Una lluvia de ideas para la ganadería del norte, que sufre una seca repetida
En Salta, un grupo de expertos analizó cómo enfrentar la reiterada falta de agua y tener un manejo con buenos índices de producción y rentabilidad.
La planteó un grupo de especialistas durante una jornada en Metán, Salta.
En los últimos años, la búsqueda de una mayor eficiencia en ganadería no fue un objetivo exclusivo de la zona pampeana. Por el contrario, se ha traslado a regiones como el NOA, en donde las condiciones de producción son habitualmente más complicadas, y sobre todo en los últimos años, cruzados por una dura sequía. Por eso, los ganaderos del norte argentino buscan fortalecer aspectos clave como la alimentación, el manejo y la genética, para poder sostener sus planteos y su rentabilidad.
En la actualidad, esos ganaderos siguen trabajando bajo condiciones de severo estrés hídrico, y el manejo nutricional es, así, cada vez más complejo. Por eso, en el marco de una jornada organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) en el departamento salteño de Metán, el ingeniero agrónomo Jorge Navarro, del INTA Salta, propuso dos medidas de manejo para enfrentar esta situación.
En primer lugar, recomendó la reducción de la demanda alimenticia en animales improductivos que presenten problemas. En este caso, explicó que debe evaluarse edad, estado corporal y, en los vientres, su estado reproductivo y si están con cría al pie.
Definido este paso, con los animales disponibles se implementa la segunda etapa. De este modo, se incrementa la oferta alimenticia, priorizando a vaquillonas preñadas o paridas, vacas y, por último, el resto de los reproductores, que pueden mejorar su estado corporal con mayor facilidad tras una sequía.
En estas condiciones, y teniendo en cuenta aspectos de disponibilidad y logística, Navarro estimó que una suplementación en base a semilla entera de algodón o de soja al 0,5% del peso vivo permite mejorar notablemente el aprovechamiento del forraje seco.
Con las actuales condiciones climáticas, los productores del NOA adoptan esquemas de emergencia para sobrellevar la situación. Pero más allá de este contexto, el asesor Sebastián Riffel remarcó el potencial de la región para adoptar tecnología, y repasó algunas herramientas para mejorar sistemas de recría y engorde.
Tomando como punto de partida que en la zona el forraje es de carácter estacional, como el caso del gatton panic diferido, el técnico aconsejó, en primer término, una suplementación estratégica con expeller de algodón o trigo, para mantener un ritmo de engorde de 300-400 gramos/animal/día. “Cuando llega el verano y cambia la calidad de pastura, se corta la suplementación y así se mantiene todo el año un buen ritmo de ganancia de peso”, afirmó. Otra opción es el uso de corrales de recría y, en lugar de utilizar gatton diferido, el ternero es encerrado a corral con silaje de maíz o sorgo.
Rodolfo Peralta, del Foro de Genética Bovina Argentina, resaltó que los ganaderos del norte argentino implementan cada vez más el entore de vaquillonas de 15 meses, y que deben tener en cuenta este panorama al momento de incorporar genética en sus rodeos, para buscar toros que permitan esperar luego en sus crías facilidad de parto y pesos lógicos de los terneros al nacer. Para el profesional, la clave del uso de genética en el NOA y el NEA pasa por ajustar la eficiencia de conversión y producir más kilos con menos alimento. Hay que buscar vientres que se adapten a las oscilaciones climáticas”, sostuvo.
En este camino, el presidente del Ipcva, Gonzalo Alvarez Maldonado, dijo que la ganadería de esta zona tiene que aprender a convivir con la sequía. “Los productores deben conocer cómo usar las herramientas disponibles, para poder sortear estos escenarios”, finalizó. t
Una opción que está creciendo es la utilización de corrales de recía