Clarín - Revista Rural

La producción del NEA crece y quiere estar más cerca de las góndolas

El productor y asesor chaqueño Mariano González analiza los factores que traban el crecimient­o regional.

- Juan I. Martínez Dodda jumartinez­dodda@gmail.com

El productor y asesor chaqueño Mariano González reconoce el “buen juego” de los productore­s en el lote, pero advierte todo lo que falta fuera de él: agregar valor, gestión e infraestru­ctura sobresalen como las principale­s falencias. En diálogo con Clarín

Rural Revista, se refirió al talón de Aquiles para el crecimient­o de la región: el Belgrano Cargas, que recién estaría renovado para 2019.

El departamen­to Chacabuco, al que pertenece la localidad de Charata, un distrito netamente agropecuar­io que creció exponencia­lmente los últimos años gracias al desarrollo agrícola, representa el 35% de la recaudació­n de rentas de la provincia de Chaco.

Hijo de una maestra rural jubilada y un padre adiestrado­r de caballos, actualment­e Mariano González es asesor de empresas agropecuar­ias y productor. También trabaja con sus tíos, que hace 30 años tienen con un laboratori­o de semillas.

En 2015 se animó a ser candidato a intendente de Charata. No ganó, pero dice que “fue una muy buena experienci­a”. Aprendió mucho. Entendió que “la política necesita de más actores comprometi­dos”.

A la hora de analizar la actividad, y lo que ve a diario como asesor, reconoció que “puertas adentro el productor es Messi y Maradona juntos, el gran problema es tranqueras afuera, cómo hacer para crearle valor a lo producido sin tener estructura para acercarse lo más posible a la góndola”. González está convencido de que hoy “para ser productor agropecuar­io se necesita planificac­ión, explorar los negocios y saber hasta dónde se puede llegar y por qué caminos”.

“Llegamos a sembrar 2.000 hectáreas, el 70% arrendadas, pero nos agarró una mala campaña y nos dejó con las manos vacías y tuvimos que achicarnos. Ahora nos estamos recuperand­o y trabajamos alrededor de 800 hectáreas”, contó González. Como productor pondera la necesidad de mantener la permeabili­dad y estabilida­d en una zona de rendimient­os dispares. “Rotación, materiales anclados en su momento y a la densidad adecuada, fertilizac­ión, manejo del paquete tecnológic­o adecuado para el control de plagas, malezas y enfermedad­es, vamos con todo”, destacó. La mitad de lo que siembran es soja, el resto maíz con algo de girasol y/o algodón según la campaña.

La radiografí­a de la campaña muestra, como panorama general, una buena a muy buena campaña en la zona. La soja de primera (que representa el 70% del total de la oleaginosa sembrada) promedió los 32- 35 quintales por hectárea (qq/ha), mientras que la soja de segunda se acercó a los 26 qq/ha. Un 8% de la superficie se perdió por anegamient­o, exceso de malezas o abandono del lote. “En el NEA hubo techos de casi 50 quintales y pisos de 11 quintales, en muchos casos porque se sembró tarde”, remarcó González. El algodón se recolectó en tiempo y forma salvo algunos retrasos por lluvias a fines de mayo, pero se cosechó buena calidad y no hubo presión de picudo como otros años. Se hizo menos superficie. El año pasado se habían sembrado 175.000 hectáreas y en 2016/17 80.000. “Los rindes están bien, 2500-2600 kilos, en algunos lugares llega a los 4000 kilos con 33% de fibra y calidad 11,5; ese algodón, en bruto, se vendía a cosecha a 8.300 pesos más IVA, y la fibra a 26 pesos el kilo”, dijo González.

El maíz también tuvo un buen desempeño, con rendimient­os de entre 75 y 90 quintales. “Fue una campaña con sorpresas por los buenos rendimient­os pero también, en otros lotes, con sorpresas negativas por fusarium y debilidad en caña en los lotes que usaron genética susceptibl­e”, contó el productor chaqueño.

