LA ALGARROBA, UN CULTIVO QUE PASA POR CHOCOLATE
La caída de la producción mundial de cacao le puede abrir mercados a la leguminosa norteña.
La algarroba, una leguminosa muy común en el norte argentino, presenta numerosas ventajas que le permitirían cubrir la gran demanda internacional que el cacao, en plena baja productiva, no puede abastecer. Pero lograr la apertura y el acceso a nuevos mercados requiere comprender los nuevos desafíos que están teniendo lugar a escala internacional. En esta línea, Olivier Antoine –investigador del Instituto Francés de Geopolítica, en la Universidad Paris– en una reciente disertación en la Fundación ArgenINTA aseguró que “ante la caída de la producción mundial de cacao, la algarroba argentina tiene una oportunidad única para cubrir la alta demanda internacional de chocolate”.
Y agregó: “Hay una tendencia mundial hacia el consumo de alimentos de calidad y origen orgánico, como así también hacia productos inocuos que garanticen un equilibrio nutricional”. Este contexto favorece ampliamente a los cultivos como la quinua, la chía y la algarroba.
De acuerdo con los técnicos del INTA, la algarroba es una leguminosa de un sabor muy similar al chocolate que, a partir del secado y molienda de las vainas, se obtiene la harina que permite elaborar todo tipo de panificados –panes, tortas y budines–. Se trata de un alimento poco tradicional que se destaca por su alto contenido en hidratos de carbono y proteínas, y es muy bajo en grasas. Fruto del algarrobo, árbol tradicional del norte del país, es un producto noble, apto para celíacos –no posee gluten– y diabéticos –con azúcares de disponibilidad lenta–.
En la localidad de Santa María, en Catamarca, un grupo de productores se propuso obtener alimentos artesanales en base a algarroba como reemplazo del cacao y el chocolate. Gracias al apoyo del INTA, lograron transformar al fruto en productos con valor agregado como bombones, alfajores, café o cacao de algarroba para comercializar. Son más de 50 productores los que trabajan junto al INTA para recuperar este fruto ancestral y comercializar sus derivados en las ferias artesanales. Esta experiencia en el noroeste argentino es un claro ejemplo de que es posible agregar valor en todas las cadenas y regiones.
“Hay una fuerte motivación, alegría y gran interés entre los productores de volver a los orígenes y rescatar la actividad”, aseguró Marta Farias, técnica del INTA ProHuerta de Santiago del Estero. Por su parte, Farias destacó el trabajo realizado y explicó: “Recuperamos y revalorizamos la tradición de su siembra, cosecha y preparación. También los capacitamos sobre sus cualidades nutricionales, agregado de valor y asociativismo”. t
ES UN ALIMENTO CON ALTO CONTENIDO EN HIDRATOS DE CARBONO Y PROTEINAS, Y ES MUY BAJO EN GRASAS