Juegos clásicos: buscan su lugar entre los favoritos de los chicos
Los juguetes tradicionales estimulan la creatividad y el aprendizaje, afirman los expertos. Cómo articularlos con el uso de chiches digitales.
Por más que la tecnología avance, que los juguetes cambien de color, forma o nombre, hay una cosa que no varía: la infancia. Y, en ella, lo único que no puede faltar es el juego. Lo dicen los especialistas y el sentido común. “El niño que no juega es un niño triste, que tiene problemas. Los chicos deben jugar porque forma parte de su crecimiento y de su desarrollo; ese es el espacio en donde van a poner en escena todo: lo bueno, lo malo, lo regular, lo que les pasó ayer. Sin juego, les falta una parte de la vida”, asegura María Müller, directora de la asociación Salud Activa y de Ludoteca Garabato,
En opinión de Damián Calvo, director ejecutivo de Lekotek, asociación dedicada a la integración de chicos con necesidades especiales, los juegos clásicos tienen un rol en la transmisión de valores, limites, tradiciones y conocimientos entre las diferentes generaciones que no debe perderse. “Todo lo que los adultos hacen en su vida cotidiana está impregnado de la forma en cómo jugaron en su infancia, al punto tal de que, incluso, en muchas civilizaciones los niños aprenden los oficios de modo lúdico”, señala Calvo.
Pero los tiempos cambian y los juegos, también. Aunque lo nuevo no siempre reemplaza lo viejo. Para Carolina Duek, autora del libro Juegos, juguetes y nuevas tecnologías, los juegos tradicionales como el tatetí, la damas o el ajedrez conviven sin problemas con los modernos juegos electrónicos, como la consola de videojuegos. “Existe una coexistencia entre dispositivos electrónicos y juguetes tradicionales y juegos de mesa, que es redefinida a cada paso por parte de los adultos, que son los que siempre acompañan los primeros pasos del niño en cada nuevo juego”, dice Duek.
¿ Cómo lograr, entonces, que un chico apague la computadora