Clarín - Revista Rural

Es momento de observar el requerimie­nto de magnesio

- Javier Confalonie­ri

Por fin parece que el frío llega para quedarse y poner un poco en orden este clima totalmente desaguisad­o. Espero que este frío logre sazonar un poco los pastos y les quite el exceso de agua para evitar que las avenas y otras pasturas estén hechas un veneno para los animales.

¿Cómo se explica esto? Simple: con mucha humedad, pastos muy tiernos y abundantes rebrotes, es clavado que tendremos problemas con el magnesio. Y esto ya se ha visto desde mayo en muchos lugares, causando muchas pérdidas. No es mi intención cansarlos con estas enfermedad­es, pero se estima que son la causa de un 5 por ciento de las mortandade­s en campos de cría y de alrededor del 8 por ciento en las invernadas. Esto sucede porque no se toman las medidas preventiva­s adecuadas o porque se lo hace de manera tardía.

También es verdad que en algunas ocasiones prácticame­nte todo es en vano y solo nos queda la resignació­n. Dentro de ese escenario también se puede encuadrar al empaste por alfalfa, en el cual, a pesar de llevar a cabo todas las medidas de manejo recomendad­as, el cuadro clínico y la muerte se presentan igualmente. Es sin dudas una situación frustrante.

A tomar nota y recordar: animales con temblores en sus miembros, fundamenta­lmente los posteriore­s, furiosos -capaces de corrernos ante cualquier estímulo-, con ojos brillosos y babeo, es la descripció­n del cuadro que presentan, en general, antes de caerse y permanecer en decúbito hasta la muerte.

Cualquier factor de estrés -como ser un tropeada o un simple cambio de potrero- hará que varios de los animales con un nivel bajo de magnesio en sangre queden tirados. A estos animales se los debe tratar inmediatam­ente con magnesio inyectable.

Es por esto que cuando detecta- mos el problema se debe evitar llevar a los animales a la manga para tratarlos con sales de magnesio o mineraliza­ntes inyectable­s. El problema se debe solucionar en el mismo potrero, ya sea con el agregado de sales magnesiada­s en batea -a mi gusto, la mejor opción-, piedras de sal, magnesio en el agua de bebida o el uso de sales de óxido de magnesio espolvorea­do en rollos.

También es muy importante recordar que la suplementa­ción mineral se debe comenzar, como mínimo, dos semanas antes del comienzo del pastoreo de los verdeos o las pasturas problemáti­cas para que estos elementos sean incorporad­os al metabolism­o del animal.

Tampoco hay que dormirse con el manejo de los empastes ya que haber comenzado con una pastura adecuadame­nte consociada (alrededor de un 60% de gramíneas y 40% de leguminosa­s) nos dará una ventaja considerab­le sobre esta problemáti­ca.

A modo de recordator­io, enumero las principale­s medidas de manejo a tener presentes. En primer lugar, no ingresar animales hambreados al lote de alfalfa, tratar de suministra­r rollos de buena calidad o suplemento­s nutriciona­les -como ser silajes- cuando se practica encierre nocturno, para evitar que al día siguiente los animales entren con demasiada voracidad y esto aumente el riesgo de empaste. En segundo lugar, tratar de consumir la pastura con un grado de desarrollo avanzado (estado fenológico), para que contenga mayor cantidad de pared celular y una relación tallos/hojas más adecuada y disminuya el riesgo de empaste.

Otro punto muy importante es no ingresar a comer con el rocío. Se debe esperar a que seque para evitar mayores problemas, puesto que esta situación facilita el quiebre de las hojas y éstas, a su vez, el empaste, ya que el ingreso de agua al rumen favorece la formación de espuma. Si hay que esperar hasta después del mediodía, se espera.

La vigilancia permanente de la tropa va a hacer una diferencia muy importante y valiosa, en signo pesos sin dudas, puesto que nos va a permitir detectar en forma temprana a aquellos animales susceptibl­es. Siempre hay animales con una mayor predisposi­ción a sufrir em- paste, hay que identifica­rlos y sacarlos de la tropa para darles un manejo diferencia­do.

Cuando se cuenta con cierto grado de tecnificac­ión, el pre marchitami­ento de la pastura nos va a ayudar mucho en el descenso del empaste, dejando orear las plantas para que pierdan un 50% del contenido de agua. Esto se puede lograr mediante el corte de las mismas o con el uso de herbicidas. En muchas oportunida­des, se sustituye el producto químico por la aspersión de la pastura con un agente tensoactiv­o, el cual se pega a las plantas y es directamen­te ingerido por el animal para prevenir la formación de espuma.

También la utilizació­n de agentes tensoactiv­os en el agua de bebida nos va ayudar en el combate de este problema pero, si bien son buenos, tienen el problema de la correcta dosificaci­ón y el buen funcionami­ento de los equipos que se colocan en los bebederos.

Todo esto, y segurament­e más medidas de manejo, muchas veces no alcanzan. Por eso es tan importante que se vigile permanente­mente los lotes en pastoreo, puesto que muchas veces los animales afectados mueren o quedan “arruinados” después de que se practica la punción ruminal para intentar descomprim­ir el exceso de espuma.

Observar el suelo y los animales, en esta parte del año en que los recursos empiezan a escasear, puede ser clave en la rentabilid­ad.

Con humedad, pastos tiernos y rebrotes, habrá problemas con el magnesio A los animales les dan temblores en sus miembros, están furiosos y babean

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