Una apuesta por la producción sustentable
Contra viento y marea. A pesar de que las nuevas retenciones afectaron fuerte sus márgenes de rentabilidad, el cultivo de maíz igual crecería en área. El testimonio de varios productores y técnicos que lo sostienen.
El crecimiento de la apuesta al maíz tardío entre los productores argentinos generó la necesidad de acumular más conocimiento sobre el manejo de un cultivo que es diferente al maíz temprano porque su ciclo se desarrolla y termina en un ambiente muy distinto al del cereal de primera, que se siembra en agosto o septiembre.
“Hay muchas cosas que no son iguales al maíz tradicional, muchas preguntas sin respuesta y por eso creamos una red específica sobre maíz tardío para integrar esfuerzos e ir rellenando los huecos de información”, contó Sergio Uhart, líder en Investigación y Desarrollo, sobre patología vegetal, de Corteva para el Cono Sur.
Los datos que surgen de este esfuerzo conjunto se volcaron en una de las conferencias del Congreso de Maíz Tardío, que se realizó hace unos días en Rosario.
En las distintas ediciones del evento surgieron preguntas sobre cómo manejar cuestiones claves como la densidad y la nutrición del cultivo.
“La realidad es que, a nivel general, nos falta entender la calidad del ambiente que estamos manejando en los planteos de maíz tardío, no sólo a partir de la caracterización con herramientas como las imágenes satelitales, que miden NDVI (índice de vegetación), también es muy escaso el uso de análisis de suelo que es esencial para definir la estrategia nutricional”, advirtió el experto.
Un tema importante es que la etapa post-madurez fisiológica del cultivo se da en condiciones de alta humedad relativa y bajas temperaturas porque lógicamente hace más frío que en el maíz temprano.
“Investigar las alternativas que surgen para maíces tardíos, en condiciones de secado más lentas y con alta incidencia de patógenos, es una cuestión que se está analizando. Se están probando distintas herramientas para acortar los ciclos y mejorar la tolerancia a las enfermedades”, indicó Uhart.
El experto de Corteva también contó que en Córdoba, con el apoyo del área de Ciencia y Técnica de Nación, se está llevando adelante un programa para monitorear y estudiar el impacto de las enfermedades en el maíz tardío, con participación del INTA, de dos facultades de agronomía de la provincia y otras empresas semilleras.
Con toda la información que se acumula en la red y en los congresos, la idea es editar un libro con todas las claves de manejo del maíz tardío, un esquema que parece haber llegado para quedarse en la agricultura argentina.