¿Es pura coincidencia?
“Los enemigos fundamentales de la democracia son la miseria y la ignorancia, que muchas veces además, van unidas, y que muchas veces también justifican la corrupción y la demagogia, entre otras cosas”. Apasionado por el tema, Fernando Savater remató su pensamiento con la siguiente, contundente frase: “Si la buena educación les parece cara, prueben entonces con la ignorancia, a ver si es más rentable”. Las declaraciones del filósofo español fueron hechas tiempo atrás, en el Universal Thinking Forum, un encuentro de mentes brillantes organizado en México. Y aunque el tema es tan universal como el nombre de la reunión, y tan eterno como el agua y el aire, con perdón de Borges, diríamos que cobra aún más actualidad cuando se repasan los resultados de pruebas diversas realizadas en nuestro país. Así, por ejemplo, una nota publicada en este diario a fines de marzo, daba cuenta de algunos datos surgidos del último Operativo Nacional de Evaluación. Realizado sobre el último año de secundaria, en 2013, pero revelado en parte ahora, de acuerdo con la información resultante, los aprendizajes de los alumnos argentinos en las materias analizadas (Matemática, Lengua, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales) permanecieron prácticamente estancados entre 2010 y el año en que se efectuó el trabajo, es decir, a lo largo de tres años. También se determinó que los estudiantes del norte argentino tenían menos conocimientos que los del resto del territorio. Sabido es que otras pruebas internacionales por el estilo tampoco arrojaron resultados auspiciosos para la Argentina. Volvamos por un segundo a la declaración de inicio de esta columna. ¿Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia?