“Me presenté y pedí por el director creativo”

Empecé a trabajar a los 18 años como redactora publicitaria, mientras cursaba el primer año de Comunicación Social. Fue en la Agencia Heads/ Young Rubicam, en Curitiba, Brasil. Allí estaba el mejor equipo creativo de la ciudad y desde siempre supe que quería trabajar con ellos. Para conseguir un lugar, me presenté un día con mi portfolio de trabajos prácticos bajo el brazo. Le dije a la recepcionista que quería hablar con el director creativo José Buffo y me preguntó si él me esperaba. Le dije que no. De pronto, me invitó a subir a una sala. El director me miró sin entender quién era yo y cómo había llegado a reunirme con él sin pedir una cita. Me dijo que no tenía un puesto disponible. Le comenté que no buscaba un trabajo, que quería aprender con él, porque era el mejor; que trabajaría gratis. Eso si, le pedí que si en algún momento consideraba que mi producción era lo suficientemente buena para merecer un sueldo, que me pagara. Pasaron seis meses hasta que empecé a cobrar. De ahí en más, seguí con mi objetivo: ofreciéndome para trabajar a cambio de aprender de los mejores. En la vida laboral hay que tener en cuenta lo que yo llamo (factor humano). Es muy importante preocuparse por la gente: colaboradores, clientes, colegas, líderes y hasta accionistas. Crear siempre un buen ambiente de trabajo es clave y una responsabilidad de cada uno. A los jóvenes les aconsejo tener pasión, humildad, querer aprender constantemente y que cuestionen el status quo”.