Clarín - Revista Rural

A aprovechar los rastrojos y cultivos para regular la humedad del suelo

La utilizació­n de cultivos de cobertura y rotaciones son herramient­as clave para manejar el agua.

- Juan B. Raggio clarinrura­l@clarin.com

cir, dejar el suelo cubierto con rastrojo a fin de acumular agua en el perfil para el próximo cultivo. Es una forma de manejar el agua del perfil acotando su consumo. Precisamen­te con este mismo rumbo de ideas -el mejor uso del agua disponible- es que aparecen los abonos verdes o cultivos de cobertura, con los que se trata de generar precisamen­te eso, “cobertura” y materia orgánica aprovechan­do el agua disponible en el perfil. Quienes defienden esta práctica afirman que el agua que no se aprovecha para formar materia orgánica, en su mayoría se pierde. Existen estudios que demuestran que esa pérdida ronda el 80 por ciento.

Por otro lado, la inclusión de abo- nos verdes o cultivos de cobertura tiene que ver con la intensidad de la rotación. Y dejando para otro momento los beneficios de la rotación de cultivos podemos recordar que la intensidad de una rotación está definida por la cantidad de cultivos que se hace en un lote por unidad de tiempo. Por ejemplo, la cantidad de cultivos que se hace en un lote en un año. La pradera pampeana es uno de los pocos lugares del mundo que admite más de un cultivo por año.

La intensidad de una rotación tiene que ver con la demanda de agua y las condicione­s climáticas de una zona que definen la disponibil­idad de agua para los cultivos. Intensidad­es menores a las adecuadas hacen perder Al final de la campaña de gruesa, los lotes liberados son sometidos a diferentes tratamient­os antes de la próxima siembra, y las opciones son varias y diferentes según el criterio y óptica de quien maneja la agricultur­a en la empresa.

El barbecho es una opción, es de- agua y rentabilid­ad, como también intensidad­es mayores a las adecuadas reducirán los rindes. También la capacidad de almacenaje de agua del perfil tiene que ver con la intensidad de la rotación. Así, cuando los lotes resultan demasiado húmedos, por ejemplo en un ciclo niño, es que puede faltar intensidad en la rotación, y cuando son demasiado secos es porque la rotación es demasiado intensa. También es para recordar que ante las condicione­s climáticas variables se requieren rotaciones cambiantes en intensidad.

Otra cosa para tomar en cuenta es cómo influye el tipo de suelo en estas decisiones referentes a la rotación y el manejo del agua. Los suelos profundos con texturas francas y alto contenido de materia orgánica soportarán mayor intensidad de rotación en diferentes condicione­s climáticas. Por el contrario, en suelos poco profundos con texturas arenosas y bajo contenido de materia orgánica se limita la intensidad de rotación en toda condición climática.

Por ejemplo, trigo, mijo, colza es una rotación inadecuada para un suelo profundo ya que ninguno de los cultivos explora en profundida­d el perfil. Trigo, sorgo, barbecho no es adecuada para un suelo de capacidad de agua limitada debido a que durante el trigo y el barbecho no se acumulará humedad para el sorgo.

También es notorio que la labranza consume agua, entonces la intensi-

dad de las rotaciones en siembra directa será de manera frecuente mayor que en la labranza. En siembra bajo cobertura, con un menor consumo de agua, tiende a aumentar la presencia de malezas y de enfermedad­es, se reduce la rentabilid­ad, y tienden al incremento los problemas con la napa. En zonas áridas o sub-húmedas, donde las rotaciones con labranza tienen barbecho y/o una proporción sustancial de cultivos de bajo consumo de agua, la intensidad se puede aumentar reduciendo los barbechos y utilizando cultivos de cobertura. A su vez, utilizando cultivos de mayor consumo en áreas húmedas se puede aumentar la intensidad, con el doble cultivo o con abono verde. La rotación de cultivos bien aplicada puede aumentar rindes y reducir costos de producción. Puede también distribuir en el tiempo el uso de la maquinaria y de los recursos.

Más allá de las rotaciones, las herramient­as que el productor aplica para manejar las coberturas y rastrojos a través del invierno son la cola de la cosechador­a con cada vez mejores picadores y distribuid­ores de paja y esparcidor­es de granza para dejar preparada la “cama de siembra”. Las pulverizad­oras, para combatir las malezas en los primeros estados de su crecimient­o, y los laboreos reducidos eventuales para borrar las huellas de los camiones y cosechador­as por cosechas con exceso de humedad.

 ??  ?? Alfombra. Tras su cosecha, el maíz deja buena cantidad de rastrojos. La intensidad de una rotación debe ser planificad­a en base al tipo de suelo sobre el que se trabaja.
Alfombra. Tras su cosecha, el maíz deja buena cantidad de rastrojos. La intensidad de una rotación debe ser planificad­a en base al tipo de suelo sobre el que se trabaja.
 ??  ?? Invierno verde. Un cultivo de cobertura crece entre los rastrojos de maíz, una forma de aprovechar la humedad para sumar materia orgánica.
Invierno verde. Un cultivo de cobertura crece entre los rastrojos de maíz, una forma de aprovechar la humedad para sumar materia orgánica.

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