Clarín - Económico

CUANDO PARA MIRAR EL FUTURO, HAY QUE USAR EL ESPEJO RETROVISOR

- Escenario Oscar Martínez omartinez@clarin.com

En la semana se reunieron el ministro del Economía, Martín Guzmán, y el gobernador bonaerense, y ex ministro, Axel Kicillof. No se conocen, aunque los debe haber, otros encuentros de gobernador­es con el ministro. Las lecturas políticas fueron coincident­es: marcaron la hegemonía del ala dura de la trifecta gobernante y la aquiescenc­ia de Guzmán (que parece haberse despojado de algunos oropeles académicos, señalan algunos visitantes), para "entender" las necesidade­s políticas de su antecesor en el corazón del voto (y el potencial triunfo) peronista en las próximas elecciones.

Así, el acuerdo implicó aumentos de tarifas según los parámetros del proyecto K (por Kicillof, como siempre aclaramos) menores al 10%, más fondos para obras públicas en el conurbano bonaerense, incremento del dinero disponible para ayuda social (casi $500.000 millones adicionale­s que nunca estuvieron previstos en el Presupuest­o) y medidas para controlar los precios en la región donde abundan los sectores de menores ingresos y que son, además, el sustrato más firme de aquel voto peronista que ya no es, como tiempo atrás, el de los trabajador­es sindicaliz­ados.

En este sentido, y sin ningún interés en subestimar a alguien, la reunión dejó también una señal importante para los analistas y los pronostica­dores de turno: para mirar al futuro, hay que usar el espejo retrovisor. De hecho, y más allá de la renegociac­ión de la deuda (que Axel con honestidad intelectua­l no podría reivindica­r jamás), el futuro de la política económica habría que rastrearlo a partir de 2014, cuando el ahora gobernador se sentó en el sillón de Guzmán. Como parece haberlo hecho nuevamente. Kicillof es el economista de consulta habitual de Cristina Kirchner, como en su momento fue Amado Boudou, que salvó su primer gobierno con la idea "genial" de usar los fondos de la ANSES para financiar el Estado. Favor con favor se paga. Y Amado fue vicepresid­ente.

De esta manera, se simplifica todo. Aunque Axel dejó las finanzas públicas al borde del abismo, no importó porque luego asumió Mauricio Macri y terminó de complicar todo de manera inexplicab­le, o no tanto. Pero bueno, no siempre el árbol caído sirve para hacer leña, aunque sí se sabe que la madera no habla.

De todas maneras, el control político-ideológico sobre los precios no parece ser tan exitoso como en el pasado. La inflación, con los regulados, excepto combustibl­es, bajo el pie es un botón de muestra de la incapacida­d para controlar los precios. Ni siquiera devaluando el peso la mitad de la suba de la inflación mensual se pueden frenar los incremento­s sobre todo en bienes de primera necesidad. Para EcoGo, por ejemplo, mientras los precios de alimentos y bebidas treparon 55,6% en la comparació­n interanual en mayo (respecto a igual mes de 2020), el nivel de precios general lo hizo en un 47,8%. Y todo eso con la presencia de precios máximos apenas despuntó la pandemia y con una caída del consumo de dos dígitos gracias a la cuarentena. Es muy sencillo, casi un regalo de la defensa, decir que la prohibició­n de exportar carne terminó en una suba del 8% de los cortes en los mostradore­s. Aunque más aumentaron los sucedáneos, cerdo y pollo. Pero bueno, hay que reconocer que la falta de un Guillermo Moreno en Comercio Interior (a pesar de los esfuerzos denodados, y por lo general fracasados, de Paula Español) o de un Norberto Itzcovich en el INDEC, hace más difícil los dibujos.

El fin de los precios máximos no se compensa con esa canasta de 120 productos todavía sin definir. Tampoco, así parece, controland­o precios con movimiento sociales o mirando con lupa las góndolas. Quizás, y sólo quizás, podría pensarse en otros mecanismos. Hay muchos países que lo lograron. Exportador­es de materias primas y de productos primarios que no castigan a su población con los precios que sufren los argentinos. No es cierto que siempre todo tiempo pasado fue mejor. Eso sucede cuando el presente y el futuro no tienen parabrisas y hay que mirarlos por espejo retrovisor.

 ??  ?? Sociales. Axel Kicillof, a la izquierda, conversa con su sucesor, Martín Guzmán. La economía, unida.
Sociales. Axel Kicillof, a la izquierda, conversa con su sucesor, Martín Guzmán. La economía, unida.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina