SANA DIVERSIDAD
Con base en el centro de Santa Fe y una pata en Chaco, los Stuber logran diversificar al máximo las actividades apoyados en una clara división de tareas y atención a los detalles.
En Santa Fe, los Stuber producen carne, leche y granos a toda máquina.
vacas son las que hay en ordeñe actualmente y producen unos
6000 litros de leche por día, 27 litros diarios
por vaca CUENTAN CON UN RODEO DE CARNE DE 900 CABEZAS, TODOS MACHOS, A LOS QUE VENDEN CON 450-500 KILOS EN SANTA FE
El negocio familiar de los Stuber se remonta a comienzos del siglo pasado, en los años 20, cuando Otto Stuber llegó de Alemania a la Argentina y se instaló en campos de unos alemanes que estaban en Colonia Belgrano, en el corazón de la provincia de Santa Fe. Hoy, a casi cien años de aquel desembarco, su hijo Rubén y sus nietos Ricardo, Germán y Guillermo llevan adelante la producción de leche (rubro en el que había comenzado Otto), pero también han incorporado la de granos y carne.
“Estoy convencido de que los sistemas mixtos le dan fortaleza y estabilidad a una empresa”, opinó, en diálogo con Clarín Rural Revis
ta, Ricardo Stuber. Actualmente, en el establecimiento María Auxiliadora se dedican a la agricultura, la producción de leche y en el Chaco tienen invernada. Además de Rubén, el ritmo lo marcan los tres hermanos, Ricardo, que es el mayor (42), Germán (31) y Guillermo (27). Cada cual atiende su juego: Rubén, se encarga de cuestiones administrativas, Ricardo de la compra y venta de insumos, de la invernada en Chaco y la venta de granos, y junto a Guillermo toman las decisiones agrícolas. Germán está en el día a día del tambo.
Un 40% de la superficie es alquilada y el resto, unas 800 hectáreas, es propia. El tambo está instalado en unas 200 hectáreas del campo propio. La parte que arriendan en su mayoría se alquila a otro de los hijos de Otto (hermano de Rubén). “El alquiler con mi tío es bastante accesible y estable, lo cual nos permite trabajar en su campo como si fuera nuestro”, dijo Ricardo.
Consultado sobre cómo discurre la rentabilidad de las diferentes unidades de negocio, Ricardo es tajante: “El tambo hoy tiene mejores márgenes que la agricultura”. Está bien que al tener el campo propio el número cambia, pero (aún en tiempos de cotizaciones de granos en baja) hay que hacer bien los deberes para que el tambo ofrezca mejores dividendos que la actividad agrícola.
Llegaron a tener tres tambos pero desde 2008 concentraron las mejores vacas en uno de ellos. “Esta fue una de las mejores decisiones que hemos tomado”, apuntó Ricardo. Hoy, con un rodeo de 220 vacas ordeñan cerca de 6000 litros (unos 27 litros por vaca por día). “No nos seduce tener un tambo de 20.000 litros, por una cuestión de infraestructura, costos, manejo e inversión, estamos convencidos que el crecimiento debe ser vertical”, dijo. Para lograr que cada vaca pueda dar más litros, o una cantidad de litros más estable, han aumentado el confort y el aporte de tecnología. “Tenemos instalaciones cómodas, corral techado, pisos, ventiladores, aspersión para que la vaca no tenga estrés calórico, medias sombras, aguadas y calidad de comida”, enumeró.
La producción de leche está enmarcada en un sistema de produc- ción mixto que combina tiempo de encierre a corral con una dieta TMR (Ración Totalmente Mezclada) y momentos a campo en base a alfalfa. “Ambos momentos son flexibles y se deciden según la época del año, la oferta forrajera y la estrategia a utilizar”, explicó Germán, de los tres hermanos, el que está más vinculado al tambo.
El rodeo está separado en tres lotes: punta, cola y vacas de primera lactancia. El de punta tiene las vacas que están por encima de los 30 litros diarios; en el de cola están las de lactancia avanzada próximas a secarse; finalmente, las vacas de primera lactancia, que son animales con necesidades diferentes ya que tienen que, aparte de producir, terminar su etapa de desarrollo.
“En lo que respecta a la dieta, usan silo de maíz, silo de alfalfa, maíz molido, expeler de soja y un núcleo mineral vitamínico con el aporte de levaduras, común en todos los lotes para evitar trastornos digestivos que afecten la producción cuando se pasa de un lote a otro”, ahondó Germán.
La carne, en el norte
En 2004, los Stuber decidieron hacer pie en el norte del país con un establecimiento dedicado a la invernada. Desde 2008 se asentaron en un campo del Departamento de General Güemes, en la provincia de Chaco. El desafío hacia los próximos años es poder hacer tener allí un rodeo de cría.
El rodeo actualmente tiene unas 900 cabezas, todos machos. Compran terneros de entre 160 y 200 kilos y los engordan hasta los 450500 kilos en un año y medio o dos.
“Las ventas las hemos ido concentrando en un frigorífico para consumo en la provincia de Santa Fe”, indicó Ricardo.
Ahora, el paso siguiente es comprar un buen plantel de hembras y empezar a armar algo de cría. “El hacer el ternero propio es interesante”, anticipó Ricardo. Y explicó por qué: “La idea a futuro es que pase a ser netamente un campo de cría porque considero que va a ser lo primero que se va a valorizar cuando la ganadería despegue, el primer impacto va a estar en ese eslabón”. Sin embargo, sabe que, a diferencia de la invernada, la cría es un negocio que “hay que manejar más de cerca” y a 700 kilómetros como están hoy se hace difícil si no se cuenta con el personal adecuado”.
Lo bueno es que el campo actual tiene explotado el 50% de la superficie. Para hacer productivas la mitad restante hay que inyectarle inversiones.
Al analizar el futuro de la empresa en general, Ricardo Stuber considera que hay que mantenerse
“EL DESAFIO ESTA EN SER MAS EFICIENTE EN UN CONTEXTO EN EL QUE LOS ALQUILERES APRIETAN”, DICE
bien diversificado. El desafío está en ser más eficiente en un contexto en el que los alquileres aprietan (tener parte de superficie propia les da otro panorama a los Stuber) y los costos suben. “Teniendo alrededor de 16 quintales por hectárea de soja en alquiler el rinde de indiferencia, al sumar los costos supera tranquilo los 35 quintales, algo difícil de lograr en la zona”, advirtió Ricardo. Hasta hace dos años, la inversión para producir soja sin contar alquileres rondaba los 9 qq/ ha y hoy está en 18. “Pensé que no iba a ver esto tan pronto pero creo que los números están obligando a repactar los alquileres y la relación entre arrendador y arrendatario”, concluyó.