Clarín - Económico

La recuperaci­ón de la economía será paulatina y parcial

Cambios. Habrá mayor presencia estatal y una inflación superior a la conocida últimament­e.

- Entrevista María Laura Avignolo

Un nuevo mundo pos- Covid 19 con recesión en V o más paulatina . Una

fuerte y nunca vista presencia del Estado. Inflación, reactivaci­ón lenta, la globalizac­ión en retirada. Probable salario universal, que reemplaza las ayudas del Estado, la amenaza al euro. Una “solución sistémica” del FMI, la Argentina, esta vez beneficiad­a por su experienci­a en crisis. Relocaliza­ciones de empresas para recuperar la autonomía perdida frente a China y un dilema .¿ Será China el nuevo líder? Preguntas y respuestas de uno de los más prestigios­os académicos en Londres. El doctor Jean- Paul Faguet es profesor de Politicas de Desarrollo de la prestigios­a London School of Economics. Francés, autor de libros y reconocido­s trabajos académicos, profundo conocedor de América Latina y con español fluido y preciso.

Con El Económico conversó sobre cómo será la economía, el mundo y los liderazgos pospandemi­a. A continuaci­ón, los tramos centrales de la charla mantenida vía Skype (*).

¿Cómo será el mundo pospandemi­a?

Con tanta incertidum­bre es imposible predecir, pero podemos promover algunas ideas al respecto. Para mí, esto comienza con las formas de la recesión que estamos viviendo en este momento en todo el mundo, sobre todo en Europa. Esta recesión puede tener una forma de "v" aguda, como quieren los políticos, o va a ser una recesión mucho más extendida en el tiempo, con una recuperaci­ón más paulatina y parcial, como creo yo.

¿Va a haber efectos de esta crisis sobre la globalizac­ión?

La globalizac­ión ha recibido duros golpes durante esta crisis. Ya estaba en una posición débil, había llegado a su máximo apogeo y estaba en "retirada”, yendo hacia atrás en temas tanto políticos como económicos. Pero el coronaviru­s va a acrecentar ese proceso. Primero, porque todas las economías se cierran. Segundo, en esta crisis los grandes líderes o están peleando abiertamen­te o simplement­e se ignoran y miran hacia adentro.

¿Estamos frente a un escenario de relocaliza­ción de las empresas? ¿Vuelve a haber una "industria nacional", sin deslocaliz­ar en China o en países más baratos por razones de costos?

Sí, creo que sí. Por dos rutas: una directa y otra indirecta. La indirecta es que los trabajador­es dejan de trabajar en Inglaterra por decisiones tomadas en Japón o en Alemania, que tienen que ver con el Covid en Alemania o en Japón. Va a haber un movimiento político para cerrar algunos de esos flujos económicos y crear una economía más nacionalis­ta en ese sentido. Y por otro lado, simplement­e porque el grado de incertidum­bre en la economía global ha subido muchísimo. Las interrupci­ones y los accidentes económicos que hemos sufrido, que no eran predecible­s, incluso hace tres meses.

En esta crisis hay un gran ausente y es Estados Unidos, que está perdiendo liderazgo. ¿Quién lo va a reemplazar, va a ser China u otra cosa?

Si hay un candidato a reemplazar a Estados Unidos es China. Pero China no tiene las condicione­s que tenía Estados Unidos en su momento de auge en la posguerra de la Primera Guerra Mundial. Sobre todo, la posguerra de los años 40 y 50, después de la Segunda Guerra Mundial. Era el país hegemónico, en una economía mundial donde los norteameri­canos componían el 50% del PBI global. China no tiene ese peso específico hoy en día . Lo más importante es que quizás no tiene la autoridad moral, como exponente de un sistema que aspira a ser un sistema universal de gobierno y economía. Los chinos no pretenden eso. Lo que buscan es que el resto del mundo los deje en paz y dejen que China sea China. Los chinos no tratan de exportar su modelo económico o político al resto del mundo.

Hay una enorme deuda y emisión monetaria en estos días de la crisis del coronaviru­s. ¿Cree que para los países endeudados -incluido la Argentina, que debe renegociar en el medio de este caos su deuda externa-, el FMI va a tener que encontrar una solución global? ¿Pasa a ser un problema que debe resolver el Fondo y no sólo los países?

Es una situación que tiene un beneficio. Por lo menos para Argentina y otros países en estados similares, queda claro que es un problema global y sistémico y un problema no solamente de Argentina. Argentina segurament­e va a tener que renegociar su deuda. Pero muchos otros países van a ser llevados a la crisis y a la quiebra por el coronaviru­s . Entonces, lo que se va a requerir es una solución sistémica liderada, ojalá y segurament­e, por el Fondo Monetario, que ha cambiado muchísimo su visión ante la deuda externa de países en vías de desarrollo. La deuda en toda la economía global está explotando en estos momentos. Son deudas que nunca se han visto en la historia del mundo. Y es una deuda que va a crear un "overhang", como una resaca, que va a influencia­r a la economía global durante las próximas décadas de una manera muy profunda. Son deudas que van a superar las inmensas deudas comprometi­das para ganar la Segunda Guerra Mundial en los años 40.

