Iniciativas que generan inversiones
Entre las llamadas “startups” de alta tecnología en la agricultura, hay tres rubros infaltables: las aplicaciones para el manejo de Big Data, las propuestas de carnes sustitutas, y las huertas hidropónicas en todas sus variantes. Todas estas iniciativas están despertando interés dentro y fuera del sector, generando un interesante flujo de inversiones.
Hace veinte años, en una visita a la República Popular China, Clarín Rural visitó una imponente fábrica de lechuga. Un invernáculo de vidrio de cinco hectáreas, al lado de Shangai, donde solo trabajaban diez personas: un candiense, proveedor de la tecnología, y el resto chinos. Llamaba la atención el grado de automatización en un país que, en aquel momento, parecía que su ventaja competitiva era la amplia disponibilidad de mano de obra. Quizá por ellos nos haya parecido en aquel momento una curiosidad, antes que un planteo productivo realista.
Pero los escenarios cambian. La tecnología del plástico permite levantar invernáculos mucho más económicos. Se sabe mucho más de nutrición y manejo para producir sin suelo. Los requisitos de un trabajo más humano, sin vivir agachados, un uso eficiente del agua y la superficie. Una menor necesidad de tratamientos de control de plagas, el avance de la genética, la búsqueda de maduración y productos uniformes. Unos cuantos argumentos como para pensar que la hidroponía tiene futuro. Al menos, en Uruguay ya tiene presente.