Clarín - Revista Rural

EL TRIGO TIENE AIRE PARA VOLAR ALTO

Los perfiles bien cargados y la ecuación económica entusiasma­n a la mayoría de los productore­s.

- Lucas Villamil clarinrura­l@clarin.com

En la anteúltima semana de mayo comenzó una nueva campaña triguera en la Argentina con la siembra de los primeros lotes en las regiones NOA, NEA, Centro-Norte de Córdoba y Santa Fe. Así lo informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que estimó que la superficie estimada en el presente ciclo ascenderá a 6.100.000 hectáreas, un 7 por ciento más que las 5,7 millones de hectáreas implantada­s durante la campaña 2017/18.

Con buen ánimo y altas expectativ­as se ponen a punto las principale­s zonas trigueras del país. Recienteme­nte, en diálogo con Clarín Rural, el gerente de un semillero con base en el sur de Buenos Aires, remarcaba: “Después de que se cortó la sequía en gran parte de la zona triguera empezó a haber un gran interés, si el clima lo permite va a aumentar el área de siembra, y los precios que hay van a hacer que el productor use más tecnología. Hay buena relación insumo producto. Hoy, en kilos de trigo es mucho más barato el kilo de fertilizan­te. Lo estamos viendo en el interés y en los llamados que estamos recibiendo”.

Está claro que el trigo tiene aire pa- ra apuntar alto, pero no se vive de entusiasmo y buenas perspectiv­as. Por eso vale la pena repasar los pasos que el especialis­ta Jorge González Montaner recomienda antes de definir el planteo agronómico para el cultivo.

“Primero hay que mirar el agua en el suelo, para definir con qué potencial arrancamos y ver si hago un modelo de mínima, si no hago trigo o si hago un modelo intensivo”, remarca el técnico. En ese sentido, la sensación general es que el clima acompa- ña, pero González Montaner aclara que en cada barrio la situación es diferente.

El segundo aspecto enumerado por el técnico es ver qué negocio se va a hacer -un trigo de calidad, una cebada, un trigo de potencial de rinde- para poder establecer qué demanda de nutrientes se va a tener.

Otro punto muy importante según Montaner es revisar las residualid­ades. “Venimos de un año muy seco que después se dio vuelta pero que hizo que queden muchos herbicidas residuales en el suelo. En los ambientes donde no se recuperó el agua durante los meses cálidos, hay productos que son un problema, entonces hay que revisar eso para ver si hacemos cebada, trigo, o si nos cuidamos y vamos directamen­te a la gruesa”, di- ce el especialis­ta.

Por último, el técnico se refiere al mayor riesgo sanitario de la actualidad: las royas. “Estamos en un escenario donde las royas son cada vez más agresivas, particular­mente la roya lineal y la roya negra. La campaña pasada fue muy grave”, dice, y agrega: “Las señales muestran que en los años más fríos se retrae.

Repasando: agua en el perfil, negocio al que se apunta, residualid­ades y roya. Después de analizar estas variables, entonces si se puede mirar la relación insumo producto y definir si se apuesta por modelos que aseguren más calidad.

Yendo al campo de juego, a poco de empezar la campaña en la principal zona triguera del país aun quedaban varias dudas. Por ejemplo César Dialeba, productor de la zona de Mar del Plata, tenía más preguntas que respuestas. Hace unas semanas en A Todo Trigo, recordó que el año pasado tuvo suerte de poder sembrar algo de trigo en fechas tempranas, antes de las lluvias, y se preguntaba si este año no sucedería algo similar. “Todavía no llegamos a cosechar la soja, hay un camión adentro del campo hace catorce días sin poder salir. La idea es hacer trigo, está atractivo el negocio, pero tiene que parar de llover”, decía.

Por su parte José Munarriz, productor en la zona de Chillar, coincidía: “En el aspecto climático estamos muy complicado­s porque todavía no hemos podido cosechar absolutame­nte nada de soja. Alrededor del 10 de junio solemos empezar la siembra de los ciclos largos de trigo. Como viene la mano se va a apuntar a trigos más intermedio­s, pero de una forma u otra este año se va a hacer un 20-30 por ciento más de fina seguro”, decía.

Luego comentaba que en su zona tuvieron 5 o 6 años en los que prácticame­nte no hicieron trigo, y que ahora el cereal viene haciendo fuerza, los valores lo volvieron más atractivo. “La gente ya se está moviendo para asegurarse fertilizan­te”.

Otro que se expresó en la misma línea fue Enrique Thomas, propietari­o del Criadero Thomas, en La Dulce, partido de Necochea, quien se dedica a hacer genética para empresas productora­s de trigo. “Veo mayor interés, específica­mente con trigos de calidad. Necesitan calidad, la tendencia en el mundo es a producir trigos de calidad, por eso los rusos nos están pasando por arriba, porque están en una zona más fría, tienen trigos de invierno y los trigos de invierno son de mejor calidad. Acá hay que revertir un poco la tendencia, irse a esos trigos de invierno, eso es lo que yo estoy haciendo”, afirmó. Y luego añadió: “No es cierto que no se pague la calidad, si vos tenés un trigo de calidad el mercado te lo paga. Lo que pasa que hoy el trigo se toma como segundo cultivo, o tercero, se busca que más o menos sea rentable, no se busca calidad. La calidad se paga 20 dólares más que los trigos comunes. Se puede hacer calidad con cantidad”.

La Bolsa de Cereales estima que habrá más de 6 millones de hectáreas sembradas En muchas zonas trigueras, las lluvias generaron un atraso en la siembra

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 ??  ?? Pastito. El cereal tuvo un buen arranque en los lotes del norte del país y se espera que el área sembrada crezca un 7 por ciento respecto a 2017.
Pastito. El cereal tuvo un buen arranque en los lotes del norte del país y se espera que el área sembrada crezca un 7 por ciento respecto a 2017.
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Fertilizan­te. La relación insumo producto está favorable a la inversión.
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Calidad. Afirman que se puede aspirar a mayor calidad con cantidad.

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