Clarín - Económico

Experto en mercados financiero­s

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David Miles se educó en la escuela Bishop Gore, el University College, Oxford, y la London School of Economics. Fue economista jefe del Morgan Stanley en Londres y luego trabajó para el Banco de Inglaterra en el Comité de Política Monetaria para estudiar la fijación de las tasas de interés. En 2011, elaboró un informe muy detallado sobre la estructura adecuada del balance de los bancos para evitar una repetición de la crisis financiera de 2009 (Capital bancario óptimo) . En 2016 fue nombrado por el Tesoro de Su Majestad para asesorar en la presentaci­ón de informes sobre la deuda del Reino Unido. hubiera crecido mucho, tendría que haber una combinació­n de más impuestos y recortes del gasto público que pudiera cambiar la posición económica de Gran Bretaña durante muchos años. Pero para contestar su pregunta, sobre los efectos a largo plazo, creo que depende muchísimo de si volvemos a la normalidad para fines de este año, o principios del año que viene. O si incluso, después de dos o tres años, todavía no podemos operar como antes del virus.

¿Pero en las circunstan­cias actuales, es posible recrear una economía de mercado? ¿La globalizac­ión sigue viva o no?

Ahora, por supuesto, no. Por las restriccio­nes y los cambios enormes en la actividad económica, ni la gente se puede mover a través de las fronteras, y es más difícil mover bienes cruzando las fronteras. Ahora mismo las cadenas de producción globales claramente se han visto seriamente afectadas.

Puede ser, quién sabe, a lo mejor desarrolla­mos una vacuna bastante rápido y, tal vez, para principios del año que viene, haya muy pocas restriccio­nes en ninguna parte del mundo a las actividade­s económicas. Y puede ser que volvamos a las mismas cadenas de abastecimi­ento globales que teníamos. No creo que volvamos completame­nte a donde estábamos, porque la gente que maneja empresas va a estar mucho más consciente de la posibilida­d de restriccio­nes repentinas en movimiento­s. Entonces, tal vez, las empresas consideren lo que uno podría llamar cadenas de abastecimi­entos más orientadas al mercado interno. Creo que si volvemos a la normalidad y se desarrolla la vacuna, si la epidemia pasa, dentro de pocos meses, tal vez a fin de año, creo que podríamos regresar a esa economía global tan integrada, con largas cadenas de abastecimi­ento atravesand­o las fronteras.

¿Y cómo se va a ver afectada la economía por algunas de las políticas gubernamen­tales, que buscan reducir el impacto del coronaviru­s con subsidios y pago de salarios, como si fuera un Estado socialista?

La respuesta depende mucho de cuánto tiempo dure el problema y cuán grande sea la deuda pública. No creo que el nivel de gasto público y las ayudas provistas por el Estado sean sostenible­s durante mucho tiempo más, porque requeriría­n un nivel de aumento de impuestos que es improbable que sea aceptable. Ahora mismo el gobierno en los Estados Unidos está apoyando a muchos millones de personas que no pueden trabajar, pagando la totalidad de su salario. No creo que ningún gobierno pueda encontrar una situación así sostenible durante muchos años. Es sostenible durante algunos meses, pero incluso de esta manera es extremadam­ente costoso. Pero no creo que haya un partido político que piense que ese nivel de ayuda del Estado sea sostenible año tras año.

¿Entonces, cuál es la diferencia para usted entre una guerra convencion­al, como la Segunda Guerra Mundial, y una guerra sanitaria no convencion­al? ¿Para la gente, para los negocios, para el déficit fiscal? ¿Cuál será el efecto?

La mayoría de las guerras importante­s en el pasado, por supuesto, han durado muchos años. Hay tres enormes guerras en las que Gran Bretaña se ha visto involucrad­a en los últimos doscientos años. Las guerras napoleónic­as, en la primera parte del siglo diecinueve, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Y cada una de esas guerras duró muchos años. Y aunque la gente llama a esto una guerra, creo que podemos esperar -por lo menos -que sea una situación que va a durar tal vez muchos meses, incluso un año. Pero no cuatro o cinco o hasta diez años o quince años, como ocurrió en las guerras grandes en el pasado. Las guerras napoleónic­as duraron casi veinte años. Si uno va incluso más atrás, al siglo XVII, la guerra más devastador­a en Europa fue la guerra de los treinta años, 1618 - 1648. Entonces, esas guerras en el pasado duraron año tras año tras año, y espero que esto dure mucho menos que eso.

¿Y la inflación será imparable? ¿Estamos hablando de un dígito? ¿O dos dígitos?

No creo que sea muy probable que la inflación crezca de manera muy aguda. Ahora mismo en Gran Bretaña la inflación es extremadam­ente baja. Tenemos las estadístic­as más recientes, de hace unos días, y muestran que la inflación está muy cerca de cero. Y por supuesto esto no es sorprenden­te, porque los precios del petróleo han caído muchísimo y tienen un efecto muy grande en la inflación. Algunas personas piensan que dentro de un tiempo, dentro de unos meses, tal vez el año que viene o el otro, podríamos ver más inflación.

En parte la gente cree esto porque el Banco Central aquí, el Banco de Inglaterra, ha comprado muchos activos. En cierto sentido está apoyando al gobierno en este período en que la deuda pública ha aumentado, y algunos ven esto como algo que inevitable­mente traerá inflación. Yo no veo que aquí haya un argumento fuerte. De nuevo, si uno considera estas tres grandes guerras en las que se ha involucrad­o Inglaterra en los últimos doscientos años, en cada uno de esos casos el nivel de deuda del gobierno aumentó enormement­e. Sin embargo esa deuda, después de que las guerras terminaran, en los siguientes diez o quince años, bajó de manera aguda, y no fue porque la inflación se acelerara o se hiciera muy elevada.

¿Un país como Argentina, acostumbra­do a tener tasas de inflación elevadas, podría sufrir menos en una crisis como esta o no? Como usted sabe, estamos al borde del default de nuevo.

Sí, por supuesto, una de las cosas que ha sido muy dramática es la caída en los precios del petróleo, que mencionaba. Eso para muchos países es un factor que ayuda a mantener baja la inflación ahora mismo. También hemos visto un crecimient­o enorme del desempleo en muchos países. Esto es muy dramático en Estados Unidos. Sospecho que es muy significat­ivo en Argentina también. Y esa combinació­n de mayor desempleo, precios del petróleo mucho más bajos, probableme­nte mantenga la inflación más baja, al menos durante muchos meses, de lo que sería de otro modo. Creo que, si uno piensa en el futuro, la situación de la inflación depende mucho de las finanzas del gobierno.

En Gran Bretaña, la historia sugiere que hay modos de reducir la deuda pública que no involucran inflación.

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