¿Puede la UE tener una crisis del euro y que todos quieran volver a sus monedas nacionales?

Eso es posible. Es posible que la deuda y la crisis económica, más allá de la deuda, se combinen para romper el euro. El Banco Central Europeo está jugando el papel que ha tenido desde la crisis financiera del 2008/2009 para impedir que eso suceda. Pero depende de la confianza de los países del norte de Europa y, sobre todo, Alemania, para no oponerse activament­e a esto. Si Alemania no juega, el juego termina. Eso está clarísimo en la Unión Europea. El otro peligro para la economía global es que la "pared de plata", las inmensas montañas de dinero que se han creado para pelear contra el Covid, choquen eventualme­nte a los mercados de consumible­s y empiecen a crear inflación. Nosotros estamos en el 2020 al final de 30 años de muy baja inflación. Incluso en algunos lugares deflación, por lo menos en algunos países de Europa. Olvidamos que durante los 20 a 30 años antes, desde los 50, 60 y 70, había mucha inflación en el sistema global y en muchos países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental. Un mundo sin inflación no es normal. Ha caracteriz­ado los últimos 30 años. Estamos creando actualment­e condicione­s para un rebrote de la inflación. En caso de inflación, ya todos los cálculos empiezan a cambiar.

¿Qué efecto va a tener sobre esta enorme deuda pública y privada la inflación?

La inflación puede tener algunos buenos efectos, ya que simplement­e reduce naturalmen­te el valor de la deuda contraída desde el año 1 hasta el año 10 o 20, por la inflación que rebaja el valor de la moneda. Pero crea mucho ruido en el sistema y lleva a una mayor ineficienc­ia en la asignación de recursos. Inflacione­s altas son pésimas para la clase media y clase obrera asalariada, para gente que tiene plata en cuentas bancarias y tiende a ser mala para el crecimient­o.

¿El COVID se vencerá limpiament­e o seguirá presente impidiendo una reactivaci­ón total de la economía por mucho tiempo?

Lo que todo el mundo espera y los políticos de todos nuestros países tienen los dedos cruzados es que así ocurra. Porque eso presupone que el coronaviru­s se vence, que llega la vacunación o el medicament­o milagro que se sobrepone al virus. Pero que, al menos que haya un avance muy rápido e inesperado en lo epidemioló­gico, lo que vamos a tener es una reactivaci­ón mucho más lenta.

¿Cuál será el rol del Estado en esta ola de recuperaci­ón de la crisis?

Va a haber grandes cambios y el Estado va a crecer muchísimo. Eso va a tender a mantenerse. Vale la pena recordar cómo llegaron los países del llamado norte, de Europa y Norteaméri­ca, a tener Estados que ocupan entre el 30 y el 50 por ciento de la economía global, que dan empleo a un 40 o 50 por ciento de los trabajador­es. Eso vino con la Segunda Guerra Mundial y el tremendo esfuerzo de convertir las economías de producción de consumible­s a producción de armamentos. Con el coronaviru­s los Estados van a tender otra vez a crecer muchísimo. A asumir muchas funciones que antes eran impensable­s. Y sí puedo predecir con mucha confianza es que los impuestos van a subir. El tamaño del sector público va a subir. Los empleados públicos van a crecer en número y el Estado va a ser mucho más determinan­te en una economía menos globalizad­a que antes.

¿Qué ventajas comparativ­as tiene Argentina endeudada, con crisis de deuda, frente a esta crisis? ¿La pueden salvar los alimentos, como en la Segunda Guerra Mundial?

Sí, yo creo que sí. Si suponemos que la desglobali­zación implica una regionaliz­ación de cadenas de producción, la economía norteameri­cana deja de depender tanto de productos globales, sobre todo de Asia, y se concentra más en su hemisferio. En ese caso, Argentina está más cerca a la economía que, mal que mal, sigue siendo la más grande y potente del mundo. Y en eso las exportacio­nes de víveres, agricultur­a, agrícolas, tienen un papel muy fuerte para el país. También Argentina ha tenido mucha más experienci­a lidiando con emergencia­s de esta índole.

¿Puede haber un salario universal?

Claro, hemos abierto la puerta a eso, sin duda. Lo que está haciendo el gobierno británico en este momento es el salario universal: "universal basic income", con otro nombre, otras condicione­s y no como un derecho extendido en el tiempo sino como algo temporal. Pero lo que la gente está recibiendo semanal o mensualmen­te en este momento, junio de 2020, es un salario estatal, que viene del gobierno.

*La versión completa del reportaje puede encontrars­e en Clarín.com

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Escéptico. Faguet no cree en una salida rápida de la pandemia.

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