempleo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina