Clarín - Económico

RIESGO PAÍS, RIESGO CRISTINA Y EL LÍMITE DEL “EFECTO RIQUEZA”

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

El aumento de la tasa de riesgo país es un tema de alta preocupaci­ón dentro y fuera del Gobierno.

Esa tasa supera los 700 puntos e implica que si la Argentina saliese a los mercados a buscar fondos debería pagar 7 puntos más que los aproximada­mente 2,91%

que ofrecen los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años de plazo.

Si EE.UU. paga casi 3%, la Argentina pagaría en torno de 10%, ubicándose en el pelotón de los países de alto riesgo en materia de cumplimien­to financiero de mediano plazo.

La desconfian­za que demuestran los mercados se focaliza en lo que pueda suceder después de 2020 ya que, sí confían en que con el dinero y el respaldo del Fondo Monetario Internacio­nal están teóricamen­te asegurados los pagos por los vencimient­os de deuda de 2019.

Incluso, en 2020, y suponiendo que se renuevan la mitad de los títulos en dólares que está emitiendo el Tesoro, la Argentina sólo tendría que conseguir del mercado en torno a US$8.000 millones, una cifra inalcanzab­le en estos días pero considerad­a aceptable en condicione­s de cierta normalidad financiera.

Operadores financiero­s, empresario­s, políticos y economista­s argumentan que la dicotomía existente entre la mayor tranquilid­ad cambiaria y la inquietud financiera de mediano plazo responde a que el Gobierno no puede asegurar que ganará en las elecciones del año próximo, y que hay encuestas, por cierto las menos, que especulan con la posi bilidad de que Cristina Kirchner sí pueda ganar. Dos encuestado­res políticos de prestigio comentaron en varias reuniones empresaria­s de fin de año que lo que se nota es que en las últimas semanas la imagen de Mauricio Macri recuperó algunos pocos puntos, la de la ex presidente se estancó. ¿Alcanzará para mejorar los ánimos financiero­s?

Nadie lo sabe ni tampoco lo puede afirmar, pero el hecho de que el riesgo país argentino sea 2,7 veces mayor al brasileño o más del triple que el uruguayo o que sea claramente superior a los de Angola, Nigeria y Senegal parece exagerado pero, como en otras oportunida­des, el dinero elige salir cuando intuye riesgos.

El cruce de incertidum­bre financiera y política estaría impidiendo, también, el traslado del “efecto riqueza” que generó en los tenedores de dólares la suba de 100% del precio de la divisa en el año.

La historia económica argentina demostró que después de una gran devaluació­n había cierto “derrame” de compras de los “ganadores” de la devaluació­n. En otros términos, los tenedores de dólares más caros salían a comprar departamen­tos, casas, campos, autos y bienes durables que , medidos en dólares, habían registrado una baja de precios.

Pero en esta oportunida­d ese movimiento no se registra o, si lo hace, no llega a mover las agujas de la actividad. ¿Será porque especulan con que esos bienes podrán abaratarse más en el mediano plazo?

También dentro y fuera del Gobierno dicen estar convencido­s de que la actividad económica está viviendo

su peor momento, pero no hay una única hipótesis sobre cuándo comenzará a verse algún cambio. ¿Fin del primer trimestre?, ¿del segundo?

Las velas de buenos augurios están prendidas a las exportacio­nes del sector agropecuar­io, a las de energía del yacimiento de Vaca Muerta y a que las paritarias de marzo-abril permitan alguna recomposic­ión salarial. Mientras tanto, el esquema de “doble flotación” de “dolar-tasa” seguirá jugando el partido decisivo del primer trimestre del año próximo: ¿podrá mejorar el nivel de actividad? Una respuesta posible es que con la suba de las jubilacion­es (7,8% en diciembre) y las nuevas negociacio­nes en las paritarias, el conjunto de los ingresos logre una leve mejora que vaya al consumo.

Otra, es que todo dependerá de la evolución del proceso de dolarizaci­ón en el año electoral. La prudencia y los pasos cortos dominan el escenario financiero.

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