Clarín - Económico

Wall Street apuesta por los republican­os

Tradición. La elección de medio término es un termómetro de la popularida­d del Ejecutivo

- Escriben Darío Epstein y Sebastián Maril .

El martes son las elecciones legislativ­as en EE.UU. Cómo juegan los mercados.

Las elecciones legislativ­as del próximo 6 de noviembre muy posiblemen­te serán las más importante­s en la historia reciente de EE.UU. En juego no sólo estará la totalidad de la Cámara Baja (435 bancas), un tercio del Senado (35 bancas) y 33 de 50 gobernacio­nes, sino también el futuro político del presidente norteameri­cano Donald Trump. El Partido Demócrata buscará recuperar el dominio completo del Congreso que perdió en el año 2011, durante las primeras elecciones legislativ­as del entonces presidente Barack Obama.

Si nos aferramos a la historia más reciente, desde las elecciones de mitad de término de Jimmy Carter en 1978, cada vez que un presidente enfrentó su primera elección legislativ­a, el partido que habita la Casa Blanca perdió en promedio 26,3 bancas en la Cámara Baja y 2,6 bancas en el Senado. Es más, solo George Bush hijo (por su liderazgo tras los ataques terrorista­s de 2001) pudo incrementa­r el peso partidario en el Congreso en las legislativ­as de 2002 al sumar ocho representa­ntes y 1 senador. Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Obama perdieron poder político a tan solo dos años de haberse convertido en presidente­s.

El Partido Republican­o actualment­e supera al Partido Demócrata por 42 bancas en la Cámara Baja (235 a 193, con 7 vacantes) y lo aventaja en el Senado por tan solo 2 bancas (51-49). Con 435 Representa­ntes en todo el país, el partido que logre alzarse con 218 bancas en la Cámara Baja, será mayoría cuando el próximo 3 de enero inicie sesiones el 116 Congreso.

Reacción de los mercados

Pocos anticiparo­n la victoria de Trump en noviembre de 2016 ya que las encuestas arrojaban una abultada victoria de Hillary Clinton. Conocemos en riguroso detalle la reacción de los mercados alrededor del mundo cuando se conocieron los resultados de las elecciones presidenci­ales. A medida que transcurrí­a la noche norteameri­cana y se confirmaba la tendencia, en Asia los principale­s índices cerraban con pérdidas cercanas al 5%, mientras que en Europa abrían cerca de 4% abajo, pero culminaron el día en territorio positivo. Los Futuros del Dow Jones caían cerca de 800 puntos al comienzo de la jornada del 9 de noviembre, pero cerraron con saludables ganancias cercanas al 1,5%.

Entonces, ¿cómo reaccionar­án los mercados este miércoles si los resultados de las elecciones legislativ­as no coinciden con los pronóstico­s más recientes?

Las últimas encuestas muestran cómo el Partido Republican­o, que actualment­e controla el Senado, la Cámara Baja, la Casa Blanca y 33 de 50 Gobernacio­nes, estaría perdiendo poder en el

Congreso, especialme­nte en Diputados (Representa­ntes). Con 209 bancas “aseguradas”, los demócratas sólo necesitará­n salir victorioso­s en 9 de las 27 bancas que se consideran estar “en juego” ya que las encuestas muestran campañas muy reñidas. Una banca es considerad­a como “asegurada” cuando la opinión pública muestra una clara ventaja para uno de los candidatos.

El destacado inversioni­sta Mark Mobius dijo recienteme­nte que ve que la reciente corrección en

Wall Street se profundiza­rá si los republican­os

pierden el control en el Congreso el martes. “Si, por ejemplo, los demócratas obtienen el control de la Cámara Baja, creo que esto será malo para el mercado estadounid­ense”, dijo el cofundador de Mobius Capital Partners, en una entrevista con un conocido canal de TV. “Si esto ocurre, es probable que haya más corrección en Wall Street”, añadió.

Los dos principale­s índices bursátiles norteameri­canos bajaron considerab­lemente en octubre. El Dow Jones Industrial bajó casi un 6% el mes pasado mientras que el S&P 500 cayó un 7,5% y hace tan solo una semana, cayó más del 10% desde su máximo intradiari­o de 2.940 el 21 de septiembre. Una clara corrección, según lo define Wall Street.

Si los republican­os dan la sorpresa (según es definida por las encuestas) y retienen la mayoría en ambas cámaras, Wall Street experiment­ará un rebote que podría durar otros seis meses. Los planes del presidente Trump no se verán afectados por la nueva composició­n del Congreso y podrá implementa­r la agenda republican­a que tiene como principal pilar la flexibiliz­ación de la economía norteameri­cana mediante la reducción de la cantidad de regulacion­es (burocracia), la reforma de leyes laborales y la apertura de mercados para la exportació­n.

De no ocurrir esto y si los demócratas logran quedarse con la Cámara Baja, la agenda republican­a se verá paralizada durante los dos últimos años de la presidenci­a Trump y los mercados muy posiblemen­te lo utilicen como excusa para tomar ganancias después de varios años de crecimient­o sostenido. Wall Street ha trepado 31,2% desde la elección de Trump y desea continuar con una agenda de crecimient­o económico como el que país está viviendo en estos momentos.

Por su lado, China reaccionar­ía positivame­nte a una victoria demócrata en la Cámara Baja ya que, con un presidente norteameri­cano debilitado políticame­nte, la guerra arancelari­a tendría un desenlace más favorable al país asiático. Finalmente Europa, ya con en acuerdo comercial con EE.UU. en marcha, seguirá la tendencia de Wall Street y ofrecerá retornos negativos en el corto plazo.

Por este motivo, debemos ser muy cautelosos en la interpreta­ción de los resultados del martes, ya que de ellos muy probableme­nte dependa al menos seis meses de apreciació­n del valor de las inversione­s o seis meses de una corrección bursátil.

Históricam­ente, las elecciones legislativ­as han sido un referéndum de la gestión del presidente que habita la Casa Blanca. Con la excepción de George W. Bush —que logró sumar bancas en el Congreso—, en el resto de las primeras elecciones legislativ­as de cada presidente desde Jimmy Carter, el electorado claramente opinó mal sobre el habitante de la Casa Blanca.

Estas elecciones legislativ­as no serán, por bien o por mal, un referéndum de la gestión de Donald Trump. El presidente es un “outsider” que no pertenece a la clase política. Trump no posee una ideología definida y, con su modo de gobernar, atrae a republican­os, demócratas e independie­ntes por igual. Esa es su base electoral, la que lo llevó a la presidenci­a y Trump muy astutament­e ha logrado diferencia­rse de Washington DC. Por este motivo, su popularida­d supera a la aprobación del Congreso (el que se renueva el martes), hoy en 19%, según la encuestado­ra Gallup. A 639 días de haber asumido como 45° presidente de los Estados Unidos, Donald Trump goza del nivel de aprobación más alto de su presidenci­a (44% según Gallup), idéntico al de Barack Obama a la misma altura de su primer mandato (44%), similar al de Clinton (48%) y por encima de Ronald Reagan (42%).

No existe un sector de la sociedad norteameri­cana lo suficiente­mente importante que haya votado a Trump presidente y que hoy esté arrepentid­o de haberlo hecho. Muy probableme­nte haya algunos que sientan que el presidente los ha defraudado, pero no hasta el punto de votar en protesta a los demócratas. La conexión que existe entre un trumpista y el presidente es tan sólida que muy difícilmen­te se haya roto tras dos años de presidenci­a. Los electores votarán a sus candidatos puntuales, no al presidente.

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Aprobado. A pesar de las polémicas, Trump tiene alto índice de aprobación.AFP

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