LA COSECHA, CON SENSOR DE CALIDAD
El INTA desarrolló la versión local de una herramienta que mejorará la comercialización.
Con márgenes cada vez más ceñidos, todas las herramientas que permitan producir más kilos por hectárea resultan clave. Pero tan importante como producir más, es hacerlo con calidad y poder vender a buen precio cada tonelada de grano producido. En este sentido, la posibilidad de segregar por calidad al momento de la cosecha resulta de vital utilidad, para poder ofrecer la producción al mejor postor.
El sensoramiento de la calidad se hace a través de un dispositivo en la noria de la cosechadora. La novedad es que después de tratar de adaptar un sensor estadounidense, a partir de esta campaña el INTA ya prueba un prototipo nacional con parámetros más adaptados a la situación local de cosecha.
“El mapa de calidad de grano, al
EL OBJETIVO FINAL ES PODER COMERCIALIZAR DE MANERA DIFERENCIADA SEGÚN NIVELES DE ACEITE Y DE PROTEINA CON EL SENSOR NACIONAL SE PUEDE MEDIR PROTEINA, HUMEDAD, GRASA Y, EN EL CASO DEL MAIZ, ALMIDON
igual que el de rendimiento, es una fuente muy importante de información georreferenciada que le brinda al usuario la posibilidad de identificar la variabilidad reflejada por el cultivo pero a niveles de calidad, esto es, proteína, grasa y almidón”, explicó el coordinador nacional del Proyecto de Agricultura de Precisión del INTA, Andrés Méndez. Junto a los ingenieros Diego Villarroel, Juan Pablo Vélez y Fernando Scaramuzza, analizaron la segregación de granos a campo durante la cosecha cuando existen diferentes calidades en los cultivos. El objetivo final, claro, es poder identificar diferentes niveles de proteína y aceite en un mismo lote y poder comercializarlos con valores diferenciales.
El equipo estadounidense Accu Harvest de la empresa Zeltex es probado por el INTA desde el año 2006 en trigo, cebada, soja y maíz. Este sistema extrae de la noria de grano limpio de la cosechadora una muestra de 300 gramos de grano cada 15 segundos. La muestra es leída por leds infrarrojos en 4 oportunidades arrojando un promedio de esas 4 sub muestras, la cual es georreferenciada y almacenada en una memoria SD. Según confiaron los especialistas del INTA, los re- sultados eran buenos, pero había muchas oscilaciones en los datos arrojados cuando las muestras no estaban acondicionadas de la mejor manera (problemática que se agrava en cultivos en condiciones no óptimas de cosecha). La falta de un servicio técnico adecuado es uno de los tendones de Aquiles de este equipo.
Teniendo en cuenta lo aprendido y las dificultades, a partir del año 2013 el INTA y la firma TecnoCientífica han trabajado para desarrollar un prototipo que en la campaña 2014/15 será testeado en trigo y cebada (ya se hizo), soja y maíz, con la generación de resultados superadores a los del equipo estadouni- dense en los primeros cultivos evaluados. “El prototipo NIR-Crop Analyzer de industria nacional, está siendo probado por el equipo de Agricultura de Precisión del INTA Manfredi tanto en un banco de prueba como en condiciones de cosecha a campo”, contó Méndez.
El sistema NIR-Crop Analyzer realiza la medición de la emisión de energía del infrarojo cercano que emite la muestra de granos. Dentro de la cámara de medición se escanea la muestra de granos y colecta la energía reflejada a través de una fibra óptica. Esta energía se compara con los espectros de energía que están pre cargados en el sistema de medición y arrojan el resultado. Se puede medir proteína, humedad, grasa y almidón (este último, para maíz, se agregó en el sensor nacional, pues no lo tiene el norteamericano).
Este sistema de escaneo de la muestra permite maximizar la representatividad de los datos ya que el mismo acumula gran información espectral de las muestras y mide de manera continua a los granos cosechados.
La cámara de medición está montada en la noria de grano limpio de la cosechadora y la misma toma muestras de 300 gramos de grano cada 10 a 15 segundos, lo cual implica tener un dato georreferenciado cada 20 a 30 metros aproximadamente.
El resultado del análisis de la muestra es almacenado en un monitor ubicado en la cabina de la cosechadora y la información se descarga por medio de un puerto USB en formato de txt que es un formato universal para cualquier software donde se quiera visualizar y comparar los datos.
En cebada se obtuvieron las primeras pruebas en Claromeco, Buenos Aires, donde hubo diferencias en proteína y la segregación en el lote permitió vender parte a maltería a mayor precio y otra con menor calidad se almacenó para consumo animal. “También es posible pensar en utilizar estos parámetros de calidad con el fin de planificar una estrategia de fertilización o refertilización para modificar estos valores entre tantas otras utilidades”, advirtieron los ingenieros.
Además de realizar una primera prueba a nivel estático (comparadas con las de laboratorio del INTA Anguil) también se montó el equipo en una cosechadora experimental Don Roque 125 de la EEA INTA Paraná.
Se cosechó un trigo en un lote con curvas de nivel, caracterizado por el desnivel del terreno. “Observamos que la gran diferencia en los niveles de rendimiento entre la loma, media loma y bajo, repercute directamente en el contenido de proteína de los diferentes ambientes”, apuntó Méndez. Así, en la parte más alta del lote, donde los rendimientos son de 3.500 kg/ha
y los valores de proteína están por encima del 10%. Lo contrario sucede en la zona baja del campo donde los valores están por debajo de ese porcentaje y el rendimiento ronda los 5.000 kg/ha.
“La posibilidad de identificar la calidad de los diferentes granos genera una herramienta de gran impacto y más aún en estas últimas campañas donde los niveles de proteína de trigo, cebada y soja han presentado mayor variabilidad”, expusieron los autores del trabajo.
“Esta información puede ser muy redituable para la industria que necesita conocer los valores de proteína y aceite en el caso de soja antes de entrar a una extrusora y evitar tener un producto elaborado con una calidad que no llega a un estándar deseado”, simplificó Méndez. Y para concluir agregó, asimismo, que “se trata de una herramienta más para aquellos productores o empresas que desean realizar el agregado de valor en origen, diferenciando a su producción desde el campo hasta el producto terminado”.