OJO CON LAS MICOTOXINAS
Controlar la calidad de los granos usados para la alimentación del rodeo es clave para evitar pérdidas de eficiencia y enfermedades que pueden afectar a humanos.
Controlar la calidad de los granos que se les da a la hacienda puede evitar enfermedades y pérdidas económicas.
Hasta el momento, y gracias a Dios, se han errado todos los pronósticos de lluvias diluvianas por la corriente del Niño, pero hay que seguir tomando recaudos, puesto que el fenómeno del Niño sigue al acecho, y ha dado muestras en el sur de Brasil, parte de la provincia de Corrientes y Misiones de que esta vivito y goteando. Motivo por el cual todas las medidas preventivas y de manejo que se puedan tomar, se deben tomar (destetes, adelantar plan sanitario, diferir lotes, acopio de rollos o alimento, etc), porque se espera su generalización durante la segunda mitad de noviembre y el mes de diciembre.
Dicho esto, hay un tema que me preocupa y que lo he visto en dos clientes en los últimos días, y es la compra de granos en mal estado o con conservación deficitaria del mismo en el propio campo. Lo que más molesta, por motivos éticos y comerciales, es cuando uno compra el grano pensando que está adquiriendo una mercadería buena, y el que lo vende sabe que está entregando un producto en mal estado: carga la tolva o el chasis y lo despacha al campo de destino como si estuviera mandando una mercadería de primera calidad.
Es cierto que el maíz en los últimos tiempos estaba muy barato, que mucha gente se armó un encierro temporario, daba este grano con un poco de núcleo proteico y engordaba sus terneros o hacia recrías. Y por eso compran granos sin saber si son de buena o mala calidad. Pero esto no es excusa para tener malas artes.
Como al vendedor no le voy a sacar las mañas, ni es mi función, quizás si le pueda ayudar al com- prador a poder darse cuenta si esta bien o no lo que le llega al campo.
Existe una clasificación y estándares oficiales para la comercialización de los granos, donde se toman en cuenta diferentes aspectos como ser: porcentaje de granos partidos, dañados, color, olor, etc.
A modo informativo, las normas de calidad de comercialización de maíz fijan 3 grados de calidad del grano de maíz, para los cuales los distintos parámetros que se clasifican van entre los siguientes porcentajes: para granos dañados va del 3 al 8%, para los granos quebrados es entre el 2 al 5%, y para las materias extrañas es del 1 al 2%.
Estos parámetros son de muy rápida y fácil determinación por un perito clasificador de cereales, con una muestra de 100 gramos tomada al azar directamente del camión o tolva de granos.
Por supuesto que también están los análisis de laboratorio, que seria el método diagnóstico adecuado para la determinación de diferentes sustancias, que es el punto central de todo esto, las micotoxinas.
Estas micotoxinas, surgen a partir de hongos o mohos, del género Aspergillus, Penicillium y Fusarium, que las producen y cada uno de estos elabora diferentes tipos de toxinas (hay mas de 500 identificadas) que actúan sobre órganos distintos, ocasionando cuadros clínicos varios.
Son habitantes normales en la flora que se encuentra en los almacenamientos, produciendo las toxinas cuando el maíz se encuentra en temperaturas entre los 10 y 45º, siendo optima entre los 25 a 30º y condiciones de humedad adecuadas. También se producen en el trigo, sorgo, avena, arroz, maní y subproductos del girasol o el algodón, entre otros.
Bajo esta denominación quedan abarcadas una gran cantidad de patologías y problemas no solo para la salud de los animales, sino también para los seres humanos. Sus principales daños los causan a nivel hepático, renal y neurológico, en forma de inmunosupresión, mala conversión del alimento, rechazo del alimento, bajas tasas de crecimiento, problemas de fertilidad, abortos, etc.
Una de las manifestaciones características de las micotoxinas es el consumo en serrucho por parte de los animales. ¿Qué es esto? Es muy simple, los animales comen “x” cantidad del cereal por día, por ejemplo, 6 kilos por cabeza, y de pronto comienzan a dejar parte del alimento en el comedero. Comen 5 kilos, 4,5 kilos, 3 kilos. Hasta que en un punto se produce un rebote y sube el consumo, pero nunca hasta los 6 kilos. Sube a 5 kilos y empieza a bajar otra vez, y así sucesivamente. Esto se debe al efecto acumulativo que tienen en el organismo estas toxinas. Cuando vemos esto, en general ya es tarde. El daño intestinal y hepático ya está hecho. El potencial de engorde no se recupera nunca más. Se pierde tiempo (que no vuelve), esfuerzo, trabajo y dinero, todo por un alimento “baratito”.
Otro problema muy grande lo provoca la Zearalenona, porque sus derivados producen una fuerte acción estrogénica (abortos, muertes embrionarias, atrofia testicular en los toros) y acción anabolizante cuando es metabolizada por el animal, produciendo metabolitos que se eliminan por orina. Estos metabolitos (que arrancan en el grano por los hongos) son detectados por los análisis de SENASA y son considerados como metabolitos de anabólicos, sustancia prohibida en al Argentina, y que es motivo de la clausura del establecimiento durante un año. Y no hay forma, o al menos no la conozco, para hacer que SENASA entienda que no se usaron anabólicos en el campo y revea la sanción. Un año completo sin poder mover los animales del campo. Creo que hay que pensar muy bien antes de dar granos en mal estado.
El otro gran tema es la aflatoxina M1, la cual se excreta en leche y es cancerigena para el humano. La tolerancia para esta toxina en leche es de 0,5 microgramos por litro. Lo importante es estar atento y hacer los controles pertinentes, por que en muestreos anteriores se han encontrado valores superiores y produce cáncer en el ser humano.
Una posibilidad para prevenir estos inconvenientes cuando tenemos productos contaminados, es el uso de adsorbente en la ración, que son sustancias que se “adhieren” a la micotoxina y evitan que se absorba en el intestino.
LAS MICOTOXINAS SURGEN A PARTIR DE HONGOS Y SON COMUNES EN EL MAIZ, EL TRIGO, EL SORGO, LA AVENA Y EL ARROZ EL DAÑO INTESTINAL Y HEPATICO DISMINUYE EL POTENCIAL DE ENGORDE DE LOS ANIMALES