CÓMO SORTEAR OTRO AÑO DE PÉRDIDA DEL SALARIO REAL

La fragilidad y mediocridad del mercado laboral argentino posee tres principales aristas: un marco legal obsoleto y desconectado del trabajo del futuro, una mayoría trabajadora que vive en la informalidad y un constante y sostenido deterioro salarial. Exacerbado por una inflación de casi tres dígitos, es justamente este último punto el que más inquieta a los trabajadores fuera de convenio.

Hay que remontarse recién hasta el 2017 para reencontrarse con un año en donde los incrementos salariales hayan superado a la inflación (26,7% a 25,7% entonces).

Así pues, lo que hoy más angustia no es la nueva derrota salarial del 2022 (94,8% inflación vs. 89,4% promedio de ajustes), sino que se trata del quinto año consecutivo. Esa sensación agotadora de seguir siendo revolcado por la ola, sin siquiera poder ponerse de pie.

Para peor, la inminente estanflación de 2023 ya limita los recursos de las empresas para volver a darle pelea a otro año de alta aceleración de precios. ¿El pronóstico más temido? Y sí, hoy 2023 asoma como el sexto año consecutivo de pérdida de salario real…

Como la necesidad tiene cara de hereje, el mercado reacciona, como sea. Florecen pues los freelancers, monotributistas e independientes que exportan sus servicios del conocimiento al exterior, facturan en dólares y los convierten al valor blue, y como se pueda.

Es claro que el Gobierno no entiende cómo, no sabe o no puede regular esta dinámica de trabajo. Sus intentos, improvisados, tardíos, difícilmente convenzan a este grupo cuya confianza en el Estado es nula. Trabajar en la marginalidad, evadiendo aportes y contribuciones al sistema previsional, implica romper el contrato social, y debe ser corregido.

Urge una reforma laboral profunda, plural y consensuada que lo solucione de raíz. Mientras, algunas compañías aplican su ingenio para retribuir parcialmente a algunos niveles de ejecutivos en moneda extranjera, ya sea en su salario mensual o en sus gratificaciones variables anuales.

¿Cómo podrá sortear el Ejecutivo este temporal salarial durante 2023?

Entendiendo que hoy el “cuándo” D puede valer más que el “cuánto”. El 64% de las empresas planea este año ajustar en 4 o más ocasiones. Con una inflación mensual alrededor del 5%, el paso del tiempo aniquila el sueldo. Quizá, por eso, valga más pelear por el cuándo que por el cuánto.

Valorando los beneficios cuantificables. D Disponer de una prepaga de categoría para todo el grupo familiar representa no solo una tranquilidad, sino una inversión importante en dinero.

Tener un auto de la compañía D asignado, o el reconocimiento de todos sus gastos, también aporta a la causa de preservar la economía familiar. Almuerzos, guarderías o internet son otras opciones de gastos que, reconocidos por las compañías, pueden resultar al cabo muy relevantes para el trabajador.

Analizando con mucho detalle D y rigor matemático las propuestas económicas en los cambios laborales. En un contexto salarialmente tan volátil e inestable, se impone un cálculo fino y prolijo al momento de comparar la situación actual con la eventual futura. Valores brutos o netos, criterios y timings de las revisiones salariales, retribuciones grises, pagos en moneda extranjera.

Mucho y de todo para embarrar el análisis. Evitar la comparación rápida y superflua seguramente aumente las chances de evitar que esa seductora mejora salarial acabe esfumándose en un plazo más corto que el imaginado.