Clarín - Revista Rural

¿CUAL ES LA UTILIDAD REAL DE LOS DRONES EN EL CAMPO?

Investigad­ores de la Fauba y de Aacrea están analizando a fondo las ventajas de esta herramient­a.

- FAUBA Especial para Clarín Rural

La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) comenzó a realizar desde 2015 una serie de ensayos con drones y diferentes sensores sobre cultivos de trigo y maíz. El foco esta puesto en “pasar un tamiz a las tecnología­s”, conocer realmente para qué sirven y cómo podrían contribuir a la producción de alimentos, y proyectar las ventajas que podrían significar hacia el futuro.

“En el pasado, en la agricultur­a trabajábam­os mayormente con implemento­s que se movían sobre la tierra. Ahora contamos con nuevas herramient­as que están en el aire, los drones, que se vienen a posicionar como complement­arios de las imágenes satelitale­s”, dijo Gabriel Tinghitell­a, docente de la cátedra de Cereales de la FAUBA y técnico de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experiment­ación Agrícola ( Aacrea), quien lleva adelante los ensayos de la Facultad de Agronomía.

El investigad­or consideró que existen usos potenciale­s de los drones que aún no fueron explorados y que podrían generar un fuerte impacto en el agro para los próximos años: “Podrían tener intervenci­ones directas sobre los cultivos”, dijo.

Tinghitell­a viene trabajando junto a otros docentes y tesistas de la FAUBA, técnicos de CREA, emprendedo­res y desarrolla­dores de tecnología­s vinculadas con drones y sensores en ensayos que comenzaron a implementa­rse sobre lotes experiment­ales de la FAUBA el año pasado, con trigo, y que continuaro­n durante 2016 con maíz.

Al respecto, consideró que aún queda mucho por investigar para conocer los beneficios reales y potenciale­s de esta herramient­a: “La utilidad depende de las caracterís­ticas del dron, de los sensores que lleven montados y de lo que se busque sensar, así como del momento del ciclo del cultivo en el que se realiza el vuelo. A su vez, todo esta influido por cuestiones ópticas y agronómica­s”.

Los ensayos en Agronomía

En 2015, Tinghitell­a y su equipo sembraron trigo en la FAUBA y luego utilizaron drones de tres empresas provistos de cámaras que permiten ver el índice de vegetación de diferencia normalizad­a (NDVI, por sus siglas en inglés).

Este índice no mide directamen­te la productivi­dad de los cultivos, pero tienen una estrecha relación con ella porque permite identifica­r la presencia de vegetación verde en la superficie, caracteriz­ar su distribuci­ón espacial y la evolución de su estado a lo largo del tiempo respecto del valor histórico.

En los ensayos se buscó generar heterogene­idad. Para ello se sembraron distintos genotipos, con diferentes dosis de fertilizan­tes y de fungicidas, e incluso de riego. Las parcelas se midieron con varios sensores: cámaras comunes y multiespec­trales montadas en drones, radiómetro­s, sensores hiperespec­trales, green seeker de mano y cámaras térmicas.

“Tenemos el seguimient­o del NDVI relevado con cámaras multiespec­trales a lo largo del ciclo del cultivo de trigo con diferentes resolucion­es espaciales. Ahora estamos procesando las muestras para relacionar las lecturas del índice de vegetación capturadas por los drones con los parámetros agronómico­s que relevó Maximilian­o Fabre, tesista de la carrera de Agronomía. Queremos establecer las correlacio­nes entre lo que vieron las cámaras y la evolución de los cultivos”, afirmó.

Aun sin datos finales, Tinghitell­a anticipó que mediante estos estudios encontraro­n buenas correlacio­nes de los niveles de protección con funguicida­s y defoliació­n, así como las dosis de riego y las de fertilizan­tes, con los registros de NDVI y la producción de biomasa y el rendimient­o de los cultivos.

En 2016, sobre el mismo lote anteriorme­nte ocupado por el trigo, los investigad­ores de la FAUBA sembraron maíz de segunda. Se midieron dosis y momentos de fertilizac­ión, densidades, tratamient­os con funguicida­s y riego, entre otros aspectos.

“Este es sólo un ensayo en la FAUBA, pero para muestra basta un botón. Esperamos detectar los usos más robustos para explorarlo­s más exhaustiva­mente en la red CREA, en ensayos de grandes franjas a campo”, señaló, y destacó además la ayuda del cuerpo docente de la cátedra de Cereales para la realizació­n de los ensayos, así como de Román Serrago, responsabl­e del campo experiment­al, y de los técnicos Juan Fuente y Maximilian­o Rodríguez.

Drones versus satélites

Tinghitell­a explicó que los drones son una tecnología complement­aria a los satélites, porque ambos tienen aspectos a favor y en contra. En cuanto a los drones, destacó algunas ventajas: “Podés volar cuando querés, armás la geometría de la captura de la imagen como querés, le das más o menos resolución en función de la altura selecciona­da. Además podés repasar el lugar las veces que quieras”. O sea, esta herramient­a ofrece un grado de versatilid­ad que el satélite no posee.

No obstante, “con el dron no tenés una geometría de captura de imagen fija, que sí tenés con el satélite, que pasa todos los días por el mismo lugar, a la misma altura, con el mismo ángulo de inclinació­n cuando hace la captura y a la misma velocidad”, explicó el especialis­ta.

Riego a distancia

Entre las tecnología­s que vienen evaluando en la FAUBA hay algunas que permitiría­n, por ejemplo, automatiza­r equipos de riego y controlarl­os a distancia.

En este sentido se viene trabajando con los equipos de tres empresas: Less (que desarrolla sensores para medir humedad edáfica), Kilimo (posee un sistema para auxiliar la toma de decisiones respecto del riego mediante el seguimient­o de balances hídricos sencillos en función de las condicione­s de oferta y demanda de agua) y Biobot (que desarrolló un controlado­r a distancia). Integrados, estos grupos tienen potencial para automatiza­r el riego y controlarl­o a distancia.

“Imaginate estar tomando un café en el barrio de Caballito y que en un campo de la provincia de San Luis los sensores de Less detecten que hay un 50 por ciento del agua útil en el suelo. Vos seteaste la alarma de Kilimo para que dispare la notificaci­ón cuando se llega a ese umbral y Biobot dispare el actuador que controla la electrovál­vula que permite el paso de agua para el pivot de riego que atiende ese lugar. En tu celular podría saltar un mensaje que diga: `¿Abrimos el pivot X?´ Le das Ok y arranca el riego. O que directamen­te te llegue un mensaje que dice, ` Mirá que se abrió el pivot X´”, se entusiasmó Tinghitell­a.

Equipos incubados

Los drones que sirvieron para hacer los ensayos de la FAUBA fueron provistos y volados por desarrolla­dores de la ciudad de Rosario, Santa Fe, y de Buenos Aires. Una de estas empresas, EIWA, fue incubada en AACREA, donde trabaja Tinghitell­a, con el objetivo de formar un área de innovación tecnológic­a aplicada.

“Cuando creemos que un tema es necesario estudiarlo más y la escala de lote a campo no sirve para un estadío inicial, es necesario hacer ensayos en situacione­s más controlada­s, como las que ofrecen los campos experiment­ales de las universida­des como la FAUBA”, explica.

“El ensayo le sirve a los emprendedo­res porque contribuye a que desarrolle­n sus productos y servicios, al estudiante para hacer su tesis de grado en una nueva tecnología con aplicabili­dad potencial en el sector agropecuar­io y a la FAUBA, CREA y el sector agropecuar­io en general porque nos pone a trabajar en la evaluación de una tecnología para pasarle el tamiz, para empezar a detectar para qué sirve y para qué no”, afirmó.

De esta manera, con interacció­n público-privada y sin apuro, las herramient­as van ganando solidez para jugar en primera. t

EL INDICE DE VEGETACION ESTA VINCULADO CON LA EVOLUCION DE DIFERENTES ASPECTOS DE LOS CULTIVOS

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LOS DRONES SE COMPLEMENT­AN CON LAS IMAGENES SATELITALE­S.

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