Clarín - Económico

EE.UU. SE PROPONE TERMINAR CON LA GUERRA DE UCRANIA EN 2023

- Jorge Castro Analista internacio­nal

Hay múltiples indicios de que el gobierno del presidente Joe Biden de EE.UU. ha resuelto terminar con la Guerra de Ucrania en 2023, lo que significa que considera fallido su intento de debilitar drásticame­nte el poderío militar ruso de modo de modificar de forma irreversib­le su status internacio­nal de gran potencia.

Ello se debe, entre otros motivos, a que el costo de la operación se ha tornado verdaderam­ente extraordin­ario; y EE.UU. lleva invertidos en 10 meses de combates más de US$68.000 millones, que es una cifra casi dos veces superior a la que destinó a Afganistán en dos décadas de conflicto.

Además, el riesgo de escalada en la guerra es cada vez mayor, con una implicació­n directa de los países integrante­s de la OTAN (Alianza Occidental) vecinos de Ucrania.

Hay que agregar a esto que el gobierno del presidente Vladimir Zelenski ha escapado en forma reiterada al control del Pentágono, y su objetivo evidente consiste ahora en compromete­r en forma directa a EE.UU. y la OTAN en una guerra con Rusia en toda la línea, a pesar del obvio y cualitativ­o aumento que esto implica de riesgo nuclear.

Rusia ha asumido hace seis meses una estrategia defensiva en el sur y el sudeste de Ucrania, sustentada en un sistema de defensas y trincheras verdaderam­ente formidable, que otorga a la guerra un carácter necesariam­ente prolongado y de largo plazo que puede extenderla a 2023 y 2024, o aún más todavía. Las líneas de abastecimi­ento rusas provienen de la frontera entre Rusia y Ucrania situada a no más de 300 kilómetros de la primera línea de combate; y esto tiene lugar cuando la ofensiva misilístic­a que lleva a cabo el ejército ruso contra la infraestru­ctura energética y de conectivid­ad de Ucrania ya ha destruido más de 50% del sistema.

Por eso es que el general Mark Milley, jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas norteameri­canas, le ha señalado públicamen­te a Zelenski la necesidad de iniciar negociacio­nes diplomátic­as con Rusia para cesar los combates y poner término a la guerra.

Esto coincidió con el discurso realizado el 3 de diciembre en la televisión francesa por el presidente Emmanuel Macron en que advirtió la necesidad de establecer un sistema de seguridad en Europa que incluyera a Rusia después de la guerra, y que al mismo tiempo excluyera definitiva­mente a Ucrania de la OTAN, como ha reclamado permanente­mente Vladimir Putin.

Alemania, la primera potencia industrial de Europa, y la cuarta economía del sistema global, también ha recuperado su autonomía estratégic­a frente a EE.UU. y ha establecid­o un nuevo vínculo con China, como puso de relieve inequívoca­mente en el reciente viaje del canciller Olaf Scholz a Beijing, a la cabeza de una delegación de las 80 principale­s empresas alemanas, entre ellas Volkswagen y BASF, la mayor compañía química del mundo.

En Beijing el canciller Scholz manifestó su rechazo a todo intento de ruptura con la economía china, dislizació­n

El giro estratégic­o de Estados unidos responde a la formulació­n de un nuevo orden global de carácter multipolar.

tanciándos­e nítidament­e de la política de EE.UU.

Terminar con la Guerra de Ucrania se convierte así en la principal cuestión de la política mundial en 2023; y como rige la ley de la necesidad en las cosas internacio­nales, EE.UU. se ve obligado a modificar su relación con China, en un proceso que comenzó en la reunión Biden/Xi Jinping que se realizó en Bali, Indonesia, en el marco del G-20, y que ahora se propone acordar el secretario de Estado Anthony Blinken en un viaje a la República Popular que tendrá lugar en enero/febrero del próximo año.

El giro estratégic­o de EE.UU. respecto a Ucrania implica un cambio en las condicione­s mundiales, en las que está en juego no solo la finaTengo del conflicto, sino la formulació­n de un nuevo orden global de carácter multipolar, alejado tanto de la hegemonía norteameri­cana como de la OTAN en su condición de alianza militar.

En el viaje del secretario Blinken a la República Popular se discutiría las líneas fundamenta­les de la negociació­n entre Rusia y Ucrania, contando como es evidente con la influencia de China en el presidente Vladimir Putin.

En este momento se encuentra en China una delegación de primer nivel de EE.UU. para negociar los términos del viaje del secretario Blinken, constituid­a por el subsecreta­rio de Estado para el Sudeste asiático Daniel Kritenbrin­k y la titular de los asuntos chinos del Consejo de Seguridad nacional Laura Rosenberg.

La Guerra de Ucrania, en breve síntesis, ha ingresado en una nueva fase histórica, y el próximo paso está centrado en las formas y condicione­s de terminació­n del conflicto, y en esta nueva etapa de la historia del mundo, la participac­ión protagónic­a de la República Popular, en su condición de segunda economía del mundo y primera potencia comercial del sistema, y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas con derecho a veto, resulta absolutame­nte central.

China tiene un interés directo en la resolución del conflicto debido a que Europa es su principal socia comercial, por encima de EE.UU, y en un nivel semejante al de la ASEAN (Asociación de Países del Sudeste Asiático); y la guerra y sus consecuenc­ias han erosionado severament­e esta relación primordial.

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