¿Estamos en el peor momento de la crisis económica?
Desde los despachos oficiales alientan la idea de que la actividad empieza a recomponerse. Todo dependerá de que el dólar siga estable.
“Argentina está terminando de superar la crisis”, dijo en la semana el ministro Nicolás Dujovne. Datos y economistas hablan a favor y en contra de esa afirmación. Informe especial.
Aunque no quieren arriesgarse a tirar números para 2019 después de tres años de pronósticos fallidos, en el Gobierno están convencidos de que la crisis tocó fondo y auguran que la recuperación ya arrancó este mes, lenta pero consistente. Desde el sector privado, los analistas señalan que noviembre habría marcado el piso de la caída de la actividad, pero que el verano aún traerá números complejo. Recién a partir de abril se empezarían a ver datos positivos de la mano de la estabilidad del dólar, la desaceleración de la inflación, alguna recuperación del poder adquisitivo, la potencia de las exportaciones y la tracción de la economía brasileña. En contra de estos buenos augurios podría jugar el efecto recesivo de las tasas altas, la depresión de la industria y su rol sobre la mano de obra y el impacto del calendario electoral sobre el mercado cambiario. “Argentina está terminando de su-- perar la crisis”, dijo el martes pasado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. En la misma línea, desde el Ministerio de Producción indicaron que el pico de la recesión se registró en noviembre. “En diciembre empezará a verse una desaceleración de la caída”, señaló el ministro Dante Sica.
Por el lado de la inflación, el pico se alcanzó en septiembre con el 6,5%. Del lado de la actividad, el último registro del Estudio Ferreres corresponde a octubre, con una baja del 3,1%.
El economista Bernardo Kosacoff, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Di Tella, comparte la idea acerca de que la crisis ya tocó fondo. “La mayor parte de los informes prevé claramente una recuperación para el 2019, aunque nadie espera una recuperación generalizada. Lo que se espera es que sea una recuperación lenta y heterogénea”. Para Kosacoff habrá “una mejora en el poder adquisitivo de los salarios,
que ha sido la variable más afectada por la crisis”.
Entre los factoresque lo llevan a ser optimista, Kosacoff menciona “el impulso positivo de la balanza comercial, que dejaría un saldo favorable
de US$7.000 millones en 2019. En esto serán determinantes no solo la buena cosecha, sino también los buenos resultados de energía con Vaca Muerta, las exportaciones de servicios del conocimiento, algunos proyectos de la industria automotriz y las economías regionales. Además se van a revertir o va disminuir el déficit turístico. A esto hay que sumar los componentes negativos que jugarán a favor del superávit, como la disminución de las importaciones de bienes de capital y de bienes de consumo por la caída de la actividad”.
El economista menciona como otro elemento a favor la recuperación de Brasil. “Se espera un aumento en el nivel de actividad y eso es bueno para nosotros”. En contra juegan las
tasas altas. “La tasa es uno de los factores más limitantes para la recuperación de la actividad y del empleo”.
Para Kosacoff, uno de los factores decisivos es “la tranquilidad en las expectativas cambiarias”. Y remarca que habrá distintas fases en la recuperación de la actividad. “Hasta abril los resultados van a ser modestos. En mayo y junio, cuando la comparación sea contra los meses de este año en los que ya hubo resultados negativos, veremos datos positivos”. Para el economista, el overshooting de la devaluación ya se dio. Por eso confía en que la inflación 2019 sea la mitad de la de este año. —¿Qué factores podrían complicar este escenario?
—Siempre hay incertidumbre con respecto a la aparición de “cisnes negros”. El escenario internacional se está desacelerando pero tiene números relativamente buenos y los precios de nuestras exportaciones también son relativamente buenos. Además, el acceso al financiamiento está garantizado por el FMI y por el swap con China y uno supondría que deberíamos tener un escenario con menos impacto negativo.
Para Gabriel Zelpo, de la consultora Elypsis, “posiblemente estemos bastante cerca del fondo. Los números de enero y febrero serán menos malos que los de noviembre y diciembre. El factor determinante será la estabilidad cambiaria”. —¿Qué sectores saldrán primero?
—Algunos sectores ya están teniendo alguna recuperación, como las exportaciones, que vienen muy bien. Otros van a seguir cayendo por un tiempo más, como los relacionados con el consumo. Los bienes importados y durables como autos y electrodomésticos van a a tardar más en dar la vuelta. —¿Qué pasará con los salarios?
—Vamos a tener recuperación de salarios reales del orden de 9 puntos. La masa salarial de la economía es muy grande como componente total del producto, por eso incluso con tasas altas puede empezar a observarse una recuperación en el consumo. Pero mi escenario es que no se recupera el crédito hasta mediados de año.
Según Ecolatina, en 2019 los salarios formales comenzarán el año con significativos aumentos como producto de la claúsula de revisión que estaba contemplada en muchas de las paritarias. De este modo se espera que los salarios formales tengan una
Nadie espera una recuperación generalizada. Lo que se espera es una recuperación lenta y heterogénea Habrá una mejora en el poder adquisitivo”. Bernardo Kosacoff Los números de enero y febrero serán menos malos que los de noviembre y diciembre. El factor determinante será la estabilidad del dólar”. Gabriel Zelpo
suba del 35% en 2019, escalando por encima del dólar y las tarifas de servicios públicos. Pero este repunte recién llegará en la segunda parte del año (¿a tiempo para las elecciones?).
Aunque se da por hecho de que parte del poder adquisitivo se recuperará en 2019, nuevamente la regla será la heterogeneidad. En 2018 los jubilados se anotaron entre los grandes perdedores. Para el IARAF, la capacidad de pago de los jubilados caerá este año 7%. “Se requeriría un mes
extra para compensar la pérdida en el poder de compra sufrida por los beneficiarios a lo largo de 2018”, indica Nadín Argañaraz. Para 2019 estima que recién en la segunda parte del año los haberes “volverían a ganarle a la inflación”.
La percepción de que lo peor ya pasó que predomina en el Gobierno y con la que coinciden parte de los analistas todavía no se percibe en la calle. Una señal de esto es que el Índice General de Expectativas Económicas (IGEE), que mide la percepción de la población sobre la situación del país, cae dos puntos por segundo mes consecutivo. “Nuevamente la variable empleo es uno de los indicadores clave para explicar este deterioro”, comentó Julieta Dejean, directora comercial de Kantar TNS. “La situación de empleo se potencia con la percepción de que éste no es un buen momento para la compra de bienes durables”.