Dólar quieto: ventajas y riesgos de la paz cambiaria
La divisa estadounidense ya lleva ocho semanas en modo zen. Las expectativas de economistas y operadores financieros sobre el camino a seguir hasta las PASO del 11 de agosto. El juego de las tasas de interés.
La divisa norteamericana lleva 8 semanas de calma y, en las 6 semanas que faltan de aquí a las PASO, los pronósticos coinciden en que están dadas las condiciones para alcanzar un período de 100 días de estabilidad cambiaria. Para los analistas, esto ayuda a desacelerar la inflación, mejora las chances electorales del Gobierno y da margen para seguir bajando la tasa de interés. Pero a la vez
incentiva la llegada de fondos especulativos con el carry trade, aumenta la vulnerabilidad de la economía y la expone a salidas bruscas de capitales como ocurrió el año pasado.
En dos meses el dólar bajó 8% con una inflación que marcó 3,1% en mayo y que podría ubicarse por debajo del 3% en junio. En paralelo, el Banco Central convalidó en ese período una reducción significativa de la tasa de interés de referencia del mercado: la Leliq pasó de 74% a 62,6%.
Con las tasas altas el Central buscó presionar a los bancos para que ofrecieran a los ahorristas mejores rendimientos y de este modo los tentaran a quedarse en pesos antes que pasarse a dólares. Según las leyes que rigen en la economía argentina, menos presión sobre el dólar equivale a menos presión sobre los precios y, por ende, a una desaceleración de la inflación, el insumo clave para el oficialismo mantenga las chances de aspirar a un segundo mandato.
"Se generó una apreciación que hace tiempo no se veía. Hubo cuestiones estacionales que colaboraron, pero en el mercado se vio que nadie quería dólares y todos demandaban pesos”, indica Nery Persichini, gerente de GMA Capital. Y calcula que el carry trade, la operatoria de vender dólares para aprovechar las tasas altas en pesos y luego volver al dólar cuando las tasas bajan, deja
una ganancia del 9% mensual. "La dinámica de las tasas está íntimamente relacionada con la inflación y las expectativas. No nos olvidemos que este esquema está pensado para que los bancos paguen tasas a un nivel un poco mayor", apunta.
La estrategia de estabilización del dólar se sostuvo en parte en la tasa y en parte en abastecer al mercado mediante la venta diaria de US$60 millones por parte del Tesoro, a la que se agrega la liquidación de los agrodólares, que llegó a US$2.500 millones en mayo y rondaría los US$3.000 millones en junio. Con esto se buscó minimizar el impacto de otro clásico del año electoral, la dolarización de carteras, que tradicionalmente le suma tensión al mercado cambiario.
Desde la consultora LCG, Guido Lorenzo asegura que pese a la pax cambiaria la dolarización de carteras se produjo. "Hasta mayo se fueron
US$9.000 millones. La dolarización
es una tendencia que se sigue viendo como en cualquier año electoral. Esta vez no se reflejó tan fuerte en el precio porque tuvimos la oferta del agro y la transformación de pesos de los dólares del préstamo del FMI".
Quedan casi cinco meses de aquí
Se generó una apreciación que hacía tiempo que no se veía. Nadie quiere dólares y todos demandan pesos.
a la finalización del proceso electoral si es que —como todo indica— hay segunda vuelta el 24 de noviembre. "Nosotros calculamos que la dolarización alcanzará a US$22.000 millones en todo el año", estima Lorenzo. Con ese número como base, el BCRA tendría recursos disponibles para poder hacer frente a la presión.
Persichini coincide en que "con el stock de reservas disponibles cerca de US$20.000 millones, el Central se podría bancar una potencial corrida cambiaria de manera fenomenal".
Como un incentivo en la apuesta por el peso, el Banco Central se comprometió a mantener el piso de la tasa de Leliq en 62,5% hasta el 1 de julio. Con la tasa ya en ese nivel, la expectativa del mercado pasa por ver qué actitud tomará Guido Sandleris de ahora en más. "Creo que va a mantener el sesgo contractivo en su política monetaria", sostiene Persichini. "El Central va a estar supeditado a cómo evolucione la inflación". En ese sentido, indica que hay buenas chances de que la inflación continúe bajando gradualmente. "El grueso de las tarifas se actualizaron a principios de año. Esto da un muy buen aliento en términos de menor inercia, genera mejoras en las expectativas y la estabilidad cambiaria puede contribuir a llevar a la Argentina a una zona de reactivación".
Con la tasa de referencia cayendo 11,5 puntos porcentuales en menos de 60 días reaparece el fantasma de lo ocurrido durante el veranito financiero cuando, también con el dólar planchado, la tasa bajó 17 puntos entre fines de diciembre y mediados de febrero. Aquella bonanza terminó en un repunte de la inflación y del dólar, los incipientes brotes verdes se marchitaron y la tasa regresó a la zona de 74% para fines de abril.
"El Central ya tomó nota de la lección de febrero y ahora va a ser muy cauteloso para elegir el camino de la tasa", señala Persichini.
Con otra lectura, Lorenzo apunta que "el Central está demostrando que podría ser una buena señal bajar la tasa. Están dadas las condiciones. La tasa va a ir bajando pero en forma no lineal. Va a ir descendiendo en la medida en que bajen las expectativas de inflación. No descarto que después de las PASO haya alguna tensión que lleve los precios al alza y la tasa tenga que repuntar".
Lorenzo remarca que a partir de julio "se empieza a retirar la oferta del agro y si hay más ruido político podría haber complicaciones con el mercado cambiario".
Martín Redrado, ex presidente del Banco Central, muestra su preocupación por el regreso del carry trade. "El proceso de apreciación que hemos tenido en los últimos días está vinculado a que vuelve el carry trade como ocurrió en 2017 y una parte de 2018. Y sabemos que eso tiene una gran volatilidad".
El titular de la Fundación Capital menciona que "el escenario internacional es más favorable para los emergentes. Se viene una baja de la tasa de la Reserva Federal y también tasas de interés negativas en Europa y en Japón. Todo eso da un outlook positivo, pero sabemos de la volatilidad que tiene". El economista resalta que "es evidente que cuanto más carry haya, más volatilidad le puede poner al tipo de cambio. Caer en procesos de atraso cambiario es muy pernicioso porque algún fenómeno endógeno o exógeno esto termina haciendo el trabajo sucio".
"Hay una relación insana entre el dólar y la evolución de la popularidad del Presidente. Sería más saludable un Banco Central que estuviera haciendo política anticíclica. Atrasar el tipo de cambio en algún momento va a traer mayor tensión, sobre todo si la elección es muy pareja", sostiene Redrado.
La tasa va a ir bajando pero no en forma lineal. Irá cayendo en la medida en que las expectativas de inflación bajen.