Y en yunta con la FAO
En África hay muchas ONGs que monitorean que las empresas no especulen con la tierra alquilando campos en los que no van a producir, un fenómeno que se conoce con el nombre de “landgrabbing”. “A nosotros nos llevó un buen tiempo demostrar que sí producimos y que tenemos el consentimiento de las comunidades”, dice el argentino Emiliano Mroue, quien desde 2012 produce arroz en Sierra Leona. Luego agrega: “Con la FAO nos apoyamos mutuamente en algunos proyectos; uno de ellos es el System for Rice Intensification ( SRI)”. Según explica Mroue, el SRI consiste en una serie de prácticas de siembra de arroz enfocadas en pequeños productores que fueron desarrolladas en Madagascar en los años 80. La empresa del argentino trabaja en la diseminación de esta técnica junto a la Universidad de Cornell, de Estados Unidos. En resumen, el SRI implica la preparación de almácigos y transplante de plantines a los 11- 12 días ( normalmente se hace a los 20- 25). El transplante temprano da un shock a la planta que fomenta el desarrollo de raíces. Luego los campos se riegan cada seis días y se usa fertilización orgánica. Con estas prácticas los rendimientos suelen aumentar entre un 50% y un 100%. “Hay que tener en cuenta que son prácticas muy sencillas orientadas a pequeños productores. Requieren menos insumos pero más mano de obra, algo accesible en África y Asia”, remarca Mroue.