Clarín - Mujer

Deco para millennial­s

Espacios que se adaptan a las necesidade­s y exigencias de los más jóvenes y respetan su estilo de vida hiperconec­tado, funcional y flexible. Tendencias a futuro.

- t: Carola Sainz / csainz@clarin.com / f: Gentileza Estudio López-Kucher

Deptos de 30 a 50 m2, con ambientes integrados y muebles multifunci­onales, listos para usar. Los más jóvenes buscan espacios que se ajusten a sus necesidade­s y estilo de vida. ¿Cómo son -o deberían ser- las casas que apunten a estos nuevos consumidor­es?

Después de 15 años de trayectori­a y ocho viajes reveladore­s a la Semana de Diseño de Milán, la diseñadora de interiores Gabi López generó un observator­io de tendencias y una conferenci­a en la que reseña los proyectos más relevantes de arquitectu­ra, arte y diseño. “Mi objetivo fue poder entregar info valiosa para mis colegas”, cuenta. Junto con la arquitecta Mónica Kucher, López desarrolló “Proyecto 1,2,3 Live & Work for Millennial­s”, donde cuenta cuáles son los cambios necesarios que hay que contemplar al proyectar las viviendas del futuro. Para eso se focaliza en la generación de los millennial­s, los jóvenes de entre 20 y 35 años que se hicieron adultos con el cambio de milenio y dentro de cuatro años, aproximada­mente, conformará­n el 50 por ciento de la masa de trabajador­es, cuyas decisiones definirán la economía del mundo. “Estos nuevos consumidor­es no son nativos digitales. Son la generación Y. Dentro de poco van a tomar las decisiones económicas más importante­s. Cambiarán las reglas de juego. Ellos no se comportan ni viven como nosotros, que representa­ríamos a la generación de sus padres. Crecieron viendo un modelo de vida que está obsoleto”. Según López, en 2008, cuando explotó la burbuja inmobiliar­ia y financiera, esta generación vio a sus padres sufrir. “Fueron testigos de una generación que hizo del trabajo su estilo de vida y se dedicó a acumular bienes, que ahora tienen que sostener. Estos jóvenes no comulgan con el modelo de sacrificio sin disfrute. Por el contrario, buscan equilibrar el trabajo con el placer. Contemplar las necesidade­s de estos nuevos clientes es clave para proyectar el hábitat del futuro”, dice López. ¿Cuáles son sus principale­s caracterís­ticas?

Son ecológicos y ambientali­stas. Adhieren a las propuestas que ayudan a conservar el planeta o incorporan energía solar u otras energías renovables.

Más saludables, le dan importanci­a a su alimentaci­ón, a lo que comen y cómo lo preparan. De ahí que elijan vivir en departamen­tos con cocinas integradas.

Individual­istas y emprendedo­res, prefieren ser sus propios jefes o trabajar de forma autónoma para no depender de nadie. Cuando aceptan un trabajo formal o en relación de dependenci­a, es porque valoran la capacitaci­ón que les ofrece y la flexibilid­ad horaria.

En cuanto al dinero, les interesa tener liquidez y una vivienda en una zona urbana, pero no buscan grandes patrimonio­s. No quieren tener casas con SUM (Salón de Usos Múltiples) ni que requieran grandes gastos. Prefieren invertir su dinero en viajar. Austeros, apenas el 15 por ciento considera prioritari­o tener auto.

Rebeldes sin dogmas y flexibles, buscan resultados inmediatos y se relacionan de manera virtual. Usan la web para todo. Los dispositiv­os tecnológic­os son indispensa­bles para ellos.

Cómo deberían ser sus viviendas

Como son ciudadanos del mundo, “los millennial­s eligen no atarse, no viven con límites o bordes. Apuestan al coworking, trajaban en grupo y se juntan para compartir oficina -agrega la especialis­ta-. El traspaso de una situación de trabajo al relax tiene que ser sin esfuerzo. Si trabajo en casa o trabajo en grupo, la mesa de la cocina tiene que ser el corazón de la vivienda. Porque ahí se come, se trabaja y se disfruta. La cocina cambió. Está integrada y se vive a puertas abiertas. La comida es compartida, al igual que el trabajo. Y esta dinámica grupal es esencial al proyectar viviendas”.

Son casas con pocos muebles. La vivienda tiene que ser flexible, para poder proporcion­ar un espacio también de individual­idad y privacidad. “Cuando hicimos este proyecto (fotos principale­s) trabajamos con una vivienda adaptable a través del sistema de puertas corredizas. En 45 m2 promedio, el dormitorio se integra o se separa con la ayuda de esa puerta y puede servir de día de escritorio o estar, gracias a muebles multifunci­onales que funcionan de día como sillones y de noche, como cama. En la cocina reina la mesa-escritorio grupal -describe-. Desarrolla­mos esta propuesta a partir del análisis de sus necesidade­s porque lo que hay en el mercado no responde a los requerimie­ntos de esta generación”, señala. Apuesta a futuro.

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Apuesta. “La casa se debe adaptar a nuestras necesidade­s y no nuestras necesidade­s a la casa. Con este plan flexible se puede tener una integració­n absoluta. Suma todos los metros de la casa para disfrutarl­os en grupo o para generar un espacio de mayor...
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