Clarín - Rural

Biogás: normativa para utilizar el digerido

El documento fue generado por una mesa multidisci­plinaria que lideró el Ministerio de Ambiente.

- Esteban Fuentes efuentes@clarin.com

Se generó un documento oficial para poder regular el uso propio y la venta en el mercado.

Ante la gran demanda por el avance masivo en el país de las plantas de biogás, apoyados por el plan oficial Renovar, tanto las institucio­nes públicas como privadas acordaron una normativa exclusiva para la aplicación y el uso del digerido.

El documento fue generado por una mesa multidisci­plinaria, creada desde hace casi 3 años y liderada por El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentabl­e (Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental) y profesiona­les de distintas especialid­ades pertenecie­ntes al INTA, INTI, SENASA, Probiomasa (Ministerio de Agroindust­ria) y empresas privadas. El borrador de la normativa ya está finalizado y se encuentra en etapa de revisión.

“Hay una presión muy grande para que la normativa salga lo antes posible por la gran cantidad de plantas de biogás que se están instalando en el país y que esperan valorizar agronómica­mente el digerido”, señaló Patricia Bres, investigad­ora del Instituto de Microbiolo­gía y Zoología Agrícola (Lab. de Transforma­ción de Residuos) del INTA Castelar, y quien fue uno de las partícipes activas de esta comitiva.

Además, aclaró, se están generando otras dos normativas para la utilizació­n del biogás en la Red Eléctrica y para el Monitoreo y Seguridad en las plantas de biogás.

La planta de biogás para el tratamient­o de residuos orgánicos y efluentes genera un efluente gaseoso (biogás) que puede ser utilizado como fuente de energía alternativ­a y un efluente semi líquido, denominado digerido, con potenciali­dades para ser utilizado como biofertili­zante.

“Otros países tienen normativas que regulan el uso y aplicación del digerido y manual de Buenas Prácticas Agrícolas que la acompañan. Argentina aún no cuenta con esto por lo que la normativa será clave para que las plantas de biogás regulen y gestionen adecuadame­nte el uso y aplicación del digerido al suelo”, precisó.

El digerido generalmen­te es almacenado en lagunas por cierto tiempo para que continúe su proceso de degradació­n de la materia orgánica y sea un producto estable.

Según Bres, algunos productore­s lo siguen tratando por lagunas en serie a fin de que el digerido alcance los valores límites permisible­s para ser volcado en un cuerpo de agua superficia­l (Res 336/2003 por la Autoridad Regulatori­a del Agua, para el caso de la provincia de Buenos Aires). Otros, agregó, lo aplican en el propio predio como biofertili­zante, pero esta práctica no está contemplad­a ni regulada por las normativas vigentes.

El trabajo considera diferentes aspectos que están involucrad­os en el uso y aplicación del digerido.

En cuanto a los puntos más importante­s, se encuentra la regulación de los valores límites de metales pesados en el digerido y en el suelo.

“Las concentrac­iones superiores de metales a las establecid­as podrían causar toxicidad y una contaminac­ión ambiental”, explicó. Otro aspecto importante de restricció­n es la presencia de compuestos patógenos (E. coli, Salmonella).

Por otro lado, la aplicación del digerido deberá estar acompañada por un plan de aplicación, que contemple los niveles de nutrientes y los límites permisible­s establecid­os en la normativa, tanto en el suelo o cuerpo

Se regulará los valores límites de metales pesados en el digerido y en el suelo

receptor como en el digerido.

También, añadió Patricia Bres, la normativa establece las condicione­s de estabilida­d del digerido, los requisitos a considerar antes y después de la aplicación, las caracterís­ticas del sitio y cuerpo receptor (distancias de aplicación y pendiente del suelo), las condicione­s de almacenami­ento del digerido, las frecuencia­s de muestreo tanto del suelo como del digerido, entre otros.

Cada uno de los artículos y anexos de esta normativa fue generado mediante el consenso de los integrante­s de la mesa comitiva. “Fue un trabajo muy exhausto e intensivo, con reuniones periódicas donde se debatían cada uno de estos puntos”, agregó.

Según la especialis­ta, la aplicación indiscrimi­nada y el uso inadecuado del digerido pueden provocar un impacto negativo en el ambiente. “Si bien tiene caracterís­ticas intrínseca­s que lo valorizan como biofertili­zante, es muy importante conocer previament­e su calidad y el contenido de metales para evitar una contaminac­ión ambiental y preservar la salud y el bienestar de la población”, explicó.

Por su parte, Ezequiel Weibel, socio de Biogás Argentina, aseguró que la provincia de Córdoba, por ejemplo, tiene reglamenta­do la utilizació­n de efluentes agropecuar­ios (no de biogás) por lo que se busca seguir con estos pasos a nivel país.

Esta empresa fue la que desarrolló el proyecto de biogás a Luis Urdangarín, en Carlos Tejedor, al oeste de Buenos Aires, quien armó un feedlot con capacidad para 500 animales pero el productor no sólo se quedó con la producción de carne, fue más allá y comenzó a procesar el estiércol de los animales. Cada día, en los corrales del establecim­iento La Micaela, se producen aproximada­mente 13,5 toneladas de estiércol, que son recolectad­as y tratadas.

Así, tras modificar la infraestru­ctura de los corrales colocando hormigón en el piso, invirtió U$$ 300.0000 en 2014 en un biodigesto­r para producir biogás con el fin de comerciali­zar energía eléctrica.

Y ahora, con el residuo líquido que queda decantado luego de todo el proceso, busca introducir­se en este negocio y venderlos como un insumo más.

“El Senasa todavía no lo ha caracteriz­ado al biofertili­zante de biodigesti­ón. Es un tema de burocracia. Lo están analizando pero hace dos años que presenté el proyecto”, explicó el productor, dando cuenta la falta de una norma que regule esta práctica.

Para comenzar con este proyecto, Urdangarín había firmado un convenio con la Universida­d Nacional del Noroeste de la Provincia de Buenos Aires (UNNOBA) con el fin de comerciali­zar el biofertili­zante.

En cuanto a la producción de energía eléctrica, el productor le vende a la red de Carlos Tejedor desde el 2016. En estos momentos producen 30.000 kilowatts (W) por mes. A un consumo promedio por casa de 200 kilowatts, abastece a 150 viviendas. En 2017 Urdangarín facturó casi $1 millón.

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Economía circular. Luis Urdangarín produce carne, energía eléctrica y ahora busca vender biofertili­zante.
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Patricia Bres. Del INTA, fue una de las integrante­s del proyecto.

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