COMO CUIDAR EL SUELO ENTRERRIANO
El productor y asesor entrerriano Norberto Gallino asegura que para aquellos que quieren y saben hacer las cosas bien, la siembra directa es una revolución positiva en lo productivo.
El productor y asesor Norberto Gallino relata su búsqueda de la sustentabilidad.
Con casi 30 años dando vueltas por los campos entrerrianos y tres generaciones dentro de la familia que lo secundan en el trabajo agropecuario, Norberto Gallino es un hombre que tiene varios kilómetros de tierra recorridos y un sinnúmero de tranqueras abiertas. Ha ido aprendiendo de agricultura, pero también de ganadería y tambo. Pondera el rol de la siembra directa en campos difíciles de Entre Ríos y considera que la fertilización y el manejo de malezas hoy son dos herramientas que hay que adoptar con precisión quirúrgica para ser eficientes y cuidar la rentabilidad y el suelo.
Como para reforzar ese legado familiar, apuntó: “La familia siempre tuvo campo en la zona centro de Entre Ríos, en el Departamento Nogoyá, y desarrollaron la ganadería y la agricultura, de hecho mi padre fue unos de los primeros productores que sembró soja en Entre Ríos en los principios de los años 70”.
Actualmente, junto a sus cuatro hermanos y hermanas y su madre trabajan unas 1050 hectáreas de campo familiar. Allí tienen un rodeo Aberdeen Angus de cría en la zona de monte y el resto es agricultura. “Son lotes en su mayoría con más de 18 años sin roturación, este sistema permitió potenciar los rendimientos, cuidar el medioambiente y mejorar los suelos complicados de nuestra provincia”, reconoció Gallino.
Siempre han apuntado a una rotación con 33% maíz (o sorgo en los suelos más marginales), 33 % soja de primera y 33 % trigo/soja. “Tratamos de mantener esta idea como la más acorde a nuestra realidad en función del suelo pero en los últimos años ha sido muy complicado plasmar este esquema porque los números no dan”, reconoció Gallino. Y agregó: “La rentabilidad de trigo y maíz es terriblemente mala y esta campaña no zafa ni la soja, lo que ha provocado que en las últimas cuatro campañas el esquema ideal se desvirtuara”. Para esta campaña, el combo es bien defensivo, con un 70–80% de la superficie con soja de primera y muy poco trigo/soja y maíz.
Como número grueso de los rendimientos a los que apuntan, el trigo ronda los 30 qq/ha, la soja de primera 25-28 qq/ha, el maíz entre 50 y 60 qq/ha, la soja de segunda 20 qq/ha, el sorgo 40 qq/ha, el silaje de sorgo 35-45 toneladas/ha y el de maíz 30 a 40 t/ha. Sin embargo, el año pasado, con el clima a favor, algunos productores lograron promedios por sobre los 34 qq/ha en trigo, 33 qq/ha en soja y 98 qq/ha en maíz.
Como técnico, asesora en agricultura a un grupo importante de productores que involucran en to- tal cerca de 25.000 hectáreas. Conforman un grupo de trabajo con otros dos colegas y con su hijo, Luciano, que es técnico en Administración Rural. Recuerda que empezó asesorando una importante empresa de la localidad de Bovril (unos 125 kilómetros al este de Paraná), Götte S.A. “uno de los emprendedores de esos que se encuentran con lupa, Don Julio Götte”, recordó Gallino. Aún sigue asesorando esa empresa que hoy tiene al frente a los hijos de Don Julio. “Aprendimos todos del intercambio permanente de ideas y acciones, para mí ha sido una gran escuela”, dijo.
Como yapa, desde siempre atiende también tambos, los cuales busca desarrollar desde muy baja escala hasta alcanzar volúmenes de producción más importantes. En los albores de la profesión, el asesoramiento de tambos tenía más peso en su esquema de trabajo: “Hace 15 años manejábamos más de 55.000 litros por día, hoy, con sólo tres tambos, manejamos un volumen de 30.000 litros/día”. El fuerte está relacionado con la cadena forrajera y las reservas.
En los tambos, salen de las pra-
deras (en base a alfalfa) a verdeos de avena o raigrás, en primavera pasan a sorgo granifero o maíz de segunda para silo o grano, y algunos lotes a soja para canjear grano por expeler. Después va otro año de cultivos anuales con destino a reserva o granos y vuelven, mínimo después de tres cultivos, a implantar la alfalfa.
También atiende rodeos de cría y feedlot, y recuerda que fueron pioneros en el desarrollo del engorde de terneros sólo con maíz entero y núcleo a corral.
La siembra directa hace punta entre las tecnologías que han revo- lucionado el paisaje agrícola de la región, porque “permitió conservar, recuperar y habilitar incluso, los complicados suelos vertisoles de la provincia, y pensar, efectivamente, en concretar la posibilidad de aumento de rendimiento”.
A la saga de la SD viene la fertili- zación fosfórica, como una herramienta fundamental, y el ajuste en trigo y maíz de la fertilización nitrogenada. También el uso correcto de fungicidas, “porque las enfermedades se pagan caro en el micro clima entrerriano”, el ajuste de densidades y el uso de mejores sembradoras. “La interacción de nuestros productores con los fabricantes de maquinaria han permitido desarrollar máquinas muy adaptadas a nuestras necesidades en suelos complicados”, reconoció Gallino.
En resumen, Gallino pondera que “para aquellos que quieren, saben y pueden hacer las cosas bien, hay una revolución positiva en lo productivo”, sin embargo, “lamentablemente, las últimas campañas han golpeado a todos con rentabilidades mínimas o negativas”.
Como camino, el productor reconoció que se busca diversificar y agregar valor. “Hay proyectos de desarrollo de cerdos, pollos, huevo, extrusoras de soja, biodiesel y feedlots, pero hoy en día, todo se mueve con cautela”, dijo. La incertidumbre, aún hoy, pesa.
ADEMAS DE LA DIRECTA, LA FERTILIZACION CON FOSFORO Y CON NITROGENO SON FUNDAMENTALES