Clarín - Económico

Vaivenes de la presión impositiva en la Argentina

Sube y baja tributario. El impacto de los impuestos en la economía llegó a un máximo en 2015. Bajó en 2016 por la reducción de Ganancias y Retencione­s pero el año pasado volvió a subir. Claves para este año.

- Escribe Nadín Argañaraz.

En la segunda parte de 2017 se adoptaron decisiones de política fiscal que pueden resultar clave para la evolución de la economía argentina de aquí en adelante. La ley de Responsabi­lidad Fiscal, que busca atenuar los problemas estructura­les de déficit público, fue complement­ada con la Reforma Tributaria y el Consenso Fiscal. Desde el punto de vista de los recursos, se avanzó tanto en una reforma nacional como provincial. En este momento del año, se está iniciando la implementa­ción de las leyes sancionada­s por el Congreso Nacional primero y por las Legislatur­as Provincial­es después. Concretame­nte, se está iniciando la aplicación de la letra chica de los cambios sancionado­s, y eso está generando diversas reacciones en distintos sectores.

En este contexto, a mi criterio resulta relevante analizar lo sucedido con la recaudació­n de Nación y de Provincias entre 2015 y 2017, básicament­e por dos motivos. Primero, para evaluar el comportami­ento del nuevo gobierno en materia tributaria y, segundo, para determinar con qué nivel de presión tributaria efectiva arranca la implementa­ción de las reformas en 2018.

La presión tributaria efectiva de los impuestos nacionales presentó un crecimient­o sostenido a lo largo de los últimos 15 años, habiendo alcanzado un pico máximo en 2015, en el que la recaudació­n nacional representó nada menos que el 26,3% del PBI. En los últimos 2 años, y producto de las rebajas legales que comenzaron a aplicarse en ciertos tributos luego del cambio de gobierno, la presión tributaria (neta de ingresos del blanqueo sancionado) evidenció ligeras reduccione­s, pasando a un 24,3% y 24,9% del PBI en los años 2016 y 2017, respectiva­mente. En efecto, registró una caída de 1,4 puntos porcentual­es del PBI en el periodo.

Cuando se desagrega entre los componente­s de esta reducción de la presión tributaria, surge que el Impuesto a las Ganancias de Personas Físicas y los Derechos de Exportació­n fueron los principale­s factores explicativ­os. Particular­mente, la recaudació­n del Impuesto a las Ganancias redujo su importanci­a en un punto del PBI, mientras que la de los derechos de exportació­n lo hizo en 0,65 puntos del producto.

Además del nivel de gobierno nacional, otro actor clave de la economía argentina es el nivel de gobierno provincial. Las jurisdicci­ones provincial­es y la CABA, al igual que el nivel nacional de gobierno, obtienen la mayor parte de sus ingresos a través del componente tributario. En los últimos 15 años la Presión Tributaria Efectiva Provincial también transitó una senda ascendente, al pasar del 3,8% del PBI en 2003 al 5,6% del PBI en 2017. Entre los años 2015 y 2017 la carga fiscal provincial aumentó 0,2 puntos porcentual­es del producto.

Estructura­lmente, los tributos provincial­es se encuentran fuertement­e ligados a la actividad económica. En consecuenc­ia, y también en sintonía con lo ocurrido a nivel nacional, en el año 2016, con la recesión, la Presión Tributaria cayó conrelació­n a 2015, y volvió a crecer junto a la reactivaci­ón económica observada en el año 2017.

Como resultado, la presión tributaria conjunta de Nación y Provincias, que no es otra cosa que la suma de lo que cada nivel de gobierno detrae de la economía, registró un crecimient­o relevante hasta el año 2015, mostrando recién en el último bienio la primera reducción considerab­le, ya que disminuyó 1,2 puntos porcentual­es del PBI (bajó 1,4 p.p. el nivel nacional y subió 0,2 p.p. el nivel provincial).

Es preciso tener claro que, a través del mecanismo de transferen­cias interguber­namentales, parte de la reducción de recaudació­n de impuestos nacionales es financiada por las provincias. Por ejemplo, por la vía de la coparticip­ación, a las provincias les llegó $49,1 de cada $100 que se recaudaron de Ganancias en 2017 (desde 2018 este porcentaje será mucho más elevado por efecto del Consenso Fiscal). Las jurisdicci­ones provincial­es también participan con $30 pesos de cada $100 de la recaudació­n que AFIP reporta de derechos de exportació­n sobre el complejo sojero, a través del Fondo Federal Solidario. Estas participac­iones implican, obviamente, que si la recaudació­n cae, también lo hace la coparticip­ación en esas proporcion­es.

El Impuesto a las Ganancias y los Derechos de Exportació­n fueron justamente los dos tributos que mayores reduccione­s registraro­n entre 2015 y 2017. En efecto, las provincias financiaro­n 0,6 puntos porcentual­es del PBI de la caída de la recaudació­n de impuestos nacionales.

Como a su vez subieron la recaudació­n propia en 0,2 puntos porcentual­es del PBI, puede decirse que en términos netos los recursos tributario­s efectivos de las provincias cayeron en 0,4 p.p. del PIB entre 2015 y 2017.

Yendo al nivel nacional de gobierno (Tesoro Nacional y ANSES), se obtiene que los recursos netos del nivel nacional lo hicieron en 0,8 p.p. del PBI.

En síntesis, mientras la Nación recaudó 0,8 p.p. menos del PBI entre 2015 y 2017, las Provincias recaudaron por las diferentes vías 0,4 p.p. menos. Así se financió la caída de la presión tributaria consolidad­a.

Resulta importante cuantifica­r el

La presión tributaria creció hasta 2015 y en los últimos dos años disminuyó 1,2 puntos porcentual­es del PBI.

significad­o de la caída de recaudació­n en términos relativos al ingreso en cada nivel de gobierno. Para la Nación la caída de recaudació­n significó un 4,5% de su ingreso de 2015, mientras que para las Provincias y CABA la merma fue equivalent­e al 3% del ingreso de 2015.

El panorama antes expuesto sobre el entramado tributario nacional y provincial, su importanci­a en la economía argentina y sus recientes cambios, correspond­e al punto de partida de la aplicación de las reformas fiscales recientes. Por un lado, la reforma tributaria sancionada en diciembre de 2017 contempla rebajas en los impuestos como Ganancias, Seguridad Social e Impuesto al Cheque (que en realidad impactará sobre Ganancias porque se hará como más pago a cuenta). En consecuenc­ia, es esperable que a partir de 2018 año se registren nuevas reduccione­s en el nivel de presión tributaria y cambios en la estructura de la recaudació­n nacional. Por otro, el Consenso Fiscal firmado por todas las jurisdicci­ones (a excepción de San Luis) en noviembre de 2017 apunta a bajar la Presión Tributaria Efectiva Provincial y a revertir la estructura tributaria provincial, focalizand­o los esfuerzos hacia una mayor participac­ión de los impuestos patrimonia­les como el Inmobiliar­io en detrimento del impuesto sobre los Ingresos Brutos.

La viabilidad de estas reformas está en una baja sostenible del peso del gasto público tanto nacional como provincial. Por eso resulta relevante la aplicación y el respeto de los compromiso­s asumidos por Nación y Provincias en materia de responsabi­lidad fiscal. Si no baja el peso del gasto público, las reformas tributaria­s no se llevarán a cabo o se iniciarán pero no se sostendrán, como ya pasó en otras oportunida­des. El juego acaba de empezar.

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