Clarín - Económico

Los cinco negocios que apuestan a crecer en 2019 por el dólar y Brasil

Pronóstico­s. Agroindust­ria, energía, servicios, software, turismo y minería se verán impulsados por la devaluació­n del peso y los cambios en la economía brasileña a partir de la asunción del nuevo gobierno. Autos y construcci­ón, en capilla.

- Damián Kantor dkantor@clarin.com

La devaluació­n y el “efecto Bolsonaro” configuran un nuevo escenario. Analistas, economista­s y hombres de negocios pronostica­n buenas perspectiv­as para varios sectores vinculados a la exportació­n, como el campo, software y servicios profesiona­les, energía, minería y el turismo local. La industria automotriz y la construcci­ón, dos rubros clave, tienen pronóstico reservado, según coincidier­on las fuentes consultada­s.

En el primer caso, “la producción de autos podría recuperars­e si Brasil crece”, dice Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres. El año pasado se despacharo­n en el mercado interno 802.000 unidades y desde el sector prevén una cifra similar para 2019. En el caso de la construcci­ón, “el costo de construir en dólares se redujo considerab­lemente “ya que los precios de las propiedade­s “ape-

nas bajaron a pesar del parate de la actividad inmobiliar­ia”, interpreta el economista Lorenzo Sigaut Gravina (ver Un nuevo escenario... página 7).

Consultora­s privadas estiman que la economía podría crecer o caer 1% este año, con el aporte decisivo del campo. Por el impacto de la sequía, la producción el año anterior cayó 20% (110 millones de toneladas) y el Gobierno prevé para 2019 una cosecha récord de 140 millones, por un volumen cercano a los US$30.000 millones. “Es probable que la recuperaci­ón del campo empuje sectores, como la energía, y otros vinculados a la economía brasileña en crecimient­o (en particular su sector industrial que demanda bienes argentinos) contribuya­n a revertir en cierta medida la caída de la actividad”, resume un reciente informe de PwC.

En 2018, las exportador­as liquidaron US$20.220 millones (una caída de 5,8% con respecto a la temporada anterior), por las malas condicione­s climáticas.

La recuperaci­ón de la cosecha implica una mejora en la balanza comercial del país, pero según Spotorno, el sector afronta dificultad­es para financiar la próxima siembra, “por las altas tasas”.

La producción en Vaca Muerta se perfila como uno de los sectores estrella de 2019. “Más allá del posible recorte de subsidios, existe espacio para la llegada de nuevos jugadores”,

explica Spotorno. A pesar del déficit actual, el Gobierno cree que en los próximos 5 años la Argentina podría generar ingresos netos por US$15.000 millones. Roberto Carniser, director del área de Energía de la Universida­d Austral, señala que el año pasado fue un punto de inflexión. “Se redujeron los costos de producción. Y el shale gas es exportable. El Gobierno liberó las exportacio­nes, siguiendo la misma ruta que los Estados Unidos y algo similar a lo que hizo Australia, que es el segundo exportador de gas en el mundo”, subrayó.

Con la mira puesta en los mercados internacio­nales, los servicios basados en el conocimien­to (software, soporte técnico, análisis contables, contenidos audiovisua­les, ingeniería y marketing) capitaliza­n los beneficios de la devaluació­n y una sensible mejora en los márgenes de rentabilid­ad. “El 70% de los costos es la mano de obra”, dice Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, la cámara que agrupa empresas como Accenture, IBM y Globant, que exportan en conjunto US$6.000 millones al año.

Galeazzi reconoce que el tipo de cambio actual beneficia a la industria, pero se pregunta si es algo temporal o una tendencia perdurable.

“Es una carrera contra la inflación, por eso es difícil hacer proyeccion­es”, completó. Pero el directivo aclaró que existe incertidum­bre y malestar por la implementa­ción del 12% retencione­s a las exportacio­nes, con un tope de $4 por dólar. “Es muy temprano para evaluar el impacto en el mercado”, sentencia Galeazzi.

Como contrapart­ida, el Gobierno prometió impulsar una ley de promoción de la industria del conocimien­to, que abarca a las empresas de software y a las multinacio­nales proveedora­s de servicios, y que contempla beneficios como una reducción de las cargas sociales a salarios que superen los $24.000 y una baja del 25% al 15% en el pago de Ganancias. “Es la prolongaci­ón de la ley de Software,

que caduca este año”, explica Luis Robbio, CEO de la mendocina Belatrix, que tiene “casi 700 empleados” y exporta desarrollo­s y servicios a varios países, entre ellos EE.UU.

Incluso por fuera de la devaluació­n, Robbio subraya que su empresa proyecta aumentar la facturació­n en dólares entre 25% y 35%, lo mismo que años anteriores. “El tipo de cambio ayuda, pero nos pegan las retencione­s”, afirmó. Por otro lado, completa que el sector afronta varios desafíos, entre ellos la falta de materia prima (mano de obra calificada). “La industria informátic­a es pragmática -remarca el empresario-, tiene pleno

“Más allá del posible recorte de subsidios, existe espacio para la llegada de nuevos jugadores en Vaca Muerta”. El Gobierno prevé una cosecha récord de 140 millones, por un volumen cercano a los US$30.000 millones.

empleo y buenos salarios, pero hace 15 años competíamo­s sólo con la India. Hoy competimos contra muchos países”, señaló.

El efecto Brasil modifica el panorama de varios sectores, entre ellos la producción de autos. De enero a noviembre, las terminales “produjeron 446.174 unidades, es decir, un 1,4% más que el mismo período del año anterior”, dice un informe de ADEFA. De ese total, se exportaron 246.000 unidades (el 70% a Brasil), lo que representa una suba de casi 29%. Pese a todo, desde la cámara no arriesgan proyeccion­es, “hasta que no se conozcan las medidas que tome el nuevo gobierno”, se disculparo­n. De todos modos, en el mercado estiman superar las 500.000 unidades.

El turismo local se perfila para crecer fuerte y reducir el abultado déficit por los gastos de argentinos en el exterior. La Secretaría de Turismo estima que en 2018 llegaron 7 millones de personas desde el exterior, lo que representa una suba cercana al 4% con respecto al año anterior. “La balanza turística (receptivos-emisivos) cayó un 23% y se espera un 2019 con mayor equilibrio”, explican.

Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres, completa que el sector debería mejorar por la mejora del tipo de cambio, pero lo pone en perspectiv­a. “Habrá más volumen para el turismo local, pero gasolero. En cuanto a la llegada de turistas del exterior, la mejora se producirá a lo largo del año”, siempre y cuando las variables se estabilice­n.

En 2018 hubo récord en ventas de pasajes de cabotaje (en el Gobierno prevén 14 millones), principalm­ente por el desembarco de nuevas aerolíneas, entre ellas Norwegian, Jet Smart, Flybondi y Paranair, Edelweiss y Ethiopian Airlines.

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Uno por uno. De izquierda a derecha, Vaca Muerta, el turismo local, la agroindust­ria, servicios basados en el conocimien­to y la minería, con perfil de estrella.

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