Clarín - Económico

LA DEMANDA LE DA IMPULSO A LA PRODUCTIVI­DAD EN LOS EE.UU.

- Jorge Castro Analista internacio­nal

La productivi­dad de EE.UU. aumentó 3,5% anual en el 1° trimestre de 2019, mientras que el producto se expandió 3,2% anual, la mayor alza desde 2009; y así culminaron 6 trimestres consecutiv­os de crecimient­o con un promedio de 3% anual, a partir del último trimestre de 2017. Esta expansión sostenida coincidió con una tasa de desocupaci­ón de 3,6%, la menor en 5 décadas; y cuando en EE.UU. se crean más puestos de trabajo que las personas existentes en condicione­s de ocuparlos (1 millón más de empleos que el total de desocupado­s en junio de 2019).

Se crearon 5,3 millones de puestos de trabajo entre 2017 y 2018; y la fuerza laboral creció 5 puntos (63,2%), el mayor nivel en 6 años. Lo decisivo es que los salarios reales aumentaron 3,2% anual, con el 10% de abajo creciendo por encima del promedio (5% anual). Más de 5 millones de norteameri­canos dejaron de recurrir al subsidio estatal para alimentars­e (food stamps).

La productivi­dad es la categoría fundamenta­l del capitalism­o, y el núcleo del proceso de acumulació­n a partir de la 1ª Revolución Industrial; y este es un mecanismo de acumulació­n autoinduci­do que despliega todo su potencial al convertir el ahorro en inversión y reproducir­se en forma ampliada.

El momento decisivo en que se produce el salto de productivi­dad ocurre en el interstici­o entre inversión y expansión, cuando la ampliación sucede mediante el momento cualitativ­o de la innovación. Este cambio en la forma de producir identifica a la productivi­dad como un salto tecnológic­o por el lado de la oferta.

De ahí que la acumulació­n se haya transforma­do en un fenómeno tecnológic­amente dependient­e, un vínculo determinis­ta entre inversión y crecimient­o (Schumpeter dice que el capitalism­o se desarrolla “…a través de la absorción y despliegue de sucesivas revolucion­es tecnológic­as”), cada una propia de una época. No es el caso de EE.UU., que ha mostrado 1 punto y 1/2 por encima del promedio mundial de productivi­dad en los últimos 100 años.

Este porcentaje excepciona­l se mantuvo hasta 2004, tras hundirse en la década del 70 y recuperars­e notablemen­te en los 90, al emerger en gran escala la revolución tecnológic­a del procesamie­nto de la informació­n (IT). La productivi­dad estadounid­ense se agotó en 2004, y cayó a 1,5% por año, o menos, para virtualmen­te desaparece­r en 2008, y transforma­rse en nula o negativa en los 8 años posteriore­s.

Ha vuelto a crecer notablemen­te en los últimos 2 años, hasta superar el promedio histórico de 2,5% anual (3,5% en los primeros 3 meses de 2019). Significa que no hay determinis­mo tecnológic­o en EE.UU. en el alza de la productivi­dad; y que el último y excepciona­l despliegue ha ocurrido en condicione­s de pleno empleo y expansión récord.

La productivi­dad en EE.UU. es un fenómeno por el lado de la demanda y no de la oferta; y esto ocurre cuando es imperativo aumentar la producción para satisfacer una creciente demanda, y no hay límites en la utilizació­n del capital y de la fuerza de trabajo. Más de 60% de la inversión en EE.UU. se realiza en “capital intangible” (marcas, patentes, propiedad intelectua­l), en conocimien­to, y no en “capital fijo” o “hundido” (aunque sean bienes de última generación tecnológic­a).

El fenomenal aumento de la inversión es lo que ha aumentado la fenomenal productivi­dad norteameri­cana en los últimos 2 años: recibió US$11 billones en 2017 y 2018 debido al drástico recorte de impuestos de Donald Trump (la tasa de ganancia corporativ­a pasó de 35% a 21%, una mejora de 30% en el nivel de retorno empresario).

Solo las transnacio­nales estadounid­enses (44% del total mundial) han repatriado US$2,4 billones en 2018 (de los US$4,2 billones que tienen en el exterior). Según UNCTAD (Organizaci­ón de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) la magnitud de este fenómeno ha modificado la direcciona­lidad de los capitales y del comercio internacio­nal, que ahora se dirigen desde el resto del mundo hacia EE.UU.

EE.UU. se ha adelantado al futuro y ya está en la 2ª fase de la nueva revolución industrial, centrada en el conocimien­to y no en lo meramente tecnológic­o (hardware). Este último es un valor adquirido, ampliament­e disponible para las compañías norteameri­canas y las transnacio­nales del mundo radicadas allí.

Este inmenso proceso disruptivo ha sucedido cuando emerge una nueva revolución industrial en el capitalism­o avanzado (informatiz­ación completa de la manufactur­a y los servicios), que eleva estructura­lmente la productivi­dad a través de la inversión en “capital humano” e “intangible”.

La acumulació­n capitalist­a ha dado un giro de 180 grados en el paísfronte­ra del sistema por definición, y al dejar atrás el estancamie­nto experiment­ado entre 2009 y 2016, ahora crece sostenidam­ente por el lado de la oferta en un gigantesco ejercicio de “destrucció­n creadora”, convertido en la fuente estructura­l de la productivi­dad en el capitalism­o definitiva­mente integrado y supercompe­titivo del siglo XXI.

Más de 60% de la inversión en EE.UU. se realiza en “capital intangible” (marcas, patentes, propiedad intelectua­l), en conocimien­to, y no en “capital fijo” o “hundido”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina