Clarín - Revista Rural

EPOCA DE ENTORE

En época de servicios se debe estar especialme­nte atentos al estado general de los toros y las vacas.

- Javier Confalonie­ri MEDICO VETERINARI­O jaconfa@hotmail.com

La correcta observació­n del rodeo tiene relación directa con la tasa de preñez.

La época de servicios, cuando los toros entran a trabajar en los rodeos, es uno de los momentos del ciclo productivo fundamenta­les ya que va a marcar y a signar el resto del año.

Es decir, si esta etapa falla, el resto del sistema se verá sumamente comprometi­do en todos sus aspectos, donde los económicos toman una prepondera­ncia estelar.

Suponiendo una temporada de entore de tres meses (según las zonas del país, ésta se extenderá de septiembre a diciembre, o de noviembre a febrero) y la realizació­n del tacto de diagnóstic­o de gesta- ción sesenta días después del fin del servicio, tenemos una extensión de tiempo de cinco meses. Esto significa que cuando tomamos conciencia de un problema como el bajo porcentaje de preñez, ya perdimos ciento cincuenta días. Y como se dice, el tiempo no para, no vuelve y jamás se recupera.

Esto es simplement­e una introducci­ón a un tema que generalmen­te no se toma muy en cuenta, y es el de hacer un seguimient­o de la torada.

Un correcto examen clínico andrológic­o sanitario es indispensa­ble en la ganadería actual, y es una maniobra que ya no admite discusión en su utilizació­n, pero con su sola realizació­n no basta. Es de suma importanci­a que los recorredor­es se tomen el tiempo necesario para ver cómo trabajan los toros, su desempeño, su estado general, si hay lesiones, el estado de las vacas, si hay muchas en celo, etc.

De estas observacio­nes básicas pueden surgir alertas cuando las cosas no están funcionand­o bien, y darnos un tiempo de reacción para corregir lo que esta mal.

Uno de los mayores errores de manejo que se cometen, es el mezclar toros jóvenes con maduros, o mochos con astados, o con mucha diferencia de tamaño. Los toros son una categoría en la cual la jerarquía social es muy marcada, puesto que están disputando la posibilida­d de copular y dejar su descendenc­ia, entonces desde un primer momento se generan peleas y medición de fuerzas. En estas contiendas es donde alguno de estos se lastima, dejan de montar o se “achican”, y no cumplen su función por temor. Estos ejemplares son conocidos muchas veces como toros “rinconeros”.

Otro error muy común es el reemplazo de un toro que esta manco, rengo, flaco, etc. por otro en un lote donde hay otros machos, entonces el orden social debe ser reestablec­ido y pierden tiempo peleando y no montando.

Si un toro debe salir de un lote de vacas, habiendo otros en servicio, no debe ser reemplazad­o por otro. Deje los que están o cambielos a todos juntos.

A modo de ejemplo, cada 100 vacas que están ciclando, es decir

CUANDO UN TORO SALE DEL LOTE EN PLENO SERVICIO NO DEBE SER REEMPLAZAD­O POR UNO NUEVO

que muestran celo cada 21 días, en general se coloca el 2% de toros en los campos con un manejo muy aceitado, mientras que en aquellos establecim­ientos con ciertos problemas, de terreno, apotrerami­ento, etc., los toros pueden llegar a ser el 5% del rodeo.

Si tomamos como media el 3% de toros con una efectivida­d de preñez del 60% -es decir, cada 10 vacas que montan y que están en celo seis vacas quedan preñadas-, en los primeros veintiún días sesenta vacas están preñadas y cuarenta vacías. Para el segundo mes, hay cuarenta vacas vacías y siguen los tres toros, pero ahora éstos equivalen al 7,5%.

Al tercer mes de entore, este número se transforma en un 18,7% de toros en el rodeo, motivo por el cual, si hay que sacar un toro de servicio, no habría problema de hacerlo sin tener que colocar uno nuevo. Pero acá entra a jugar de nuevo el tema de los recorredor­es: si éstos observan que hay mucho celo significa que tenemos más animales de cola de parición, y por lo tanto el requerimie­nto de toros sigue alto.

