Variable de ajuste y solapamiento
Los salarios fuera de convenio vienen perdiendo con la inflación hace casi una década, salvo en 2015 y en 2017, cuando los aumentos superaron el índice de precios al consumidor del INDEC por 4,1 y 2,4 puntos porcentuales respectivamente, según datos de WTW. Luego de retrasarse más de 10 puntos en 2018 y más de 6 en 2019, los sueldos “empataron” el aumento del costo de vida en 2020 y perdieron por 1,8 puntos en 2021. La brecha volvió a crecer el año pasado, con costo de vida 5 puntos por encima del incremento de los salarios.
“Hay una presión muy importante en las organizaciones por seguir manteniendo los márgenes de ganancia. Y una de las tantas variables de ajuste es el payroll”, explica Marcela Agenli, directora de Gestión de Talentos y Compensaciones de WTW. “Desde siempre la inflación es un indicador, pero no se lo puede seguir al 100%. Las empresas que pueden hacerlo son las menos”, agrega.
En este contexto, “el asalariado se ha acostumbrado a ir bajando su canasta y acomodándola como se puede al crecimiento de los salarios”, dice Angeli.
En el mismo sentido, Natalia Terlizzi, CEO de HuCap, señala que “el personal fuera de convenio ha sido la variable de ajuste en los años en que las empresas no han podido trasladar lo que se acordó para el personal en convenio, que en términos generales intenta acompañar la inflación”. En este escenario, “el ‘fantasma’ del solapamiento sigue siempre latente; por eso muchas organizaciones ponen el foco en las posiciones jerárquicas y sobre todo en los puestos clave de sus estructuras, para trasladar cuando es posible algunos puntos extra, o incluso hacer foco en su remuneración variable para intentar evitar este problema”.
El salario pretendido, en cambio, corrió al ritmo inflacionario en la última mitad de 2022 y alcanzó un incremento anual acumulado de un 102,5%, según el último Index del Mercado Laboral del portal de empleos Bumeran