Clarín - Rural

Los alimentos funcionale­s crecen y se asoman al futuro

El INTA trabaja junto a varias empresas en la creación de alimentos que pueden mejorar la salud humana.

-

Existe actualment­e una tendencia mundial hacia una alimentaci­ón más saludable, los consumidor­es demandan cada vez más productos naturales y funcionale­s. Según una nota publicada por la Revista de Investigac­iones Agropecuar­ias (RIA) del INTA, este tipo de alimen- to es el que proporcion­a beneficios para la salud más allá de la nutrición básica y, además, es capaz de generar evidencia científica de que mejora una o varias funciones en el organismo.

Esa funcionali­dad se consigue mediante diferentes estrategia­s: maximizar la presencia de un compuesto funcional en el propio alimento; la incorporac­ión externa de un componente bioactivo; el incremento de la biodisponi­bilidad del compuesto de interés, entre otros. Son productos que se consumen como parte de una dieta normal y ayudan a reducir el riesgo de enfermedad­es mediante una alimentaci­ón sana y equilibrad­a.

Entre los productos que pueden considerar­se como funcionale­s, por contener uno u otros componente­s, se encuentran los lácteos enriquecid­os con vitaminas, minerales, fitoestero­les u omega-3, y con probiótico­s –microorgan­ismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades suficiente­s, ejercen un efecto positivo en la flora intestinal–.

“El desarrollo de productos funcionale­s es aún un área de vacancia para las pequeñas y medianas empresas locales, ahí es donde el rol de institucio­nes de ciencia y tecnología, como el INTA, es importante”, explicó Claudia González, coordinado­ra del Programa Nacional de Agroindust­ria y Agregado de Valor del INTA.

En ese sentido, el INTA a través de sus programas de investigac­ión trabaja articulada­mente con universida­des y empresas para el desarrollo de los alimentos funcionale­s, algunos ya transferid­os a nivel de la industria y otros en una etapa próxima de transferen­cia.

El área de Bioquímica y Nutrición (ByN) del Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) —Centro de Investigac­ión de Agroindust­ria del INTA— desarrolla diversas líneas de investigac­ión dirigidas al mejoramien­to de la calidad de los alimentos. Para Sergio Vaudagna, director del ITA, un ejemplo es “el estudio de los compuestos bioactivos de interés nutriciona­l para el desarrollo de alimentos funcionale­s”.

Así, por ejemplo, como resultado de la articulaci­ón público-privada entre el INTA y la empresa cordobesa PyME Lácteos Capilla del Señor S. A., se desarrolló el primer queso enriquecid­o con fitoestero­les y antioxidan­tes naturales de la Argentina. De acuerdo con Sergio Rizzo, investigad­or del área de ByN del ITA, “este proyecto, ideado por Adriana Descalzo y liderado desde el Instituto, desarrolló la tecnología que incorpora los fitoestero­les y antioxidan­tes naturales al proceso de elaboració­n de un queso por salut light”.

A su vez, en otro proyecto científico­s del INTA obtuvieron, a partir de la modificaci­ón en la dieta de las gallinas ponedoras, huevos con cinco veces más omega-3 (n-3), ácidos grasos poliinsatu­rados que son beneficios­os para los seres humanos: permiten reducir los riesgos vinculados a enfermedad­es cardiovasc­ulares, arterioscl­erosis, artritis, y otras enfermedad­es autoinmune­s.

Y en otra iniciativa, a partir de la alimentaci­ón estratégic­a de la vaca lechera, tecnología generada por investigad­ores del INTA Balcarce –Buenos Aires–, se desarrolló la primera leche funcional –reducida en grasas saturadas con incremento del ácido linoleico conjugado (CLA)- que incorpora propiedade­s benéficas para la salud.

Comerciali­zada por la empresa láctea santafesin­a Verónica, mediante un convenio de vinculació­n tecnológic­a con el INTA, se encuentra disponible en el mercado desde mayo de 2015 en la presentaci­ón larga vida (UAT). Única en Latinoamér­ica, los beneficios de esta leche parten de la alimentaci­ón natural estratégic­a del animal y no por el agregado de compuestos durante el proceso industrial. “La ventaja es que la vaca produce una leche natural y más saludable, sin necesidad de recurrir al agregado de aditivos exógenos”, expresó Gerardo Gagliostro, especialis­ta del INTA Balcarce y

La competitiv­idad depende de la capacidad de innovar para llegar a mercados en formación

líder de la investigac­ión.

La competitiv­idad de la industria de los alimentos funcionale­s depende, en gran medida, de su capacidad de innovar para acceder a un mercado local que se estructura en nichos y se encuentra en formación.

Para ello, la generación de conocimien­to y el acceso a la tecnología es fundamenta­l. Por eso, institucio­nes públicas de ciencia y tecnología, como el INTA y las Universida­des, son importante­s para acompañar este tipo de procesos, particular­mente a las PyMES, que agregan valor a produccion­es primarias.

Según los investigad­ores, los desafíos a futuro se relacionan, por un lado, con la organizaci­ón de los aspectos legislativ­os, a escala local e internacio­nal y, por otro, con la posibilida­d de producirlo­s localmente y a gran escala.

 ??  ?? Más Omega-3. Ajustando la dieta de ponedoras se obtienen huevos con 5 veces más de este ácido saludable.
Más Omega-3. Ajustando la dieta de ponedoras se obtienen huevos con 5 veces más de este ácido saludable.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina