CHINA SE IMPONE DE MANERA ESTRATÉGICA A ESTADOS UNIDOS
El Banco Mundial estima que China crecería 8,5% anual este año, o más, y lideraría la recuperación de la economía global. Agrega que este logro tendría dos características particulares: se funda en un boom de consumo de envergadura histórica, el mayor del mundo (US$6,9 billones), por encima de EE.UU.; y, al adelantarse en un trimestre a la recuperación de la economía mundial, está acompañada por un salto fenomenal de las exportaciones, que crecen más de 30% mensual.
Esta es la fórmula del éxito chino en 2021: boom de consumo + boom del comercio exterior (exportaciones + importaciones); y todo esto en el contexto de una economía global en expansión (5,6% en 2021).
EE.UU., la mayor economía del mundo (US$22,6 billones/25% del PBI global), se expandiría 6,8% este año, a partir de una contracción de 3,5% en 2020; y esto iría acompañado por un alza de 4% en el mundo emergente y en desarrollo, excluida la República Popular.
El boom de consumo chino se resume en los siguientes términos: las ventas minoristas (retail) aumentaron 17,7% anual en abril, lo que significa un valor de US$ 515.900 millones en ese periodo (70,32% de crecimiento interanual).
Esto implica que en los primeros cuatro meses de 2021 las ventas de bienes de consumo individual treparon 29,6% anual, y llegaron a US$3,6 billones.
Este fenómeno está acompañado por un incremento de las ventas on line de 27,6%, como parte de una tendencia que las duplicaría en el segundo semestre del año.
A esto se suma el boom de las exportaciones que alcanzaron a 32,3% en abril, lo que equivale a US$263.920 millones, mientras que las compras en el exterior se elevaron 43,1% en esta etapa.
Por eso es que el producto chino, la segunda economía del mundo (US$15,6 billones/17% del PBI global), se expandió 18,3% anual en el primer trimestre del año, tras un auge de 6,5% en el cuarto trimestre de 2020.
Se trata de un crecimiento de nuevo tipo, propio del capitalismo avanzado: la manufactura “high tech” se elevó en abril 12,7% anual, en tanto que la inversión “high tech” trepó 28,8% en el año.
Las cifras de junio muestran que las exportaciones treparon 27,9% anual en los primeros seis meses de 2021, con importaciones que subieron 5,1%, todo esto medido en dólares estadounidenses.
Estos son los trazos centrales de la historia del mundo en 2021, y son los que fijan los rasgos esenciales de la geopolítica global en este periodo, con una economía global en plena recuperación y la República Popular a la cabeza.
Por eso es absolutamente coherente que las exportaciones chinas a EE.UU. se incrementaran 38,9% entre enero y mayo, por encima del promedio mundial.
La República Popular es la principal socia comercial de 144 países de los 192 reconocidos por las Naciones Unidas.
El dato estratégico central de la ubicación de China en el sistema de 2021 es que es la principal socia comercial de 144 países en el mundo sobre 192 reconocidos por Naciones Unidas; y que dentro de este contexto es la primera exportadora mundial de productos manufacturados y la mayor importadora global, ante todo de commodities.
Así, el vínculo con China significa participar o no del rumbo primordial de los acontecimientos en esta parte del siglo XXI.
El general De Gaulle señaló en su momento que “…la política es el arte de conducir lo inevitable”; y que, por lo tanto, en la visión de este hombre de acción y al mismo tiempo hondamente determinista, los trazos fundamentales de la geopolítica mundial tienen un carácter esencialmente económico y comercial. Estos son los “Grandes Batallones” que deciden las batallas, en la terminología de Napoleón.
En esta concepción, lo estrictamente político —voluntad/visión/decisión— de la geopolítica mundial consiste en acentuar los aspectos deterministas, y no de evitarlos, tendencia vana, y frustrante.
Pero el poder es un fenómeno combinado, que surge de la suma de lo político, lo económico, lo financiero, lo militar, y lo científico/tecnológico, pero donde lo esencial son los logros —o las fallas— del sistema político.
En este aspecto, el dato central respecto a China es que en el segundo trimestre de 2020 logró controlar la pandemia del coronavirus sin recurrir a la vacunación masiva. Sólo con disciplina social. EE.UU., por su parte, experimenta el momento de mayor ruptura, polarización y conflicto interno de su historia desde la Guerra Civil de 1861/1865, lo que implica la provisoriedad del gobierno de Joe Biden, que enfrenta el doble desafío de 2022 y 2024..
Esta es la razón por la que EE.UU. ha perdido la supremacía estratégica frente a la República Popular, mientras transita una tendencia que coloca el poder económico y comercial en manos de China/Asia.
Estos son los trazos esenciales de la geopolítica mundial en estos años del siglo XXI. No son circunstanciales sino “inevitables”, en la terminología del hombre que convocó a la resistencia francesa frente al triunfo del Tercer Reich.