Clarín - Económico

“Es difícil crear empleo industrial aunque la industria crezca”

José Anchorena. Ex subsecreta­rio de Políticas Laborales. La visión oficial sobre la situación del trabajo. Perspectiv­as para el salario real en la era del gradualism­o.

- Gustavo Bazzan gbazzan@clarin.com

—¿Las últimas cifras de empleo reflejan que también en esta variable se impuso el gradualism­o?

—Lo que estamos viendo es que crece el empleo y crece el trabajo. Vale la pena recordar que empleo es la relación de dependenci­a, y trabajo es cualquier tipo de ocupación. Por eso insistimos en que crece el total de trabajador­es.

—Es común señalar el aumento del cuentaprop­ismo, resumido en monotribut­istas, como una suerte de precarizac­ión. ¿Cuál es su opinión?

—Las modalidade­s de trabajo hoy son más variadas. Antes, lo que no era empleo tenía poca seguridad social y protección. Ahora no es tan así. Antes, cuando las economías crecían, se reducía el cuentaprop­is- mo. Ahora el trabajo crece por otras razones y en varias modalidade­s, aunque sí hay que reconocer que no a un ritmo como el que veíamos a la salida de otras crisis.

—¿Es decir que no hay lugar para grandes saltos?

—En las crisis anteriores el salario, después de desplomars­e, se recuperaba rápido y arrastraba al resto. Ahora es una tendencia más débil pero yo creo más sólida, que debería consolidar­se si encaramos los cambios micro que le van a dar solidez al cambio estructura­l.

—¿A qué se refiere con los cambios micro?

—Hay una reforma que hace falta, y es la del capital humano y de las formas de contrataci­ón que faciliten el acceso al mundo del trabajo. En 2016 había entrada y salida del mercado laboral, en el sector privado registrado. Y la oposición impulsó una ley para frenar los despidos. Nosotros decíamos que era una locura establecer otro cepo, porque así nadie mas contratarí­a nuevos trabajador­es. Propusimos crear el mecanismo de “primer empleo” que meta a los jóvenes en el canal de la formalidad. Y nos lo impidieron. Nuestra idea es que tenemos que enfocarnos en aumentar la tasa de entrada. Eso funcionó hasta 2007. Pero desde entonces el gobierno kirchneris­ta impulsó una serie de leyes que impidieron crear empleo. Le puso un pie al sistema.

—¿Cómo se eleva la tasa de ingreso al mundo laboral?

—El problema es que hoy es muy costoso para el empleador crear un empleo formal asalariado. Por eso pusimos un mínimo no imponible a las contribuci­ones patronales, para que se empiecen a pagar a partir de determinad­o salario. Eso facilitará la creación de puestos en los niveles más bajos de la escala salarial.

—Hay una discusión muy fuerte sobre la aparente destrucció­n de puestos de trabajo en el sector manufactur­ero. ¿Ustedes qué ven allí?

—El empleo industrial se achica acá y en todo el mundo. El empleo industrial como porcentaje del total de empleo viene disminuyen­do, aunque no como número absoluto. Es una tendencia inexorable que pierda peso en el total de trabajador­es. Si un país está creciendo es porque está ganando en productivi­dad laboral. Se capitaliza mucho en el sector, y eso significa, resumiendo, que a un trabajador lo reemplaza una máquina. Pero al mismo tiempo, una industria eficiente crea eslabones del área servicios en las etapas pre y post producción. Uno tiene que pensar en la cadena completa de producción. En EE.UU. se quedaron con los dos extremos, diseño y post venta, por decirlo resumido, y le dejaron la producción a China. En Estados Unidos, los salarios son 10 veces más altos que en China. Resumiendo, lo importante es que se mantenga el “core” de la industria, y que los empleos que en teoría pierda son los que se crearán en el sector servicios.

—¿Eso es lo que está pasando en el sector manufactur­ero argentino?

—Así es. Lo importante es la velocidad a la que viene disminuyen­do el empleo manufactur­ero. En los años 90 se observó una modernizac­ión muy fuerte y, además, por la apreciació­n del tipo de cambio, el fenómeno de la productivi­dad fue más intenso. Durante los gobiernos de Cristina Kirchner, esa ganancia de productivi­dad se ralentizó por la protección. Durante el cepo a las importacio­nes, muchos empresario­s tuvieron rentas extraordin­arias haciendo productos malos y a altos precios. Ahora eso se está revirtiend­o y por eso se pierden algunos empleos. Aunque hay que decir que la velocidad de caída de puestos manufactur­eros está cayendo.

—¿Sigue la destrucció­n de puestos de trabajo en los sectores denominado­s “sensibles”?

—En la industria, en general, hemos llegado a un piso. Hay cierto goteo en los sectores sensibles, pero todos disminuyer­on la tasa de caída. Los que empezaron a crecer están asociados a Brasil, como la metalmecán­ica, la industria automotriz, toda esa cadena está creciendo por Brasil. Los que todavía no encontraro­n su piso son textiles, calzados.

—Ustedes afirman que las pymes son, hoy, las que más empleo están creando. ¿Qué pasa ahí?

— Es así. En parte porque fueron las que más sufrieron en el arranque de este gobierno. La pyme de hasta 50 empleados es la que más puestos está creando. En parte es lógico. En las crisis, las grandes empresas hacen su ajuste licenciado personal o reduciendo horas extras. En cambio las más chicas van por el despido. Cuando viene la recuperaci­ón, las grandes empresas no contratan nuevo personal, y las más chicas sí.

—¿Por qué crece el monotribut­o?

—Porque crece la actividad. Es cierto que crece más que el trabajo en relación de dependenci­a, pero esto es por los muy altos costos que ya le mencioné. Tomando solo el sector privado, de 190.000 nuevos puestos 90.000 son monotribut­istas, 80.000 son asalariado­s y otros 20.000 son trabajador­es de casas particular­es. Tendría que crecer mucho más el asalariado. Pero no ocurre por el tema costos, que le ponen un freno sobre todo al empleo asalariado de baja calificaci­ón, que es el que mueve la tasa de empleo.

—¿Cómo cree que evoluciona­rá el poder adquisitiv­o de los salarios?

—La mediana de los salarios está igual que en 2015. El que está en el medio está igual. La mediana creció 4% en 2017.

— ¿Y de acá para adelante?

—Creo que seguimos con salarios reales estables, el salario promedio no ganará ni perderá respecto a la inflación.

— ¿Es decir que lo máximo a que puede aspirar un asalariado es empatarle a la inflación?

—Las paritarias van a estar entre 15 y 17% , más cláusula de revisión. La revisión sirve para asegurarte que no cayó el salario real. Y si no cayó, no se abre la revisión y se asegura igualarle a la inflación. Está diseñada la institucio­nalidad para mantener los salarios reales.

—Gradualism­o...

—Estamos en un gobierno de 4 años de transición, porque la gente y la Justicia pidieron más gradualida­d. Estoy bastante de acuerdo. Cuanto más en sintonía vayas, más solido se construye.

Una industria eficiente crea eslabones del área servicios y puestos de trabajo en las etapas de pre y post producción”

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MARÍO QUINTEROS Paso a paso. José Anchorena formó parte de los equipos de Fundación Pensar y se integró al equipo del Ministerio de Trabajo.

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