EN CORRIENTES, CARNE CON ARROZ
En Monte Caseros, la estancia Timboy comenzó con un campo ganadero y, en diez años, lo dio vuelta para integrarlo con la agricultura. El cereal, un cultivo clave.
Enrique Smith Estrada logró una exitosa integración entre la agricultura y la ganadería.
{ destetes } El peso mínimo que se obtiene son 170 kilos, y han llegado a los 184 kilos, siempre apuntando a producir un ternero bien pesado.
En el noreste argentino, la ganadería se posiciona cada vez más como una alternativa posible, a la hora de pensar en esquemas de producción eficientes y rentables. En esta región argentina, cuando el ganado se integra con la agricultura, se ven los mejores resultados.
En la estancia Timboy, ubicada en el sur de Corrientes, esta premisa se aplica al máximo. En 2003, comenzaron las inversiones para mejorar la producción, que incluyeron represas para riego y preparar superficie para la siembra de arroz.
El propietario de Timboy, Enrique Smith Estrada, fue muy claro a la hora de marcar el nuevo rumbo: hectáreasbía que producir pasto y sombra para el ganado.
En la actualidad, el campo cuenta con una superficie de 6.500 hectáreas, de las cuales 2.000 están sistematizadas para regar y cultivar arroz. La ganadería dispone de 3.500 hectáreas, con un rodeo de 1.300 vientres Braford y 600 hectáreas de silvopastoril.
El ingeniero agrónomo Pedro Botta Olaciregui es el administra- dor del establecimiento, y en diálogo con Clarín Rural, recordó como se articuló el cambio, que permitió pasar de un campo neto de cría a un esquema en donde la agricultura juega un rol fundamental en la producción ganadera.
El puntapié inicial de 2003 cambió por completo la cara del establecimiento correntino. Además de transformar el campo e integrar el arroz con la ganadería, se empezó a recriar el novillo propio con pasturas, además de recriar hembras. “Hoy es otra realidad, tenemos pasto, agua y sombra y todos los años buscamos incrementar el área de pasturas estivales e invernales”, explicó Botta Olaciregui.
La disponibilidad forrajera es la llave que permite sostener el esquema, y tiene en el campo natural su mayor soporte.
Este recurso se complementa con 120 hectáreas de Setaria, donde se destinan las categorías más demandantes -como recría o lotes de vacas- que requieren en verano alimento de calidad. Y las 550 hectáreas de raigrás son importantes para el invierno, junto a 330 hectáreas de campo natural fertilizado.
El raigrás se siembra sobre campo natural, con una fertilización al inicio de 120 kg/ha de fosfato diatónico y 80 kg/ha de urea posteriores al primer pastoreo.
Esta pastura se promociona todos los años: durante octubre se baja la carga animal, se deja semillar y se promociona en febrero, cuando se le aplica glifosato y vuelve a nacer en marzo.
El menú se completa con las 2.000 hectáreas arroceras. En cada ciclo agrícola se cosechan como máximo 800 hectáreas, y mientras se siembra un módulo, el otro “descansa” con pasturas de raigrás, que se siembra con avión luego de la trilla del arroz.
En Timboy le sacan el máximo beneficio al cereal. “Otra forma de integrarlo es haciendo rollos de paja de arroz, que aportan energía y es muy bueno para suplementar en invierno”, remarcó.
El manejo reproductivo comienza con los servicios de primavera, que se realiza en la vaca adulta y los de otoño, enfocados en el primer servicio de las vaquillas de 18 y 24 meses. En esta instancia hicieron pruebas en la zona con vaquillas de 15 meses, pero se presentaron complicaciones. “La raza Braford no es muy precoz, hubo
problemas de parto y el ternero obtenido era muy chico. Y también observamos que se preñaban los vientres con menores rasgos de cebú y más Hereford”, graficó.
En el establecimiento, conviven un rodeo comercial al que se le realiza un servicio natural, con un plantel Braford. A este último se le controla toda la información y se declara a la Asociación Braford. Según estimó el profesional, se insemina un 40% del rodeo a tiempo fijo, con genética del Ciale.
EL USO DEL RAIGRAS PERMITIO SUMAR 40 KILOS DE PESO DE ENTORE Y SUBIR EN SEIS PUNTOS LA TASA FINAL DE PREÑEZ
Como valor agregado, Enrique Smith E. es socio del laboratorio, y el manejo está a cargo del reconocido especialista Rodolfo Peralta.
Al momento de incorporar genética, apuntan a una vaquilla de buena caja, uniforme, y con poco blanco, para evitar problemas de queratoconjuntivitis.
En el apartado reproductivo, implementan una estricta selección por fertilidad. En esta búsqueda, no hectáreas y segunda oportunidad para la vaca que no se preña.
En cuanto a los toros, Botta O. sostuvo que buscan ejemplares con alto valor reproductivo y genético, y apuntan a criar una línea que transmita bajo peso al nacer y conformación moderada.
La vaca de servicio de primavera, con parición en invierno, cría en pie al ternero hasta los seis meses, y se desteta con un mínimo de 170 kilos. A diferencia de otras regiones del norte argentino, no hacen destete precoz, sino que apuntan a brindar buenos campos para los vientres.
De esta manera, y en una zona donde el clima no regala nada, la ganadería y la agricultura suman kilos de carne con eficiencia.