Los olivícolas de La Rioja se unen para potenciarse
Dos firmas de La Rioja cuentan los números de un negocio en el que la asociatividad es clave para competir.
Dos empresas cuentan por qué la asociatividad es la clave para competir en el mercado mundial.
El gobierno riojano impulsa el funcionamiento de un cluster olivícola
La producción olivícola es para las regiones de Cuyo y del NOA una de las principales actividades agroindustriales. En total, hay aproximadamente 110.000 hectáreas concentradas en Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza, ubicándose la Argentina en el top ten a nivel mundial.
En este sentido, La Rioja posee 27.000 hectáreas de superficie implantada y produce 180.000 toneladas anuales de aceitunas, logrando la mayor producción del país, por lo que convierte a la provincia en la primera productora de aceituna de mesa y exportadora de aceite de oliva.
Clarín Rural Revista visitó dos emprendimientos riojanos que se dedican de lleno a la actividad. La primera es Olives S.A, una empresa que se caracteriza por la producción y exportación de aceituna de mesa desde el 2010. En total, produce 15.000 toneladas por año que provienen de 2.000 hectáreas, de las cuales 70 son propias y otras 250 son asociadas a una empresa. El resto de la producción proviene de terceros, especialmente de las zonas de Tinogasta, Chi- lecito y hasta de Catamarca. El 90 por ciento de la producción la exportan a Brasil, el otro 10 por ciento es para el mercado interno. “Solo se abarca el mercado brasilero porque el flete a otros países, como Estados Unidos, es muy caro y se pierde competitividad”, destacó el presidente de la empresa, Roberto Ochotorena.
La planta cuenta con una capacidad instalada de procesamiento de 12.500 toneladas anuales de aceitunas. En esta línea, los productos que se destacan son las aceitunas enteras o en mitades tanto verdes como negras o las rellenas como las aceitunas verdes con pasta de pimiento morrón. Para tener como referencia, el valor de una tonelada con carozo es de alrededor de 1.300 dólares.
Esta empresa tomó mayor trascendencia cuando entró en crisis la gran empresa regional de José Nucete, considerado el padre de la olivicultura moderna. Otro establecimiento que recorrió
Clarín Rural fue Promas, una empresa que se dedica especialmente a la producción y exportación de aceite de oliva y en menor medida a la aceituna de mesa. Y hace un año agregaron la producción de carne integrando ambas actividades. Promas está ubicado en el Departamento Capital de La Rioja y produce en una finca de 7.000 hectáreas. De este total, 1.600 son dedicadas a la olivicultura. Este año prevén que la cosecha sea de 5.000 toneladas. Este volumen es menor en relación a años anteriores, cuando habían obtenido 13 millones de kilos. “Tuvimos que hacer una reestructuración de los olivos porque no estaban dando su mejor producción. Se basa fundamentalmente en la poda. Ahora estamos resignando rinde para que en los próximos años las plantas expresen su mejor potencial”, explicó Alejandro Di Giacomo, administrador de la finca.
En cuanto a la producción de aceite, este año será de alrededor de 700.000 kilos. A su vez, la bodega tiene una capacidad para 2 millones de kilos de aceite, lo que le permite a la empresa dar servicio de guarda a terceros. El total de la producción es para exportación, sobre todo para los mercados de Estados Unidos y España a un valor de 3.800 y 4.200 dólares por tonelada.
El gran problema de la olivicultura, según resaltan los especialistas, es el retraso en el tipo de cambio ya que la gran mayoría de la producción se exporta. Y hay que sumarle los aumentos en los costos de producción.
En La Rioja el 90 por ciento de los olivares dependen del agua para riego que extraen del subsuelo enormes bombas, lo que convierte a las empresas en electro-dependientes. Ante este contexto desfavorable, y para seguir afianzando esta economía regional, desde el Gobierno riojano lanzaron el programa “Cluster Olivícola” para optimizar la competitividad del sector olivícola, afianzando políticas y herramientas económicas productivas. Está conformado por los productores primarios (propietarios de fincas y plantaciones de olivo), industriales, comercializadores, proveedores de servicios e insumos, tecnología y equipamientos y cuenta con el asesoramiento técnico desde diferentes organismos.