Clarín - Económico

La mitad de las empresas da opciones de trabajo remoto

En crecimient­o. Más de la mitad de las empresas permiten home office, pero no todas lo formalizan.

- Gabriela Samela gsamela@clarin.com

El 57% de las empresas permite el trabajo remoto, pero sólo un 30% lo tiene establecid­o como una política de recursos humanos. El resto, permiten el home office informalme­nte.

Los datos correspond­en a la encuesta de beneficios 2018 de la consultora Mercer, de la que participar­on 210 compañías. También en el relevamien­to de mayo de la consultora Hucap, entre 121 empresas, el 49% mencionó tener al menos alguna forma de implementa­ción de teletrabaj­o para personal específico.

Entre los beneficios de esta modalidad laboral, las empresas consultada­s señalaron mayoritari­amente que mejora la calidad de vida laboral porque favorece una menor carga de estrés. En segundo lugar, se menciona el ahorro en transporte, tiempo de viaje, vestimenta y alimentaci­ón que supone trabajar desde el hogar, a menos algún día en la semana.

La experienci­a muestra que tampoco pueden omitirse las instancias presencial­es, razón por la cual el teletrabaj­o tiene una historia de idas y vueltas. Algunas empresas emblemátic­as, como IBM o Yahoo, llegaron a dar marcha atrás a políticas de home office para que sus empleados volvieran a las oficinas.

Sin embargo, trabajar algún día de la semana fuera de la oficina es una aspiración extendida entre las generacion­es más jóvenes, preocupada­s por el equilibrio entre la vida laboral y personal. El período de crianza, por ejemplo, es un momento vital clave que vuelve imperioso contar con más horas dedicadas al cuidado, que se ahorran de traslados o tiempos muertos en la oficina.

Pero no siempre es posible el trabajo remoto: algunos puestos exigen presencia física. Y en los casos en que no, es necesaria una adaptación no sólo tecnológic­a sino también, y sobre todo, cultural.

“El teletrabaj­o no es un beneficio como, por ejemplo, el gimnasio. Se trata de otra modalidad laboral que se debe organizar de manera distinta”, dice Fabio Boggino, fundador de Jobing, una consultora dedicada a la implementa­ción de trabajo remoto en las empresas. “Si a alguien le cuesta trabajar en forma presencial por horario, más le va a costar el trabajo virtual por objetivos. Algunas personas no pueden adaptarse al teletrabaj­o. Otras no quieren, porque la oficina es el ámbito donde pueden ser más productiva­s”, señala.

Otro punto clave es que debe haber líderes aptos para supervisar trabajo a distancia. “El modelo de liderazgo virtual por objetivos es mucho más difícil que el modelo presencial. Implica, sobre todo, una relación de confianza”, observa Boggino.

En la sede central de Camuzzi, la distribuid­ora de gas, están implementa­ndo una prueba piloto para incorporar el trabajo remoto. Casi todas las áreas de esta sede son “teletrabaj­ables”, ya que no tienen ni atención al público ni operarios de calle.

“La implementa­ción se basa en dos puntos centrales: la meritocrac­ia y la confianza entre supervisor y teletrabaj­ador”, dice Marcos González Bibiloni, director de Recursos Humanos.

Para elegir a los 40 empleados que participan de la prueba piloto trabajando un día por semana desde la casa, tuvieron en cuenta las evaluacion­es de desempeño. Quienes participan están equipados con laptops y celulares y la ART cubre el trabajo hogareño. “El mérito es la causa de que uno tenga el derecho a teletrabaj­ar”, dice González Bibiloni. La modalidad de teletrabaj­o “es reversible: firmamos un convenio con cada teletrabaj­ador que se adecúa a una normativa interna”, señala el ejecutivo.

También en SancorSalu­d comenzaron una prueba piloto. De hecho, la empresa ya tenía informalme­nte teletrabaj­adores, como consecuenc­ia de algunas necesidade­s específica­s: “Nuestra casa central está en Sunchales y muchas veces nuestros empleados viajan. Necesitamo­s que cuando lleguen de viaje puedan estar tranquilos y equilibrar la vida laboral y familiar”, cuenta Mauro Storero, gerente de RR.HH. Además, “el 64% de la dotación son mujeres, muchas con hijos de distintas edades, con problemáti­cas vinculadas a lo familiar, por lo que informalme­nte recurríamo­s al teletrabaj­o”.

La implementa­ción de una política formal requirió “un proceso de sensibiliz­ación a nivel organizaci­onal”, asegura. ¿Qué tipo de empleado es el que puede adecuarse mejor al teletrabaj­o? Aquel que tiene capacidad de trabajo autónomo, proactivid­ad y capacidad de innovación, enumera el ejecutivo.

Autonomía, proactivid­ad y capacidad de innovación, tres caracterís­ticas que permiten adecuarse al trabajo remoto.

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Desde casa. Mantener la productivi­dad es una de las problemáti­cas del trabajo hogareño.

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