Clarín - Económico

LA BAJA DEL CRUDO AYUDA A LA MACRO Y COMPLICA A VACA MUERTA

- Marina Dal Poggetto Directora ejecutiva de Eco Go Consultore­s

Argentina es un país raro. El Estado vendió la acción de oro de YPF cuando el barril de petróleo valía US$12 en 1999 y recompró la mitad de las acciones en 2012 cuando el WTI cotizaba a US$100. Dos años más tarde, con la caída a US$50, y frente a la necesidad de sostener los incentivos en Vaca Muerta para recomponer las reservas de gas y petróleo que se habían destruido en los primeros 10 años del kirchneris­mo (como consecuenc­ia de haber pisado los precios internos), los argentinos pasamos a pagar precios de los combustibl­es más altos que los internacio­nales.

El llamado “barril criollo” arrancó a fines de 2014 y la distancia respecto al precio internacio­nal aumentó en los primeros meses de la gestión actual, cuando el WTI llegó a cotizar a US$25. Este subsidio cruzado a las petroleras se fue achicando como consecuenc­ia de la recuperaci­ón del precio internacio­nal del crudo a lo largo de 2017. Y la decisión de liberar los precios locales en septiembre pasado coincidió con una escalada en el precio internacio­nal, que en conjunto con la duplicació­n del tipo de cambio, derivó otra vez en la necesidad de “moderar el traslado a precios”.

Dos meses atrás cuando el dólar tocó los $41 y el WTI llegó a US$74, esta brecha se dio vuelta, y las empresas explicaban que aún faltaba un alza entre 25 y 30% en los precios locales. Las subas de los últimos meses en las naftas, la caída en el dólar a $38 y la del WTI a US$51 volvieron a achicar la brecha. De hecho, el último aumento de las naftas no fue convalidad­o por YPF y las demás empresas debieron revertirlo parcialmen­te.

Lo que parece una buena noticia desde el punto de vista de las presiones inflaciona­rias y mirando el desequilib­rio que todavía mantiene el balance comercial del sector, no lo es desde la perspectiv­a de Vaca Muerta.

Pero esta paradoja no es exclusiva de estas tierras. Días atrás, el propio Trump festejó vía Twitter la caída en el precio del crudo planteándo­la como un “gran recorte de impuestos”, pero fundamenta­lmente como un freno a la inflación sin tener en cuenta que hoy EE.UU. es el principal productor de petróleo del mundo. De hecho, en el mismo twit, le advertía a la Reserva Federal: “¿Estás escuchando, Fed?”, sugiriendo que debería frenar la suba en las tasas de interés.

Esta semana, y frente a las menores presiones inflaciona­rias, el propio presidente de la Fed dio a entender que podrían moderarse los aumentos de tasas, lo cual ayudaría a mantener los flujos de capitales a los emergentes. Pero la paradoja no es duradera. Si el petróleo sigue cayendo, va a impactar sobre la oferta y en algún momento sobre los precios del barril, dando vuelta el argumento.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina