Clarín - Revista Rural

DE LA PAMPA AL MUNDO

Profesiona­les argentinos que desarrolla­n sus carreras en el exterior conversaro­n con Clarín Rural para trazar un mapa de sus recorridos, motivacion­es y objetivos.

- Lucas Villamil clarinrura­l@clarin.com

El talento argentino para la producción y comercio de alimentos llega hasta los cinco continente­s.

Federico Thompson estudió Administra­ción de Empresas en Buenos Aires y al poco tiempo de recibirse empezó a trabajar en el área comercial de Noble, una de las compañías más grandes en el comercio mundial de commoditie­s. Tras cuatro años trabajando desde Argentina en las áreas de granos y oleaginosa­s, en 2011 le ofrecieron la posibilida­d de trasladars­e a Singapur, y tras una breve charla con su mujer, tomaron la decisión. “Ella tenía ganas de ir a estudiar un master afuera, ya había aplicado a varias universida­des en el mundo y en Singapur hay una muy buena universida­d en lo suyo, así que decidimos irnos para allá”, recuerda.

Como ellos, son muchos los argentinos jóvenes y no tan jóvenes que eligen emigrar para desarrolla­r sus carreras profesiona­les, y el sector agropecuar­io es uno de los que ofrece grandes oportunida­des para hacerlo. En el mundo de la producción y el comercio de alimentos, ser argentino es una muy buena carta de presentaci­ón.

“Estuvimos casi un año y medio en Singapur, donde tuvimos una experienci­a espectacul­ar a nivel laboral y personal. Luego de ese tiempo surgió la posibilida­d de mudarnos a Ginebra, en Suiza, donde estamos hace ya un año y medio”, cuenta Thompson (foto), quien recienteme­nte pasó a trabajar para otra empresa del rubro. Y añade: “Varias compañías tienen oficinas importante­s en Singapur y en Suiza. La primera porque es la puerta a Asia y la segunda en gran parte porque está en un lugar en el que se equilibra el horario de Asia con el de Europa y las Américas, y es donde se manejan bastante los flujos. En los agronegoci­os Argentina es fundamenta­lmente un origen, por lo que estando en Asia o en Europa se aprende el otro lado del negocio de primera mano”.

También vinculada con el comercio internacio­nal pero desde el otro lado del Atlántico está Celina Mesquida. La ingeniera agrónoma oriunda de 9 de Julio se instaló en Chicago hace apenas cuatro meses para trabajar como broker de commoditie­s. “Básicament­e un broker es un nexo entre un usuario final, un especulado­r o una entidad financiera, y los “exchanges”

Las compañías globales ofrecen planes de carrera que incluyen experienci­as en el exterior. Los investigad­ores argentinos son bien vistos en las universida­des con foco en la agricultur­a. Africa atrae a los más intrépidos con un enorme potencial de crecimient­o productivo.

(mercados organizado­s)”, dice. Su trabajo consiste en desarrolla­r el negocio de América Latina, establecie­ndo y afianzando lazos con los clientes. “En el mapa de los alimentos estamos en el diseño de la gestión de riesgo de todas las empresas que realizan coberturas como política de mitigación de riesgos. La mayoría de las empresas de todos los eslabones de la cadena comercial -productore­s, acopios, exportador­es, plantas de alimento balanceado, granjas de pollos, cerdos, feedlots, empresas de alimentos procesados- utilizan el servicio de cobertura de precios en el mercado de Chicago (por nombrar el principal en nuestro rubro) por medio de un broker”, explica.

Hace dos años, Mesquida conoció al líder del equipo comercial de la compañía para Latinoamér­ica, y a partir de allí se abrió la posibilida­d de desarrolla­r el negocio. “Durante el 2013 vine a capacitarm­e a Chicago y me subí a más de treinta aviones recorriend­o países y visitando clientes hasta que la empresa me solicitó formalment­e que me uniera a su equipo en Chicago”, cuenta, y agrega que para realizar

LA AGROINDUST­RIA DE ESTADOS UNIDOS ATRAE A LA MAYORIA DE LOS PROFESIONA­LES EXPATRIADO­S

su trabajo, necesita estar registrada bajo las regulacion­es de la NFA (National Futures Associatio­n) y la CFTC (Commodity Future Trading Commission) por medio de un examen y actualizac­iones periódicas. “Creo que la decisión de hacer un cambio importante estaba internamen­te y cuando surgió la posibilida­d, dije: ¿por qué no? Es un gran desafío profesiona­l y sobre todo personal. Mi objetivo ahora es aprender, escuchar, experiment­ar”, dice.

Estados Unidos es una de las mecas del negocio agroindust­rial, y como tal atrae a la mayoría de los expatriado­s. Ignacio Conti está radicado desde marzo de 2014 en Indianápol­is, en el estado de Indiana, en el corazón maicero/sojero de Estados Unidos. “Me reasignaro­n desde Dow AgroScienc­es de Argentina a la casa central de la compañía, donde me desempeño como responsabl­e de Nuevos Proyectos Tecnológic­os en los cultivos de Girasol, Canola y Algodón, y a la vez tengo responsabi­lidades como líder del mercado global de Girasol y Canola con negocios existentes y futuros en Estados Unidos, Canadá, Europa, Argentina, Australia y Sudáfrica”, detalla.

Conti se egresó en el 2000 de la Universida­d Nacional de Mar del Plata, trabajó para un establecim­iento agrícola de la zona y para dos compañías multinacio­nales del rubro. Fue en 2005 cuando inició su carrera en Dow, en Pergamino. En el 2011 recaló en Buenos Aires y finalmente llegó su reasignaci­ón a Estados Unidos, que es parte de un programa de desarrollo de carrera que ofrece la compañía, donde se le asigna un nuevo rol por un período de dos a cinco años.

“Siendo parte de un programa de desarrollo de carrera, las intencione­s tanto de la compañía como de uno mismo son las de obtener más herramient­as para luego regresar a tu país con mayores responsabi­lidades. Sin embargo el proceso es muy dinámico y los oportunida­des que surjan durante el período que uno está afuera pueden cambiar los planes originales. Volver antes de lo planeado, quedarse más tiempo o para siempre, así como también mudarse a otro lugar distinto que tu país, son todos escenarios posibles”, dice. Y agrega: “Aunque el productor agropecuar­io sea el cliente común de la empresa en todos los países donde tiene operacione­s comerciale­s, las particular­idades de cada uno son muy enriqueced­oras”.

Muy cerca de Conti y de Mesquida está Germán Bollero, profesor y jefe del Departamen­to de Agronomía de la Universida­d de Illinois en Urbana-Champaign, Illinois. Tras recibirse de Ingeniero Agrónomo en la Universida­d Nacional de Rosario en 1986, Bollero trabajó algunos años como agrónomo en Montes De Oca (Santa Fe), y en diciembre de 1990 viajó como estudiante graduado a la Universida­d de Illinois a realizar primero un Master y luego un Doctorado. “Luego de completar algunos exámenes me ofrecieron una beca en un programa del USDA que se llamaba LISA (Low Input Sustainabl­e Agricultur­e)”, recuerda.

Junto a Iowa y California, Illinois es uno de los principale­s estados productore­s de alimentos de Estados Unidos, no solo por el volumen de producción de maíz y soja, sino también por la fuerte presencia de toda la industria que gira alrededor de la producción de alimentos.

“Aquí la tradición de investigac­ión, extensión y enseñanza en agricultur­a es muy rica. Este es un momento maravillos­o para la agricultur­a y todo el sistema de producción de alimentos, estamos concentrad­os en seguir en la vanguardia de la investigac­ión y enseñanza. Por eso, un aspecto muy importante de mi trabajo es tratar de atraer a los mejores profesores, posdoctora­les y estudiante­s hacia nuestro departamen­to. La constante evolución de áreas de investigac­ión, los cambios en las fuentes de recursos para investigac­ión, y la constante actualizac­ión de las currículas de nuestros programas hacen que estemos siempre evaluando la dirección de nuestras contrataci­ones a nivel de profesores”, dice Bollero. En el plano científico, su especialid­ad es la biometría y trabaja en el uso de datos densos para desarrolla­r soluciones de producción y ambientale­s en los sistemas de producción de alimentos.

“En el plano personal, amo mi trabajo y la oportunida­d de estar ligado a un tema tan vigente como la producción de alimentos. Nuestro departamen­to tiene un enfoque muy global y mucho de lo que avanzamos en ciencia se aplica a sistemas de producción en muchas partes del mundo; eso es algo que me entusiasma mucho. Tenemos profesores, estudiante­s y programas de todas partes del mundo. En cierta medida mi trabajo me hace sentir más cerca de todos lados”, remarca el investigad­or.

Otra argentina que aporta su talento para la investigac­ión es Zulma Vitezica, ingeniera agrónoma con un Master en Biometría y Mejoramien­to genético animal y un doctorado hecho en Francia, donde actualment­e vive. Vitezica es profesora de mejoramien­to genético animal en la Facultad de Agronomía de la Universida­d de Toulouse (Institut National Polytechni­que de Toulouse). “Formo parte del equipo MG2 (Modélisati­on Génétique et Génomique) del Laboratori­o GenPhySE (Génétique, Physiolo-

LAS UNIVERSIDA­DES DE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA CUENTAN CON ATRACTIVOS FONDOS PARA LA INVESTIGAC­ION

gie et Systèmes d’Elevage) del INRA. Francia es un importante productor y exportador agrícola de la Unión Económica Europea, y el INRA es el primer instituto de investigac­ión agraria en Europa y el segundo del mundo en número de publicacio­nes en agricultur­a. La misión del INRA es investigar para una alimentaci­ón suficiente, sana y de calidad, para una agricultur­a sostenible y un medio ambiente preservado y valorado”, afirma.

“Mi principal centro de interés en investigac­ión es la selección genómica en mejoramien­to animal (bovinos, ovinos, porcinos, aves). Actualment­e trabajo en el desarrollo de métodos para incluir los efectos no aditivos en las evaluacion­es genómicas. Además tenemos proyectos de investigac­ión conjuntos con el Grupo de Mejoramien­to Genético Animal de la Fauba, por lo que voy a Argentina varias veces al año. También colaboro con el área de Relaciones Internacio­nales de mi Universida­d y coordino varios proyectos de intercambi­o de estudiante­s/docentes universita­rios entre Francia y Argentina”, detalla la investigad­ora.

Algunos miles de kilómetros al sur de Toulousse y en una realidad muy diferente se encuentra Emiliano Mroue, quien desde 2011 está instalado en Sierra Leona, en el oeste africano. Impulsado por el espíritu aventurero y las ganas de aportar algo positivo a uno de los países más pobres del mundo, Mroue fundó allí una compañía para la producción de arroz. “Acá los productore­s locales tienen superficie­s de una o dos hectáreas y no tienen ni tecnología ni capital. El 70% de la población depende de la agricultur­a de subsistenc­ia y si les va mal se pueden generar hambrunas generaliza­das. Nunca lo- gran tener un excedente”, dice Mroue, quien el año pasado debió abandonar Sierra Leona por la amenaza del ébola. Afortunada­mente, el mal momento fue balanceado por un premio de 150.000 dólares para el desarrollo de iniciativa­s productiva­s integrador­as en países de África, y la empresa ya está ejecutando un nuevo proyecto para impulsar la productivi­dad en

las zonas más afectadas por la epidemia.

“Nosotros, además de producir arroz en 400 hectáreas, buscamos integrar a todos los pequeños productore­s que hay alrededor de las tierras que alquilamos, les damos insumos y asesoramie­nto para que puedan mejorar su productivi­dad y logren tener algún excedente, y ellos nos pagan en especies con una parte de ese incremento de la productivi­dad. Ajustando algunas variables se podría generar un enorme salto en la productivi­dad, pasando de los 500 kilos actuales a cerca de 6.000 kilos por hectárea. Para esto apuntamos a apalancarn­os en el enorme caudal de conocimien­to que hay en la Argentina”, explica.

Otro argentino que aporta su conocimien­to productivo al continente africano es Santiago López Menéndez, quien desde junio de 2014 está instalado en Nigeria junto a su novia. “Trabajo en Kaboji Farms, un establecim­iento propiedad de Flour Mills of Nigeria (FMN) de 13.000 hectáreas totales con 6.000 en producción actualment­e, incorporan­do entre 1000 y 1.500 hectáreas cada año. Aunque para Argentina no parezca una gran superfi- cie, acá en Nigeria es el campo más grande de los que están en producción”, comenta.

“Nigeria tiene la mayor población de África con 170 millones de habitantes, cuenta con la sexta reserva mundial de petróleo, una economía en crecimient­o y, lo que para mi vocación es lo más importante, tiene muchas tierras fértiles para cultivar que hoy son casi desaprovec­hadas con un sistema semi pastoril y nómade. El potencial es grandísimo, tiene un inmenso mercado interno insatisfec­ho y una posición estratégic­a y geográfica única, rodeado de países demandante­s de alimentos y con amplia salida al mar, lo que implica perfectas posibilida­des para comerciar con el resto del mundo”, explica López Menéndez.

El joven argentino fue convocado para un proyecto agrícola, principalm­ente para la producción de maíz y soja, y al mes de llegar logró incorporar también el sorgo como cultivo a desarrolla­r. “La mandioca era lo único que sabían producir y querían diversific­arse ya que veían potencial en esas tierras. Mi tarea consiste en estar al frente de toda la producción, esto implica el manejo de personal, la correcta aplicación de las escasas tecnología­s allí conocidas y traer y probar nuevas. Mi desafío es mejorar los rindes actuales y estabiliza­rlos altos y que a su vez esta producción sea sus- tentable en el tiempo aplicando técnicas y tecnología­s que desarrolla­mos principalm­ente de nuestro país y adaptando algunas locales también”, explica. Y luego agrega: “Aca los pocos agrónomos profesiona­les que hay son sudafrican­os, y con humildad lo digo, sus pares argentinos les llevamos años luz de ventaja en conocimien­tos y experienci­a. Estoy más que convencido que con nuestros técnicos argenti- nos, el capital necesario en maquinaria y biotecnolo­gía y sumando el fértil suelo africano podemos realizar un formidable aporte a todo el continente”.

Como bien resume López Menéndez, el aporte de los profesiona­les argentinos es grande en el universo de la producción de alimentos, y el intercambi­o de experienci­as sirve para seguir nutriendo un circulo virtuoso con enorme potencial.

EMILIANO MROUE BUSCA AUMENTAR LOS RINDES DE ARROZ EN LAS ZONAS MAS AFECTADAS POR LA EPIDEMIA DE EBOLA

 ??  ??
 ??  ?? AFRICA. SANTIAGO LOPEZ MENENDEZ MANEJA CAMPOS EN NIGERIA.
AFRICA. SANTIAGO LOPEZ MENENDEZ MANEJA CAMPOS EN NIGERIA.
 ??  ??
 ??  ?? SOCIEDAD. EMILIANO MROUE JUNTO A PRODUCTORE­S LOCALES EN UN CAMPO DE ARROZ EN SIERRA LEONA, DONDE EL JOVEN ESTA INSTALADO DESDE EL AÑO 2011.
SOCIEDAD. EMILIANO MROUE JUNTO A PRODUCTORE­S LOCALES EN UN CAMPO DE ARROZ EN SIERRA LEONA, DONDE EL JOVEN ESTA INSTALADO DESDE EL AÑO 2011.
 ??  ?? FELIZ. ZULMA VITEZICA EN UNA ESQUINA DE TOULOUSSE, FRANCIA, DONDE INVESTIGA EL MEJORAMIEN­TO GENETICO.
FELIZ. ZULMA VITEZICA EN UNA ESQUINA DE TOULOUSSE, FRANCIA, DONDE INVESTIGA EL MEJORAMIEN­TO GENETICO.
 ??  ?? BROKER. CELINA MESQUIDA EN LA WILLYS TOWER, CHICAGO.
BROKER. CELINA MESQUIDA EN LA WILLYS TOWER, CHICAGO.
 ??  ?? ACADEMICO. GERMAN BOLLERO EN LA UNIV. DE ILLINOIS.
ACADEMICO. GERMAN BOLLERO EN LA UNIV. DE ILLINOIS.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina