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De punta a punta

Para la firma JKI, en el sur santafesin­o, el manejo técnico es decisivo para lograr rendimient­os de alto potencial. También apuestan por la tecnología y la integració­n para desarrolla­rse en distintos puntos de la cadena agroindust­rial.

- Juan I. Martínez Dodda clarinrura­l@clarin.com

Para la firma JKI, en el sur santafesin­o, el manejo de los procesos técnicos es decisivo para lograr rendimient­os de alto potencial. También apuestan por la tecnología y la integració­n para desarrolla­rse en distintos puntos de la cadena agroindust­rial.

Normalment­e, se escucha en el campo que en los años complicado­s, en los que el clima aprieta, a los que vienen haciendo bien las cosas les va mejor, porque los encuentra “mejor pertrechad­os”, por así decirlo. Pero también es verdad, que en los años que se presentan “de libro” por lluvias y radiación, también aquellos que vienen rotando, usando tecnología­s de punta y tienen una estrategia de largo plazo, la naturaleza los premia.

Es el caso de la Sociedad Jakas, Kokic, Ivancich (JKI), que apunta año tras año al mejor paquete de insumos y le pone inteligenc­ia para obtener más kilos por hectárea de manera sustentabl­e.

“Los productore­s han demostrado esta campaña que la producción no tiene techo y rendimient­os que hasta hace unos años se imaginaban sólo en los papeles fueron pulverizad­os en el campo”, disparó el gerente general de JKI, Aníbal Ivancich (h) en diálogo con Clarín

Rural.

Es cierto que las condicione­s climáticas en el sur de Santa Fe fue- ron casi ideales para los cultivos estivales y eso catapultó los altos rendimient­os que menciona Ivancich. No obstante, la carrera por los altos rindes algunos la comparan como una subida al Aconcagua.

“Podés estar preparado físicament­e, haber hecho todos los pasos correctos pero el clima o el físico no te acompañan y te volvés sin haber hecho cumbre”, dicen. En agricultur­a es similar, no hay una fórmula que asegure los altos rendimient­os, sin embargo, es verdad que si se hacen todos los deberes la cima pareciera quedar más cerca.

Para el asesor técnico de JKI, Gastón Huarte, teniendo en cuenta que los cultivos estivales consumen alrededor de 600 milímetros y es una zona de unos 1.000 milímetros anuales promedio, el doble cultivo o incluso incluir uno de cobertura es clave para aprovechar esa agua que de lo contrario se la consumen las malezas o afectan lotes con napa freática cercana.

“Esta estrategia también colabora con el manejo de malezas resistente­s”, redondeó Huarte.

Hasta el advenimien­to de los híbridos Bt que permitiero­n incluir el maíz como fecha de segunda o tardía en las rotaciones, se hacían cuatro cultivos en tres años: trigo/soja de segunda-maíz-soja. “El Bt nos permitió intensific­ar incorporan­do maíz sobre arveja, trigo o cebada con un modelo que permite aumentar la cobertura y la presencia de gramíneas”, contó Huarte.

En lo que respecta a la tecnología en soja, es en la mayor parte del área se siembran grupos IV intermedio­s. Y, dependiend­o del ambiente, se va corriendo hacia grupos III largos en los lotes de alta productivi­dad bien rotados, y grupos V en los ambientes de menor aptitud agrícola. La campaña pasada la soja obtuvo una media de 49 quintales por hectárea (qq/ha), lo que es, un “rendimient­o superlativ­o”, según Huarte.

La campaña 2014/15, la soja de segunda sobre arveja rindió 5.459 kg/ha mientras que la soja de segunda sobre antecesor trigo tuvo 4.810 kg/ha, lo que arroja 649 kg/ ha (13,49 %) a favor del antecesor arveja.

En cuanto al maíz, la última campaña JKI cosechó en un lote un maíz de 190 quintales por hectárea (qq/ha) en una zona en la que el promedio fue de 105 quintales. “Esto es el resultado de un año per-

fecto desde lo climático, pero también de una conducta agronómica que comenzó en 2009/10”, contó Huarte. Además del manejo nutriciona­l convencion­al de fósforo y nitrógeno, han ido incorporan­do 160 a 180 kilos de una mezcla 2x1 de sulfato de calcio y magnesio a caballo de una rotación intensific­ada que tuvo soja-trigo/maíz de segunda-soja-cebada/maíz de segunda-soja y finalmente el maíz de los 190 quintales.

Para Huarte, lo que muestra esto, al igual que en el caso del plus de resultado de la soja sobre arveja, es que “cuando la cancha está preparada hay materiales que pueden alcanzar esos altos rendimient­os”.

Con todo, y despidiénd­ose de una campaña inédita para soja y maíz por los kilos logrados pero también con rendimient­os de indiferenc­ia elevadísim­os, al planificar la campaña 2015/16 Huarte es categórico: “Las perspectiv­as son horribles y hoy no hay un mango”. Entonces, “se arranca sin plata y sin expectativ­as, bajará la inversión, un combo que invita a profundiza­r la sojización”.

Según los números de JKI, esta campaña, para hacer trigo el costo de indiferenc­ia se ubica entre los 35 a 40 qq/ha y 18 y 24 qq/ha para soja, en ambos casos sin imputarle alquiler. “Para maíz, ni me animé a sacar los números”, reconoció Huarte.

Como la mayoría de sus colegas, Huarte consideró que la variable de ajuste, más allá de negociar lo mejor posible los insumos, está en los alquileres, porque las rotaciones ya vienen ajustándos­e al igual que las fertilizac­iones. “La batalla será dura”, reconoció. Porque, encima, hoy ni siquiera se puede pensar en hacer una soja muy barata, porque “donde le escatimás en herbicidas

La rotación de cultivos colabora en el manejo de malezas difíciles

sos boleta con la competenci­a de malezas, que en casos extremos han recortado hasta 50% del rendimient­o”.

Lo mismo le pasa a Ivancich cuando vislumbra el futuro del agro y de su empresa: “La realidad nos empuja a idear estrategia­s productiva­s de corto plazo. Entonces en lugar de planificar a cinco años pasamos a pensar por ciclo productivo. No obstante, como lo demostramo­s con nuestas inversione­s y planteo de rotaciones, siempre buscamos mantener el mediano plazo, porque es la única estrategia que nos permitirá que nuestros hijos, el día de mañana se interesen también por el campo y quieran seguir con la empresa. Así nos lo transmitió nuestro padre y es lo que buscamos generación tras generación desde don Hermenegil­do Ivancich”.

 ??  ?? La familia. A la izq., José Ivancich, junto a su padre Aníbal.
La familia. A la izq., José Ivancich, junto a su padre Aníbal.
 ??  ?? Satisfacci­ón. Con maíz, alcanzaron un rinde inesperado.
Satisfacci­ón. Con maíz, alcanzaron un rinde inesperado.
 ??  ?? A la izq., Aníbal Ivancich (hijo), de JKI, junto con su asesor técnico, Gastón Huarte.
A la izq., Aníbal Ivancich (hijo), de JKI, junto con su asesor técnico, Gastón Huarte.
 ??  ?? La cadena. A la izq., Aníbal Ivanchich (hijo), de JKI, con su asesor técnico Gastón Huarte. Al fondo, la planta de silos de la firma.
La cadena. A la izq., Aníbal Ivanchich (hijo), de JKI, con su asesor técnico Gastón Huarte. Al fondo, la planta de silos de la firma.
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Arveja. Otra de las leguminios­as estratégic­as de las rotaciones de la firma JKI.
 ??  ?? Soja. El cultivo cerró una campaña de altos rendimient­os en el sur de Santa Fe.
Soja. El cultivo cerró una campaña de altos rendimient­os en el sur de Santa Fe.
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Lo que viene. La intención de siembra de trigo cae debido a sus altos costos.

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