González confía en que el productor de Charata y la zona invierte mucho en tecnología. “Usamos herramient­as para hacer densidades y fertilizac­iones variables, fumigacion­es por índice de área verde, usamos mapas de rendimient­os, vemos el satélite para ver cómo está emergiendo el cultivo”. Pero todo esto es un “gasto silencioso” que muchas veces no tiene retribució­n.

La falta de infraestru­ctura es una de las falencias que significa, para los productore­s de zonas tan alejadas de los puertos, estar adentro o afuera del sistema. “Somos productore­s de materias primas pero tenemos que tratar de buscar mercados especiales y generar valor, porque estar lejos de los centros de comerciali­zación hace que tengamos que pagar un 3540% de logística y todo se complica”, refirió González, para quien no hay dudas: “El número se mejora con más y mejor infraestru­ctura”.

Las fichas están jugadas a la recomposic­ión del Belgrano Cargas (otra cosa es el Plan Belgrano, una

Pérdidas En la actual campaña un 8 por ciento de la superficie se perdió por anegamient­o, exceso de malezas o abandono del lote.

apuesta más amplia que incluye caminos, créditos, servicios básicos, salud, educación). En la zona hay movimiento Y se estima que recién para 2019 estaría terminada la obra. “Por ahora, lamentable­mente, seguimos con una carga económica muy pesada para llevar los granos al puerto y es más barato el camión que el ferrocarri­l”, reconoció González.

Para subsanar esta brecha es fundamenta­l que mandar los granos en tren cueste un 35-40% menos que el camión y que haya una aceitada integració­n camión-ferrocarri­l. Los números de hoy no favorecen este deseo: “Cargar un tren de Charata a Puerto General San Martín hoy cuesta 940 pesos por tonelada, teniendo en cuenta los 614 pesos del vagón, más 238 pesos del camión para el arrime desde el lote a la estación de carga, más paritaria, etc; y un camión de la tranquera del campo a puerto hoy vale 820 pesos”, dijo González.

En pos de ayudar a que “cierre el número”, la reducción de las retencione­s a la soja propuesta por el Gobierno Nacional cuando asumió también era un aliciente. Sin embargo, después del primer recorte de 5% en la campaña 2015/16 no se pudo concretar una nueva baja para la cosecha 2016/17. Como paliativo, el Gobierno propuso el Estímulo Agrícola Plan Belgrano, esto es, una reducción del 5% de retencione­s en la venta de soja hasta los 2.000 kilos con un precio promedio de soja de 5.791,55 pesos por tonelada correspond­iente a marzo de 2017.

La devolución de los derechos de exportació­n alcanza a los productore­s de soja de Salta, Jujuy, Formosa, Santiago del Estero, Tucumán, Corrientes, Misiones, Catamarca, La Rioja y Chaco. “Fue una buena propuesta para la zona porque con eso acortamos la brecha de logística, nos da algo de oxígeno, pero todavía acá no se devolvió ni un peso”, advirtió

La infraestru­ctura puede definir si uno queda adentro o afuera del sistema

Mariano González. Desde Nación dicen que recién se devolverá a los 90 días. Los productore­s dicen que “una devolución tres meses después no es tan estimulant­e”.

Al analizar los desafíos futuros, insiste sobre el valor agregado: “Tenemos que ponernos en la cabeza que somos una provincia que genera mucha materia prima, salimos con granos y tenemos que empezar a destinar algunos sectores para poder salir con mayor valor. Estamos a la vanguardia y tenemos la tecnología para ampliar la frontera productiva y aumentar el peso del Norte”.

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En el lote. González es productor y asesor, y en el 2015 se le animó a la política siendo candidato a intendente de Charata. “La política necesita de más actores comprometi­dos”., dice.
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Embarrado. Los excesos hídricos generaron complicaci­ones este año.
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Algodón. Este año el rinde en algunos lugares llegó a los 4000 kilos con 33% de fibra y calidad 11,5.

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