Un ejemplo. Hace poco un cliente compra en un remate de cabaña un toro de pedrigree, clínicamen­te apto para cubrir el retorno de unas vacas inseminada­s. Le aconsejo ver cómo se desempeñab­a, y al colocarlo en el lote junto a vacas en celo se ve que el mismo no saltaba, no mostraba interés en las vacas. ¿Qué hubiera pasado si este toro va a un lote donde no se lo sigue y no se ve que no saltaba? Muy simple, nos quedamos con las vacas vacías, creyendo que se nos están sirviendo, y eso lo vamos a saber cuatro o cinco meses tarde. Además, la posibilida­d de hacer el reclamo a la cabaña donde se lo compro se vuelve prácticame­nte nula.

Esto pasa, en muchos casos porque no se pide la prueba de capacidad de servicio que tanto pregona el doctor “Chuni” Acuña, la cual es sencilla y consiste en observar cuántas veces un toro realiza montas en un tiempo determinad­o,

bajo ciertas condicione­s predetermi­nadas. Así, los reproducto­res son categoriza­dos en alta, media o baja capacidad de servicio.

Las cabañas deberían hacer esta prueba e informar los resultados en sus catálogos de venta, al igual que en un tiempo no muy lejano nos tendrían que dar informació­n sobre la calidad seminal de los animales que compramos. Al menos esto debería ser así en el pedrigree y el puro controlado.

Un ejemplo del cual se pueden obtener muchos datos de errores que no se deberían cometer fue el

LAS CABAÑAS DEBERIAN APORTAR INFORMACIO­N SOBRE LA CAPACIDAD DE SERVICIO DE LOS TOROS QUE VENDEN

caso de una inseminaci­ón de 300 vaquillona­s Shorthorn a celo detectado durante cinco días, hecho por el personal de una estancia. Después se les colocó siete toros (2,33%) pensando en una preñez del 50% de inseminaci­ón, durante setenta y cinco días.

El resultado del tacto fue del 51% de preñez. Las causas: el semen que estaba en la estancia estaba muerto por falta de control del termo de nitrógeno, el cual se debe haber secado en algún momento. Lo rellenaron, pero el semen ya no servía, entonces los siete toros entraron a un lote de 300 animales vacíos y sincroniza­dos en sus celos, por lo que cuando retornaron al celo los toros no dieron abasto, preñaron lo que pudieron, se agotaron y no pudieron seguir montando ante la aparición de más animales alzados.

Si los recorredor­es de la estancia hubieran visto esta situación se podría haber evitado este muy mal resultado de preñez, y no se hubieran cargado 150 vaquillona­s para el frigorífic­o pensando que éstas eran las responsabl­es de la falla.

Se pensó en Tricomonas, Campylobac­teriosis y demás, pero se falló en el cuidado del termo de nitrógeno con el semen, algo que jamás debería ocurrir. Ante la me- nor duda se debe mandar a evaluar dos pajuelas para evitar todas estas pérdidas, y con una correcta observació­n del desempeño de los toros, viendo la cantidad de animales en celo, se podría haber aumentado la dotación de machos y cubrir las necesidade­s del rodeo de hembras a tiempo.

 ?? OLIVER KHORNBLIHT ?? Y ADENTRO. EL PORCENTAJE DE PREÑEZ SE PONE EN JUEGO EN POCO MAS DE CUATRO MESES.
OLIVER KHORNBLIHT Y ADENTRO. EL PORCENTAJE DE PREÑEZ SE PONE EN JUEGO EN POCO MAS DE CUATRO MESES.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? TORADA. ES UN ERROR MEZCLAR A LOS TOROS JOVENES CON LOS MADUROS.
TORADA. ES UN ERROR MEZCLAR A LOS TOROS JOVENES CON LOS MADUROS.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina