EN LAS PUERTAS DE LAPATAGONIA
Aprovechando el caudal del Río Negro, Jorge Mazzieri riega unas 120.000 has. y potencia los rindes.
Jorge Mazzieri comenzó sus actividades vinculadas a la producción agrícola allá por los años 90 como asesor privado en la zona de Monte Maíz, el sureste cordobés. En 1996/97 empezó a producir en esa zona pero hace siete años decidió buscar nuevos horizontes. Así, junto a un grupo de colegas, eligió el Valle del Río Negro, a la vera del río para producir commodities bajo riego aprovechando el potencial productivo que ofrecen las condiciones ambientales de la zona.
“Buscamos una zona no muy alejada de los puertos, dónde pudiéramos regar con agua lo más cercana a la superficie posible para que el milímetro no sea tan costoso, con escala y con una oferta ambiental que permitiese pensar en potenciales altos”, contó Mazzieri a Clarín Rural Revista.
Previamente habían evaluado otras regiones como el NEA y el NOA, Cuyo y el litoral. “Nos convenció el aprovechamiento que podíamos hacer del Río Negro, el segundo en caudal después del río Paraná pero del que sólo se aprovecha un 11% de su caudal, el resto se saliniza en su desembocadura al mar”, resumió Mazzieri. Y agregó: Actualmente, con ese 11% se riegan alrededor de 120.000 hectáreas pero se cree que podrían regarse 600.000.
El emprendimiento abarca un total de 23.000 hectáreas, en dos establecimientos: Caitacó (8.500 hectáreas) y La Victoria (14.500 hectáreas linderas). Para encarar el negocio se constituyeron tres sociedades: dos de ellas propietarias de los campos, Paynaken y Aymará, y una tercera Coleufu, encargada de la explotación y desarrollo de los mismos. A partir de 2011, junto con la conformación de la Chacra Valle Medio de Aapresid, se sumaron otras empresas hasta completar seis campos.
“La llegada al lugar no fue sencilla, había muchas cosas por hacer en paralelo además de las cuestiones agrícolas en sí, porque no se contaba con energía eléctrica ni señal de teléfono, instalaciones muy precarias, los caminos estaban en mal estado, muchos tuvimos que arreglarlos y otros los hicimos”, contó Mazzieri.
Condiciones productivas
Las condiciones agroecológicas zonales son muy buenas para que los cultivos puedan expresar altos potenciales. Se destaca la amplitud térmica, el período libre de heladas y la radiación, entre otras cuestiones. Entre las limitantes, la demanda de alrededor de 1500 mm por año no condice con la escasa agua de lluvia en una zona ubicada en la isohieta de 300 mm.
“Hacer suelo” –como dice Mazzieri– fue lo que, como ingenieros agrónomos les parecía a priori más sencillo pero después terminó siendo un trabajo arduo. “Salir de la situación original de un monte nativo petiso para un clima árido de 300 mm por año y generar a través de manejo estructura y materia orgánica en lugares donde está por debajo del 1% no fue fácil”, dijo. En este trabajo, ayudaron mucho moha, sorgo granífero y maíz de guinea en verano, y cultivos co- mo centeno, triticale avena, y vicia villosa y sativa en invierno.
Todos los tipos de riego
El riego, esencial para producir en esos parajes tiene sus desafíos: el tipo de energía a utilizar (electricidad, combustibles, gas, eólica, etc), evitar el lavado de nutrientes, los anegamientos, el movimiento de suelos y los drenajes, entre otros.
Para determinar cuál es el sistema de riego más eficiente las empresas que forman parte del proyecto en Valle Medio decidieron probar tres en un total de 400 hectáreas y, con los resultados en la mano, realizar el desarrollo en escala.
El riego por aspersión con pivot central ofrece alta eficiencia y la posibilidad de regar en áreas mayores a 70 hectáreas con bajo requerimiento de mano de obra, poco movimiento de suelo y rápida instalación. Actualmente, tienen 3 pivots que cubren 205 hectáreas en diferentes complejos de suelos y disímiles etapas de desarrollo.
El riego por gravedad es ineficiente en el uso del agua usado tradicionalmente, por eso, se estudió cómo se trabaja en otros países disminuyendo la escorrentía al final y la percolación en las cabeceras. En la actualidad hay 180 hectáreas instaladas con riego por manto australiano, con 42 situaciones distintas, largo de parcela, pendientes, cultivos y suelos.
Finalmente, el riego por goteo subterráneo se instaló en 22 hectáreas rodeando uno de los pivots recién la campaña pasada. De todos los sistemas probados, con 4500 dólares por hectárea ha sido el que requirió mayor inversión, le siguen el de aspersión con 2500 y el de manto australiano con 2100 dólares por hectárea. Aunque el costo por hectárea del goteo podría reducirse con una mayor superficie instalada.
Para la campaña 13/14 el costo del milímetro, sólo calculado por consumo de combustible, osciló entre: 0,30/0,50 dólares por mm para los distintos pivots, mientras que para el manto el costo osciló entre los 0,23 dólares por mm a los 0,30 dólares.
“Hoy lo que necesitamos es imperiosamente la instalación de una red de energía eléctrica, puesto que el proyecto se está haciendo en base a gasoil configurando un milímetro caro”, apuntó Mazzieri.
Inversión y resultados
“A diferencia de otras regiones, el costo por hectárea productiva no es el costo de compra de la hectárea en sí, que en nuestro caso osciló entre 400 a 450 u$s/ha, sino que, a este valor inicial se le debe sumar el costo de desmonte, sistematización, colocación de equipos de riego y la inversión en el desarrollo de los suelos durante al menos cinco años”, explicó Mazzieri. Por esto, aunque los márgenes de los cultivos en sí han sido levemente positivos, los resultados obtenidos durante las primeras campañas han sido todos negativos con pérdidas de hasta 38%. Se supone que con una mayor escala los costos fijos podrían diluirse mejor (vale recor-
ACTUALMENTE SOLO SE APROVECHA EL 11% DEL AGUA DEL RIO NEGRO, EL SEGUNDO EN CAUDAL DESPUES DEL PARANA LA DEMANDA RONDA LOS 1500 MM POR AÑO, PERO LOS CAMPOS ESTAN UBICADOS EN LA ISOHIETA DE 300 MM
dar que se empezó sólo con 400 hectáreas de las 23.000).
La rotación planificada para seis campañas es centeno y vicia villosa como cobertura invernal más maíz y moha en verano el primer, segundo y cuarto año. Soja el tercero y el sexto, y maíz el quinto.
Centeno y vicia villosa se implantan en marzo y se fertilizan con fósforo como arrancador y nitrógeno al macollage. El objetivo (el primer año) es colonizar los primeros 20 cm de suelo y fijar nitrógeno.
La moha se siembra la primer semana de noviembre y detrás se siembra un híbrido de maíz templado bien dotado de nitrógeno. Hasta ahora, se han logrado topes de rendimiento 100 qq/ha pero el promedio ha sido de 89 qq/ha. El objetivo al quinto año es lograr 120 qq/ha. El rendimiento de indiferencia para el maíz al puerto es de 80 qq/ha y el maíz a feedlot se estimó en 73 qq/ha.
En soja se lograron 35 qq/ha pero el promedio apenas está aún en 28 qq/ha, algo por debajo con el rendimiento de indiferencia de 28,1 qq/ha. “Usamos grupos de madurez 3,3 ó 3,5, la fecha de siembra es fin de octubre y principio de noviembre y no se puede mover mucho para escapar a bajas temperaturas”, explicó Mazzieri. El objetivo es lograr 45 qq/ha para la segunda implantación, al sexto año de rotación.
El trigo juega un rol más de cobertura, pero se han logrado parcelas de 100 qq/ha y 40 quintales a nivel de lote.
Además de los desafíos productivos, como se dijo, en una zona muy virgen en todo sentido, el tra-
EN UNA ZONA TAN VIRGEN, EL TRABAJO EN RED ESTRECHANDO LAZOS PUBLICO-PRIVADOS ES DETERMINANTE
bajo en red, estrechando lazos público-privados es determinante por ejemplo, para lograr la instalación energética, pero también para mejorar los caminos como la ruta que une Choele-Choel con General Conesa. Esto que hoy proponen un grupo de pioneros y es una opción para pocos, quizás en unos años, con una infraestructura más aceitada, pueda ser la punta de lanza de una región que pueda producir más alimentos para el mundo.