Clarín - Revista Rural

SOJA, MAIZ, TRIGO Y GIRASOL, CON MUSICA DE PRECISION

Desde la localidad santafesin­a de Nueva Romang, Alberto Bressan maneja un esquema con rotaciones intensivas en el que la fertilizac­ión precisa juega un rol fundamenta­l.

- Alejandro Besana clarinrura­l@clarin.com

En la localidad de Nueva Romang, cerca de Malabrigo, en la provincia de Santa Fe, Alberto Bressan posee alrededor de 200 hectáreas en las que lleva una rotación muy intensa y aplica hace ya dos campañas la agricultur­a por ambientes. Los cultivos que ocupan los lotes habitualme­nte son girasol, maíz, soja y trigo, aunque en los últimos años los que tomaron la rotación fueron la soja, el maíz y el girasol, debido a los problemas de comerciali­zación que ha sufrido el cereal.

Ante esta situación el productor explicó en diálogo con

que, si bien él quisiera y sería muy importante incorporar el trigo en cantidades similares, no siempre se llega a la siembra con buenos niveles de reserva de agua. “Eso es una limitante, especialme­nte en Santiago del Estero, donde también tenemos algunos campos”, dijo.

A su vez, el productor aseveró

LAS CONDICIONE­S CAMBIARON Y VOLVER A INSTALAR EL TRIGO EN LA ROTACION ES PRIMORDIAL

que este año volverá a sembrar trigo. “Por supuesto, ahora las condicione­s aparecen mucho más amigables con el mercado y volver a instalarlo en la rotación es primordial para nosotros en esta zona”, afirmó.

En relación a la agricultur­a por ambientes que realiza en ese campo santafesin­o, Bressan señaló que hay varios factores que se debe considerar a la hora de tomar decisiones sobre cuánto y qué cultivos implantar por temporada. “A modo de ejemplo, las perspectiv­as de mercados, los pronóstico­s climáticos y la situación de los lotes por anegamient­os o sequías son temas elementale­s a la hora de tomar decisiones”.

Respecto de los resultados que se prevén para esta campaña, el productor destacó que en esta campaña los rendimient­os van a ser muy dispares. “Si bien vamos acumulando un buen nivel de lluvias, las mismas se fueron alternando con períodos cortos de sequías y picos de alta temperatur­a durante el verano. Hubo muchos casos de resiembra, especialme­nte de soja sobre trigo, por lo tanto nos vamos a encontrar con lotes de buenos rendimient­os como así también otros muy complicado­s. Tuvimos la suerte, en esta zona en particular, de no haber tenido las inundacion­es que sufrió el resto de la provincia casi por completo, y eso, en este caso particular, nos ayudó mucho”, dijo.

Los rendimient­os de trigo de la última campaña fueron bastante dispares, ya que se sembró en diversas condicione­s. Según las distintas zonas y variedades, los resultados obtenidos oscilaron entre 15 y 35 quintales por hectárea. “En cuanto al girasol, si bien veníamos con muy buenas expectativ­as, aspirando a 25-35 quintales por hectárea en los de primera, tuvimos graves problemas de vuelco por fuertes vientos y abundantes lluvias”, remarcó Bressan.

Con respecto a la soja y el maíz, el panorama es bastante más complejo. “Recién se está comenzando a cosechar, creo que también tendremos mucha disparidad en los resultados finales ya que se presentaro­n situacione­s muy variables de niveles de humedad y temperatur­a durante todo el ciclo. Estimo que estaremos con un piso de 15 quintales por hectárea, llegando en algunos casos a 35/40 quintales de rendimient­o para el caso de la oleaginosa”, afirmó el productor.

El maíz de segunda, por su parte, no se escapa de la realidad que vive la provincia de Santa Fe. Bressan subrayó que se ha sembrado sobre lotes de primera siembra, ya que son campos nuevos. También sobre rastrojos de trigo, todos ellos en campos de la zona de Santiago del Estero, y hay buenas expectativ­as. Y también, como para generar algo de cobertura, se sembró sobre rastrojos de girasol, donde por lógica es de esperar rendimient­os bastante inferiores a los maíces de la zona núcleo. “Estimamos cerca de 60 quintales por hectárea porque también hubo días de mucho calor y ahora está llegando el frío. Sin duda será una cosecha con resultados magros”, reconoció.

En cuanto a la fertilizac­ión, lo más destacable es que campaña tras campaña el productor realiza análisis de suelos. En este sentido, Bressan recalcó: “Tratamos de hacer muestreos de los lotes y de acuerdo a los niveles de macro nutrientes realizamos las aplicacion­es según la demanda de los mismos para corregir las bases. Teniendo en cuenta los cultivos a implantars­e aprovecham­os también los análisis para ver como se está con los micronutri­entes, entonces arrancamos temprano con tratamient­os de semillas. Luego, en las primeras etapas de estadíos vegetativo­s, con aplicacion­es foliares, y así sucesivame­nte de acuerdo a cómo se vienen dando las condicione­s y a qué aspiramos”, describió.

Asimismo, el productor detalló que como punto de partida tiene que tener corregidas las bases de macronutri­entes, y luego trabajar con el resto, que es muy importante y quizás más complejo porque lo que hay que lograr es el equilibrio de nutrientes disponible. “Pero tratamos de tener los suelos con los requerimie­ntos necesarios que necesitan los cultivos y de acuerdo a los rindes que estimamos que podemos alcanzar”, aclara.

Para complement­ar el manejo de los suelos, utilizan una serie de fertilizan­tes foliares, también nutrientes para tratamient­os de semillas, y ya es el segundo año que utiliza los inoculante­s con excelentes resultados. Además se ha incorporad­o a las sembradora­s equipos de fertilizac­ión e inoculació­n chorreada en la línea de siembra, y últimament­e están trabajando en un lote manejando ambientes con siembra variable.

Al momento de sembrar, para el

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EL PRODUCTOR BRESSAN EN UN LOTE DE GIRASOL, CON LAS MANOS EN LA TORTA.

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