Fertilizar la cebada, un salto de calidad
La fertilización azufrada mejora el rendimiento cervecero, según un trabajo de la Fauba.
La Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) avanza en una serie de investigaciones para determinar el impacto de la fertilización azufrada en la calidad del cultivo de cebada y su utilidad en la producción de cerveza. Ya encontraron respuestas positivas en el principal parámetro industrial: el extracto de malta.
“En general, cuando estudiamos la fertilización de los cultivos apuntamos a aumentar el rendimiento. Pero en el caso de la cebada cervecera vamos más allá porque también tenemos en cuenta la calidad. Por eso, desde hace años estudiamos cómo la fertilización afecta la calidad de la cebada, que es la materia prima para fabricar la cerveza”, explicó Pablo Prystupa, docente de la cátedra de Fertilidad y Fertilizantes de la FAUBA e investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (INBA).
La fabricación de la cerveza comprende dos procesos que son realizados por industrias diferentes. Por un lado, están las malterías, ubicadas cerca de las zonas de producción de cebada, como Tres Arroyos y Bahía Blanca. En estos establecimientos, la cebada se germina y se seca en condiciones controladas para obtener la malta. El siguiente proceso se realiza en las cervecerías, que por lo general están próximas a los centros de consumo, como Campana o Santa Fé. Allí, a partir de la malta se obtiene el mosto, un líquido azucarado al que luego se lo hace fermentar.
La cebada debe cumplir condiciones específicas para llegar a elaborar una buena malta y satisfacer los estándares de comercialización. Esto significa que si la cebada que se entrega a la maltería no cumple con los requisitos esperados puede recibir un descuento en el precio o, incluso, ser rechazada. Los granos que no son aceptados por las maltería terminan siendo utilizados como forraje, que se coloca a un precio muy inferior. Por eso es importante que los productores conozcan los parámetros que demanda la industria y los tengan en cuenta a la hora de planificar el manejo de sus cultivos.
“El azufre no modificó la cantidad, pero sí el tipo de proteínas del grano. Cuando se aplicaba este fertilizante, en el grano aparecían mayores porcentajes de algunos tipos de proteínas ricas en azufre. Además, la fertilización azufrada mejoraba el indicador industrial por excelencia, que es la densidad del extracto de malta que se usa para hacer la cerveza”, indicó Prystupa.
En el país, la cebada se siembra muchas veces como antecesor de soja. “Cuando se fertiliza la cebada con azufre, parte de este nutriente permanece en el suelo para la oleaginosa y es probable que provoque un incremento en su rendimiento. Genera un doble efecto”, concluyó.