Cuando las cosas no son lo que parecen, que hable el laboratorio
Sanidad. Los casos oscuros ponen al veterinario en situación de aprendizaje permanente. Esta vez, mueren terneros destetados por Hemoglobinuria Bacilar en Entre Ríos.
Hasta acá, creo que he descripto estos cuadros no menos de diez veces. Al hacer la anamnesis (preguntas que se hacen al puestero o encargado sobre la historia reciente del campo, vacunaciones, movimientos, ingreso de animales, cambios de ración, etc), no se podían detectar grandes acontecimientos o eventos que destacaran para lograr una aproximación al diagnóstico.
Hice dos necropsias (es lo mismo que la autopsia en los humanos). Me llamó poderosamente la atención la palidez de las masas musculares más importantes, como ser los cuartos, y el color amarillo de ciertas estructuras como el diafragma, el epiplón o los músculos intercostales. Otro dato muy importante: estaban libres de parásitos, intestinos e hígado sin lesiones aparentes.
En un momento me pregunté acerca de la posibilidad de estar frente a un caso de Anaplasmosis, aunque la ausencia de ese parásito en la zona me hizo descartar esa po- sibilidad, por lo menos en ese momento. También descarté Babesiosis, porque no hay garrapata. Otra posibilidad era estar en presencia de Leptospirosis: por la ictericia de tejidos y la categoría que estaba siendo afectada, cerraba, pero estábamos en medio de una seca muy importante, así que no era lo más probable.
Ante la imposibilidad de hacer un diagnóstico certero al observar el cuadro clínico y las necropsias, el envio de muestras al laboratorio fue lo que entendí era lo más aconsejable y fue lo que, en definitiva, dio la última palabra en este asunto. Resultado: Hemoglobinuria Bacilar. Como diría mi abuela: “¡chupate esa mandarina!”
Uno está acostumbrado a asociar esta enfermedad a la Fasciola Hepática. Es más, van de la mano, o eso creía. Pero indagando un poco más encontré otros casos, uno en Zárate, otro en la zona de General Belgrano, en cuenca del Salado, donde se habían registrado casos de Hemoglobinuria en ausencia de Saguaypé. Además, estos terneros no tenían orina roja, o tal vez era un cuadro tan terminal donde la anemia era muy grande, no lo sé.
Reconozco que al ver el informe del laboratorio no lo creí, no me cuadraba, además eran animales vacunados contra las enfermedades clostridiales, pero la vacunación del lote con una vacuna solamente de Hemoglobinuria fue suficiente para que se terminaran los casos. En definitiva, no todo es lo que parece o debería ser. Esto me sigue enseñando que se debe tener una visión más amplia de las cosas y no encasillarse en lo que uno conoce. Y me recordó que los casos oscuros siguen ahí.
A pesar de hacer dos necropsias, faltaban datos para llegar a un diagnóstico certero